El cumpleaños de la ciudad petrolera coincidió con un intenso debate sobre el futuro energético del país y la descarbonización de la economía. ¿Qué le espera al municipio que ha vivido de la extracción y procesamiento de petróleo de forma tan intensiva?

Por Pablo Correa Torres

Exeditor ambiente, salud y ciencia del periódico El Espectador (2010-2021). Knight Science Journalism Fellow at MIT (2012-2013).

@pcorrea78

Las noticias sobre pozos de los que manaba una sustancia negra, un “betún”, en la región que hoy llamamos Barrancabermeja se pueden rastrear hasta 1541, cuando el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés, tomando como fuente el relato de capitanes que se habían internado por el Río Magdalena escribió:

“Una jornada adelante de Latora (donde van a desembarcar los bergantines) hay una fuente de betún que es un pozo que hierve y corre fuera de la tierra y está entrando por la montaña al pie de la Sierra y es gran cantidad y espeso licor y los indios tráenlo a sus casas y úntanse con este betún porque le hallan bueno para quitar el cansancio y fortalecer las piernas, y de este licor negro y de olor de pez y peor sírvense de ellos los cristianos para brear sus bergantines».

Casi cuatrocientos años más tarde aparece en escena el comerciante José Joaquín Bohórquez. Contaba el profesor Hernán Vásquez, de la Universidad Eafit en un artículo titulado La historia del petróleo en Colombia, que en febrero de 1903, con la intención de dedicarse al comercio de carga, Bohórquez fija su atención en uno de esos manaderos de petróleo:

“Encontré la primera fuente cuyo conocimiento me Io dio de que era esta sustancia, el olor material y propio del refinado y haber mojado en este líquido mechas de trapo, dando éstas, luego de prenderle fuego una luz de color amarillo rojo y un humo oscuro…».

El apetito mundial por esta fuente de energía ya estaba desatado. Comenzaba una historia que marcaría el destino del municipio, de la región santandereana y el país en el siglo XX. Bohórquez vendió unos primeros galones de petróleo en Cartagena y a mediados de 1905 el geólogo Roberto de Mares visitó sus pozos para proponerle un acuerdo verbal que, meses más tarde, con la bendición de la burocracia bogotana, se convirtió en la primera concesión oficial.

En 1918 la Tropical Oil Company (Troco), de origen estadounidense, anunció la entrada en operación del primer pozo petrolero de Colombia: el pozo La Cira-Infantas. 

Desde entonces, la vida, la economía, la política en Barrancabermeja, que nació oficialmente como municipio en 1922, ha girado en torno al petróleo. Hoy, el 10 % de los trabajadores del municipio están relacionados con la industria petrolera y el resto de la economía le provee servicios a esa población.

La mayor refinería del país se fue construyendo pieza a pieza hasta convertirse en un imponente complejo industrial en manos de Ecopetrol S.A. que refina aproximadamente 250.000 barriles diarios; además de abastecer el 85 % de productos refinados y el 90 % de los productos petroquímicos que demanda el país.

La extracción de energía primaria del país ronda los 4.342 Petajulios (PJ) de los cuales, el 60 % se exportó y el resto se destina internamente para consumo y transformación. Fuente: UPME.

Se estima que al menos el 10 % de los trabajadores de Barrancabermeja están relacionados directamente con la industria petrolera. / Foto Digame.com.co

Pero el cumpleaños número 100 del municipio hace pensar que los próximos 100 años van a ser muy diferentes. El abuso de los combustibles fósiles en el mundo nos arrastró a un aumento global en el promedio de la temperatura lo que ha desatado un cambio climático. Ahora las palabras que se abren paso en boca de todos son “energías renovables”, “descarbonización”, “eficiencia energética”.

Otros más radicales, como los dos ecologistas que rociaron con un líquido negro el famoso cuadro “Muerte y vida” del pintor austríaco Gustav Klimt, en el Museo Leopold de Viena, gritan: “Just Stop Oil”. Algo así como ¡No más Petróleo!

2021 – Oferta interna primaria (PJ)

  • Petróleo 43.1% 43.1%
  • Gas 22.6% 22.6%
  • Hidro 12.9% 12.9%
  • Carbón 10% 10%
  • Leña 5.2% 5.2%
  • Bagazo 4.5% 4.5%
  • Otros renovables 1.7% 1.7%

¿Qué camino le espera a Barranca?

Esta es la oportunidad para que Barrancabermeja sea una ciudad y no una refinería”, es una de las reflexiones que plantea Carmenza Saldías, experta en planeación urbana, exsecretaria de Planeación de Bogotá, vinculada al Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano-CIDEU (Barcelona). Su mirada sobre el pasado y presente del municipio tiene un tono crítico: “La pregunta inicial que me haría es qué le ha significado a Barranca albergar una refinería comparada con otras ciudades petroleras en el mundo”. 

Pero Carmenza es, al mismo tiempo, optimista: “La transición energética no va a ocurrir de un día para otro. Va a tomar unas décadas. Entonces la pregunta es qué van a hacer para producir desarrollo y no sólo riqueza con el petróleo que les queda”.

