Eficiencia automotriz para mejorar servicios en salas de cirugía

La eficiencia en los procesos de cuidado al paciente quirúrgico es un factor decisivo para la calidad de la atención en salud. Un proyecto de investigación permitió aplicar fundamentos del servicio en la industria automotriz a los procedimientos de servicios quirúrgicos.

Por Andrés Felipe Acosta Rodríguez

Periodista y especialista en Comunicación Digital y Medios Interactivos, con experiencia en redacción de contenidos para entornos digitales.

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¿Qué tienen en común una planta de Toyota y una sala de cirugía en Bucaramanga? Ambas buscan eficiencia, reducción de desperdicios, mejora continua, así como la satisfacción de quienes deben utilizar sus servicios. En la Clínica FOSCAL, uno de los centros médicos más grandes del oriente colombiano, se adaptaron principios del modelo Lean de Toyota como base para rediseñar procesos quirúrgicos. Con 27 salas de cirugía, 410 camas hospitalarias y más de 350 especialistas, la clínica enfrentaba el desafío de optimizar la atención quirúrgica en medio de una creciente demanda.

Justamente eso logró Toyota al implementar el modelo Lean, basado en producir solo lo necesario en el momento adecuado (Just-in-Time) y en detectar y corregir fallas de inmediato (Jidoka). Esta filosofía, complementada con el principio de evolución constante, permitió a la compañía reducir inventarios, aumentar la calidad y hacer más eficientes sus procedimientos, gracias al compromiso activo de todos los trabajadores.

Para el caso de Bucaramanga, la Universidad UNAB lideró un proyecto, junto a la Clínica FOSCAL, para aplicar metodologías como Lean Healthcare y Design Thinking en el progreso de los protocolos quirúrgicos. Lean Healthcare, una adaptación del modelo Lean de la industria automotriz, que se enfoca en la estandarización de operaciones y la reducción de actividades que no generan valor, con un enfoque centrado en el paciente. Por su parte, Design Thinking permite empatizar con los diversos actores del proceso, definir problemas, idear soluciones, prototiparlas e implementarlas.

El primer paso fue un diagnóstico detallado de las fases quirúrgicas. “Hablábamos inicialmente de una ruta de paciente quirúrgico, un paciente que llegaba, se le atendía y se iba, pero hicimos un ejercicio de caracterización y levantamiento de información, y entendimos que, en realidad, a pesar de considerar que todos los pacientes siguen la misma ruta de atención, actualmente en la FOSCAL gracias a la metodología se identificaron 32 subrutas quirúrgicas dependiendo si es cirugía general, oftalmología, oftalmología en urgencias, etcétera”, explicó la docente UNAB Laura Escobar Rodríguez, doctoranda en ingeniería, e investigadora del proyecto.

Este hallazgo permitió un análisis más detallado de las diferencias en tiempos de atención, actividades comunes y problemas en cada una de las subrutas, utilizando simulaciones para estimar la duración promedio de cuidado y, sobre todo, identificar las actividades neurálgicas. A partir de esta línea base, se estructuraron fases sucesivas que incluyeron diagnóstico, simulación de avances, priorización de desarrollos tecnológicos y evaluación del impacto.

Profesionales de la salud y del ámbito académico trabajaron en conjunto para rediseñar los procesos quirúrgicos de la Clínica FOSCAL. / Foto Comunicaciones FOSCAL

Un enfoque metodológico innovador

El uso del software Flexsim, una herramienta de simulación que optimiza sistemas al identificar cuellos de botella, tiempos muertos y tareas innecesarias sin afectar la operación real, permitió crear un «gemelo digital» del sistema quirúrgico, sobre el cual se plantearon escenarios de mejora antes de intervenir en la realidad clínica.

Pero, además de la tecnología, la clave fue la cocreación. “Desde el inicio, nosotros utilizamos la metodología Design Thinking, que básicamente consta de cuatro etapas: empatizar para intentar entender qué es lo que les duele a las personas que están involucradas en el proceso, definir muy bien cuáles son esas dolencias y crear algunas soluciones para esas dolencias, prototipadas en la medida de lo posible, implementarlas y evaluar cuál es el impacto de ellas”, destacó Escobar. La participación del personal médico, administrativo y de enfermería en talleres y entrevistas fue fundamental para identificar verdaderas necesidades y asegurar la apropiación de los cambios.

Los beneficios del proyecto fueron múltiples. En el corto plazo, se determinó la línea base de operaciones a la par de permitir distinguir estrategias para la eficiencia operativa: reducción de tiempos de atención, eliminación de redundancias y mejor programación de procedimientos. En el largo plazo, se proyecta la réplica del modelo en otras áreas clínicas como la FOSCAL y la creación de un curso de formación continua en Lean Healthcare. Además, se publicó un artículo en una revista Scopus Q2 y se realizaron ponencias a nivel nacional e internacional.

La coordinación entre los diferentes equipos de trabajo se presentó como uno de los desafíos. «Uno de los principales retos fue intentar coordinar el ejercicio en términos de tiempos y de agendas de las personas de la clínica y de nosotros como investigadores. Conciliar todas esas perspectivas fue un reto muy interesante porque la idea era que viéramos que así una solución pareciera sólo de un proceso, permea de forma transversal los demás procesos», aseguró la investigadora.

Este proyecto puede servir de aporte al proceso de transformación del sistema de salud en Colombia, la necesidad de una planeación colaborativa, la importancia del compromiso institucional desde el inicio, y el valor de adaptar tecnologías a contextos locales. “Este ejercicio tiene bastantes componentes metodológicos y herramientas utilizadas fácil o altamente replicables. La metodología de Design Thinking para técnicas de cocreación es bastante conocida y el uso de herramientas como la simulación de eventos discretos para validar estrategias antes de implementarlas es supremamente utilizada actualmente», concluyó Laura Escobar.

Simulaciones digitales permitieron visualizar y optimizar las rutas quirúrgicas, reduciendo tiempos y mejorando la atención sin alterar la operación real. / Foto Comunicaciones FOSCAL

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