¿Por qué somos uno de los países más biodiversos del planeta?

Entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre de este año se llevará a cabo la Cumbre de Diversidad Biológica en Cali. Proteger la biodiversidad colombiana exige también entender una historia de al menos 23 millones de años.

Por Pablo Correa Torres

Exeditor ambiente, salud y ciencia del periódico El Espectador (2010-2021). Knight Science Journalism Fellow at MIT (2012-2013).

@pcorrea78

“Colombia magia salvaje”. “Colombia el riesgo es que te quieras quedar”. “Colombia potencia de la vida”. Comienza a sonar a cliché cada campaña turística, cada discurso político, cada eslogan construido apelando a la enorme diversidad biológica que alberga nuestro rincón del planeta, a que somos en relación con la superficie terrestre el país con mayor biodiversidad.

Lo más probable es que nos repitan hasta el cansancio mensajes como estos en los próximos meses. Cali será sede de la Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP16) entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre. Más de 2.000 expertos de más de 130 naciones se darán cita para revisar los avances de las metas trazadas en 2015 cuando se firmó el Marco Global de Biodiversidad, una hoja de ruta diseñada para detener y revertir la pérdida de recursos biológicos a nivel global.

Pero antes de preguntarnos por las consecuencias actuales y futuras de esta pérdida de biodiversidad, vale la pena mirar al pasado para entender de dónde provino esta explosición de diversidad que nos rodea en Colombia.

Una de las investigadoras que se ha dado a esa tarea es Carina Hoorn, del Instituto para la Diversidad y la Dinámica de los Ecosistemas en la U. de Amsterdam. A finales de los años ochentas, Hoorn llegó a Colombia, al Caquetá, para estudiar el pasado remoto de la Amazonía buscando pistas en las rocas y el polen fósil. Desde entonces la ha perseguido la misma pregunta: ¿Cuándo y cómo surgió la Amazonía y con ella la zona más biodiversa del planeta?

A lo largo de estos 30 años, se ha dedicado a seguir la pista de sus colegas expertos en geología, botánica, clima, paleontología e incluso en biología molecular para reunir las piezas de una respuesta que se extravía en el tiempo, que exige mirar hacia atrás unos 23 millones de años.

“Sabemos gracias a los científicos que estudian patrones de diversidad actuales que ha sido la interacción entre la cordillera de los Andes y la Amazonía la que ha fomentado toda esta diversidad”, responde Hoorn quien el pasado mes de abril regresó para participar en un Panel Científico por la Amazonía en Bogotá.

En uno de sus artículos la científica explicaba que “a medida que la riqueza de especies de la Amazonía fue saliendo a la luz, desde los relatos iniciales de Carvajal (1541-42) hasta los de exploradores del siglo XIX como Humboldt, Bonpland y Bates, surgió también la necesidad de explicar esta biodiversidad”.

En el décimo Global big Day organizado por la Universidad de Cornell (Estados Unidos) y celebrado el pasado 11 de mayo, participaron observadores de 203 países y Colombia encabezó el listado mundial con 1.526 especies de aves registradas, seugido de Perú (1.428) y Brasil (1.201). Esta tangara (Ixothraupis guttata) será uno de los atractivos para los miles de asistentes a la COP16 que se llevará a cabo en Cali. / Foto Pastor Virviescas Gómez

La Colombia que hoy nos deslumbra con su diversidad en el Caribe, el Chocó, la región Andina, Amazonía y la Orinoquía, hace 23 millones de años consistía principalmente en un gran humedal conocido como el Sistema Pebas que estaba compuesto de lagos profundos y pantanos conectados con el Mar Caribe. Para ese momento, la parte norte de la cordillera de los Andes, donde hoy vivimos un 70 % de los colombianos, apenas estaba comenzando a emerger.

Pero fue justamente ese levantamiento el que transformó la historia de la vida en nuestro territorio. Hace unos 10 millones de años, explica la científica, cuando las montañas andinas superaron los 2000 metros de altura, el clima regional cambió, se produjo el cierre con el istmo de Panamá, y ese gran humedal que era el Sistema Pebas se fue transformando en las cuencas que humectan toda la superficie de nuestro país, especialmente la cuenca del río Amazonas.

Pero uno de los datos más interesantes en esta historia es que los sedimentos que se escurrieron por esas nuevas montañas andinas, arrastrados falda abajo por las lluvias, se convirtieron en una capa de nutrientes que permitieron una explosión de diversidad en el lado occidental de la Amazonía. Se estima que hubo un aumento de la diversidad vegetal de 10 a 15 % hace unos 7 a 5 millones de años en contraste con el lado oriental de la Amazonía que por la pobreza sedimentaria de los suelos contiene un menor nivel de biodiversidad.

– Según la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) “la mayor parte de los indicadores de los ecosistemas y la diversidad biológica muestran un rápido deterioro”.

– El 75 % de la superficie terrestre ha sufrido alteraciones considerables.

– En los trópicos (y esto incluye a Colombia) entre 2010 y 2015 se perdieron 32 millones de hectáreas de bosques primarios o en recuperación. 

– Se ha perdido aproximadamente la mitad de la cubierta de coral vivo en los arrecifes de coral desde el decenio de 1870.

– La abundancia de especies autóctonas en la mayoría de los biomas terrestres principales se ha reducido, como mínimo, en un 20 %.

La tangara cyanicollis habita en las tres cordillas colombianas. Se le puede apreciar en bordes y zonas arboladas de ciudades como Bucaramanga e incluso anida en el Campus El Jardín de la Universidad UNAB. / Foto Pastor Virviescas Gómez

“Esto sugiere que el establecimiento de condiciones terrestres en la Amazonía occidental puede haber sido un prerrequisito importante para la diversificación de la biota actual de esta región”, anotó Hoorn.

Todo indica entonces que gracias a esa irrupción de los Andes, a la consolidación de la Amazonía, que en este rincón que llamamos Colombia comenzó una gran migración de un lado para otro de todo tipo de especies. Científicos del Gothenburg Global Biodiversity Centre, luego de rastrear 1.331.323 registros georreferenciados que representan a 68.329 especies de plantas, aves, anfibios, reptiles y mamíferos, concluyeron que “la Amazonía fue la fuente más importante de diversidad, proporcionando 2.855 linajes (63 % de todos los eventos de dispersión) a otras regiones neotropicales”.

¡»Me voy a volver loco si las maravillas no terminan pronto”!, escribió alguna vez Aimé Bonpland, compañero de viaje de Humboldt, en su primer encuentro con la variedad de especies en los trópicos del Mundo Nuevo. Si pudiera visitarnos para participar en la COP16, se entristecería ante el espectáculo de tierra arrasada que estamos provocando.

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