Estudiar Literatura en una época de tecnología, redes sociales e influenciadores parecía un salto al vacío, una decisión más romántica que racional, no era sólo un cambio de vestuario (yo cambié los tacones por un par de tenis para volver a ser estudiante), sino de profesión también. Veinte años después volví a la universidad para estudiar Literatura, con la intención inicial de “conocerles las costuras a los libros”, pero a partir de los sorprendentes giros que da la vida, terminé convirtiendo esa curiosidad en mi nueva profesión, vocación y estilo de vida. Hoy me dedico, después de haber trabajado estructurando proyectos de energía solar, a la promoción de lectura. Escribí una tesis con un nombre bastante presuntuoso, “El club de lectura como experiencia didáctica de la literatura”, y de tanto presumirlo terminé convirtiéndolo en la empresa que hoy lidero.
A través de tres clubes de lectura que dirijo, estoy motivando a muchas personas a leer, a que construyan el hábito de la lectura, que no solo les está ayudando a leer más y mejor, sino a adoptarlo en otros aspectos de sus vidas. Soy una convencida de que la promoción de lectura y la creación de hábitos son fundamentales para el desarrollo integral de las personas; la lectura no solo aumenta la capacidad cognitiva, también fomenta la imaginación, la creatividad, nos hace más empáticos y nos da las herramientas necesarias para escribir y comunicarnos mejor, en un mundo en el que la comunicación se está limitando a un par de emojis.
Los clubes de lectura, como espacios de promoción de este hábito, ofrecen una amplia variedad de opciones, desde libros de cuentos hasta novelas de diferentes géneros, poesía y obras de no ficción. En los clubes que yo dirijo leemos despacio, cada uno a su ritmo, pero con metas semanales. Yo los acompaño y motivo durante el proceso para tener un encuentro mensual en el que compartimos nuestra experiencia de lectura; hablamos del autor o autora, del contexto histórico o social de la obra y de otras curiosidades que siempre surgen a partir del tema o de las conversaciones que un buen libro suscita. Es crucial, para tal fin, crear espacios que brinden seguridad y confianza a los lectores, donde no se sientan juzgados y sus opiniones sean tenidas en cuenta, sus silencios también.
El desarrollo de mi nueva profesión me llevó también a trabajar en radio, en una sección dedicada a los libros, autores, eventos literarios y todos los temas posibles en torno a este maravilloso y amplio universo. Y como no puedo ser ajena a la época tecnológica en la que vivo y en la que decidí dar el salto al vacío, también aprovecho las redes sociales para escribir y publicar reseñas, tips de lectura, entrevistas a autores y promover actividades dentro de una comunidad lectora que va creciendo y que se reúne, no solo para leer, sino también para huirle a la soledad de una sociedad cada vez menos conectada y más distraída.
¿Te interesaría participar en un club de lectura? La UNAB te invita a participar en “Entremeses”, el club de lectura de la universidad (abierto a todo público), el cual se realiza la última semana de cada mes en modalidad virtual. Para inscribirte, debes escribir un correo a jperez135@unab.edu.co tu registro. También puedes seguir al club en Instagram como @clubdelecturaentremeses y en Facebook como “Entremeses club de lectura”.
