Con la llegada del nuevo gobierno se agitó el debate sobre el proceso de transición hacia el uso de energías renovables en detrimento de la explotación de recursos fósiles, como el petróleo y el carbón. Andrés Mantilla, exdirector del Instituto Colombiano del Petróleo, habla sobre un asunto vital para la humanidad el cual llevará décadas.

Por Luis Fernando Rueda Vivas

Director Oficina de Comunicación Organizacional UNAB – Periodista con Maestría en Comunicación Digital y Especialización en Periodismo Electrónico.

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Andrés Eduardo Mantilla Zárate es ingeniero de petróleos, graduado en la Universidad Industrial de Santander (UIS), magister en la misma disciplina y doctor en Geofísica de la Universidad de Stanford. Estuvo durante ocho años y diez meses al frente del Instituto Colombiano del Petróleo (ICP), el más importante centro de investigación y desarrollo tecnológico al servicio de la Empresa Colombiana de Petróleos, Ecopetrol.

Mantilla lideró un proceso de reingeniería en la estrategia tecnológica de Ecopetrol, encaminada a la adaptación de la empresa a la transición energética y la descarbonización. Ciencia Abierta dialogó con este experto para entender, entre otras cosas, qué implica la transición energética, en qué momento estamos y cuál es el futuro que nos depara.

Andrés Eduardo Mantilla Zárate. / Foto por Valery Ruiz.

¿Qué es la transición energética? 

Como colectivo enfrentamos crisis de sostenibilidad que están interconectadas: el calentamiento global, que son cambios en los ciclos del agua ocasionados por exceso de emisiones de origen antropogénico, y las prácticas agrícolas que producen la degradación del suelo. El carbono enterrado en el subsuelo ha terminado en la atmósfera, es decir, el uso que hacemos de las moléculas fósiles terminan como emisiones de dióxido de carbono (CO2). El 83 % de ellas provienen del uso que hacemos de esas moléculas, que no son malas per se, lo que pasa es que las quemamos y liberan energía en reacciones exotérmicas.

Por ello es necesario encontrar alternativas por el lado de las energías renovables, como la hidráulica, pero también desde las no convencionales, como lo son la eólica y la fotovoltaica, que han reducido sus costos en los últimos diez años, hasta volverse competitivas para generar energía. Existen otras fuentes como la geotermia, las corrientes oceánicas, las gradientes salinas (el encuentro entre las aguas de río con el mar), las gradientes térmicas en las profundidades del océano, fuentes de generación que en últimas deben ser igual o mucho más competitivas con la tecnología actual establecida para la producción de energía a partir de la combustión.

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de las emisiones de CO2 provienen del uso que se hace de las moléculas fósiles, las cuales se queman y liberan energía en reacciones exotérmicas.

La Unión Europea acaba de determinar como objetivo que a 2035 el 100 % de vehículos deberán ser cero emisiones. El estado de California, en Estados Unidos, lo anunció mucho antes. ¿En Colombia en qué momento estamos?

Es un momento interesante. Si bien existe una conciencia de que esta es una transición que nos llevará décadas, si no hacemos nada como colombianos, como santandereanos, ese va a ser un tren que nos va a atropellar y nos puede dejar malheridos, muy maltrecha nuestra economía.

¿Por qué? ¿Cuáles son las razones?

Porque la economía de Colombia, la de Santander, la de municipios como Barrancabermeja, Puerto Wilches y Sabana de Torres, entre otros, son fuertemente ‘petroleodependientes’ de los combustibles fósiles. El primer producto de exportación de Colombia es el petróleo, y el segundo, el carbón, el grueso de nuestras divisas proviene de esas fuentes de energía. Si esas fuentes empiezan gradualmente a perder espacio dentro de la canasta energética global, se va destruir demanda para esos combustibles fósiles, el precio se va al suelo y por ende se reducen los ingresos.

El peor escenario es el de dejar de vender el hidrocarburo, lo que produciría el inminente cierre de la infraestructura, como campos de exploración, oleoductos y refinerías, como pasó con la empresa de fertilizantes Ferticol, en Barrancabermeja, cuya tecnología se quedó obsoleta, nunca se renovó y dejó de ser competitiva. Hubiera sido una planta tremendamente útil en el contexto actual de altos precios de fertilizantes por la escasez a causa de la guerra entre Rusia y Ucrania.

Lo que queda detrás de ello es una crisis socioeconómica gigante, con la pérdida de numerosos empleos, de buenos ingresos, nuestra economía se va a comprimir de tal forma que, posiblemente, vamos a ver procesos de migración interna.

El petróleo

es el primer producto de exportación de Colombia.

El carbón

es el segundo producto de exportación de Colombia.

El grueso de las divisas de Colombia

proviene de estas dos fuentes de energía.

¿Qué tanto se han satanizado el petróleo y sus derivados?

Los problemas de sostenibilidad asociados con moléculas fósiles no están relacionados con las moléculas en sí mismas sino con la utilización que hacemos de ellas y con los residuos que dejan. Si el problema es de emisiones de carbono, por la combustión, si yo lo tomo antes de que se produzca, desagrego la molécula antes de que se vuelva combustible, lo aíslo y lo envío al subsuelo, y luego lo devuelvo a la geosfera, no me va a generar un problema de calentamiento global.

Por ejemplo, las moléculas de metano (CH4), son precursoras por excelencia del hidrógeno, el cual se usa para la fabricación de fertilizantes nitrogenados, los cuales hacen que la tierra sea más productiva. Los fertilizantes fueron la tabla de salvación para más de 3.000 millones de personas en el mundo, a mediados del siglo pasado, quienes aseguraron su alimentación gracias a la denominada ‘Revolución Verde’. Se logró entender que su uso podía mejorar la productividad de la tierra.

Si nos pasamos a la movilidad eléctrica pero no contamos con los polímeros que vienen de las moléculas fósiles, pues los carros van a ser más pesados, van a consumir más energía, luego todo hay que pensarlo desde las emisiones y los residuos, más que desde el origen fósil o no de las moléculas.

«Los problemas de sostenibilidad asociados con moléculas fósiles no están relacionados con las moléculas en sí mismas sino con la utilización que hacemos de ellas y con los residuos que dejan».

Andrés Eduardo Mantilla Zárate, exdirector del Instituto Colombiano del Petróleo

¿Qué tan preparada está Ecopetrol para esta transición en medio de un ambiente especulativo propiciado por los anuncios recientes hechos por el actual Gobierno de ir marchitando la explotación petrolera?

Depende de la vara con la que se le mida. Desde el ICP en 2019 logramos que la junta directiva de Ecopetrol autorizara un reenfoque de la estratégica tecnológica de la empresa.

Gracias a eso empezamos a trabajar con una serie de estudios relacionados con la economía del hidrógeno, otras fuentes renovables de energía, como los biocombustibles avanzados, el combustible sostenible de aviación, la captura de CO2 para almacenarla en yacimientos geológicos en el subsuelo, el uso de estas moléculas del petróleo y del gas en aplicaciones sustentables, la limpieza del agua, el almacenamiento de energía, todo ello se ha convertido en la base científica para planes que ha anunciado la empresa dentro de la estrategia de sostenibilidad y de adaptación a la transición estratégica, sin embargo, hay que hacer mucho más.

En el mundo se han hecho muchos anuncios pero realmente han sido insuficientes. Hay organizaciones que evalúan los avances de los países en esta materia y, claramente, en Colombia el avance es insuficiente.

En 2019

Desde el ICP logramos que la junta directiva de Ecopetrol autorizara un reenfoque de la estrategia tecnológica de la empresa.

¿Cuál es su reflexión sobre el actual enfoque que sobre este tema le está dando el Gobierno nacional?

El Ministerio de Minas y Energía es eminentemente técnico. A la ministra (Irene Vélez  Torres) hay que darle tiempo para que se empape de todas las temáticas y pueda profundizar las políticas que tenga el nuevo Gobierno con propiedad.

Claramente hay que repensar la economía hacia una más regenerativa, que permita la restauración de los ecosistemas y un consumo más consciente.

Los recursos que no son renovables se están agotando y ello es insostenible. En ese orden de ideas las energías renovables son la solución, pero insuficientes para reemplazar los combustibles fósiles a 2050.

«Hay que repensar la economía hacia una más regenerativa, que permita la restauración de los ecosistemas y un consumo más consciente».

Andrés Eduardo Mantilla Zárate, exdirector del Instituto Colombiano del Petróleo

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