Durante las celebraciones por los 100 años de la ciudad en abril de este año, el alcalde de Barrancabermeja, Alfonso Eljach, dijo “para nosotros los cien años son de altísima reflexión y casi de construir una filosofía de ciudad, porque es saber qué hemos hecho hasta el momento, para saber hacia dónde vamos. Los cien años son el simbolismo de darnos cuenta de todo lo que tenemos”.

Carlos García, exsubdirector de demanda de la Unidad de Planeación Minero Energética de Colombia, y ahora consultor independiente, tiene una mirada diferente. Cree que el destino del municipio seguirá bastante entrelazado al del petróleo: “Creo que el petróleo no va a desaparecer como materia prima”. 

El petróleo es la base para la producción de asfaltos, plásticos y cientos de productos de los que depende la vida moderna. “Barranca, con la mayor refinería del país, seguirá teniendo una vocación industrial. Creo que hay un montón de oportunidades para los próximos 100 años”. Cerca del 60 % de cada barril de petróleo en Colombia no se quema sino que se procesa para diversos subproductos. 

Pero esto no significa que la ciudad no deba adaptarse. Colombia, como muchos otros países, están electrificando sus economías. “Muchas actividades se van a electrificar incluyendo el transporte terrestre”, señala. El informe E2050 Colombia, en el que participó como coautor, estima que para que Colombia alcance la carbono neutralidad en 2050 es necesario garantizar casi siete veces la electricidad consumida en 2015. Esa es una tarea que le espera también a Barranca y a muchos de los procesos de la misma refinería. 

Carlos imagina que el rol que la actual refinería, así como toda la infraestructura de transporte de combustibles de Colombia, van a asumir roles nuevos en los próximos 20 a 30 años. “Ecopetrol está embarcada en una filosofía nueva. Tiene que encontrarle destino a esa infraestructura”. Una de esas grandes apuestas, cree, será la industria del hidrógeno.

En la Refinería de Barrancabermeja, ubicada a orillas del río Magdalena, se refinan aproximadamente 250.000 barriles diarios de petróleo. / Foto Digame.com.co

Ecopetrol

Con la llegada de Gustavo Petro a la Casa de Nariño y las declaraciones de varios de sus funcionarios, se ha remodelado el debate energético. Ecopetrol, aunque venía replanteando sus estrategias de inversión, es una empresa que se ha visto obligada a pisar un poco más el acelerador del cambio. 

Justo en noviembre de este año, los voceros de la compañía hablaron del compromiso con “la descarbonización y la transición energética en el Magdalena Medio”. Desde la vicepresidencia de Refinación y Procesos se han trazado “el reto de diversificar su matriz energética concibiendo las refinerías como hubs multiproducto, considerando el uso de nuevas materias primas tipo renovables, la aplicación de tecnologías innovadoras y la fabricación de productos neutros en carbono o de bajas emisiones incluyendo combustibles renovables, hidrógeno e incremento de oferta en productos petroquímicos”.

María Fernanda Arango, gerente de Estrategia de Bajas Emisiones de Ecopetrol, durante el evento “Barrancabermeja Destino de Inversiones”, comentó que “la ciudad de Barrancabermeja y el departamento de Santander son el corazón de la seguridad energética, pues concentran gran parte de la estrategia corporativa en este frente”.

Al respecto recordó que los campos del Magdalena Medio representan el tercer productor de hidrocarburos después de Casanare y Meta; se ubica el nodo de transporte más grande del Grupo Ecopetrol; está presente el Instituto Colombiano del Petróleo, que es el mayor centro de innovación y tecnología del país; y además, aquí la refinería.

Dijo que para alcanzar el objetivo Ecopetrol lidera tres grandes retos: acelerar la descarbonización, proteger la soberanía energética y usar la energía como catalizador.

«Las inversiones y detalles de esta apuesta están consignados en la Estrategia 2040, denominada “Energía que Transforma”. Allí queda claro que la apuesta por los hidrocarburos tradicionales contínua, con el gas como un gran protagonista de la transición, pero también nuevas inversiones en ciencia y tecnologías nuevas.

En el área de sostenibilidad hasta el 2024 se proyectan inversiones por más de USD 1,400 millones en proyectos de gestión circular del agua, descarbonización, eficiencia energética, uso de energía y fuentes alternativas, mejora en la calidad de los combustibles, y estudios y pilotos de hidrógeno verde y azul para aplicaciones en refinerías y movilidad.»

Si desaparecieran la economía petrolera y las regalías, Barrancabermeja pasaría de ser un municipio de “categoría especial” a un municipio categoría 5 donde figuran los más vulnerables. / Foto Digame.com.co

Más que transición energética, diversificar la economía

Para Diana Estupiñán, secretaria de Planeación de Barrancabermeja, más allá del debate de transición energética en Colombia, que depende de muchas decisiones a nivel nacional, la preocupación local gira en torno a cómo diversificar la economía de Barranca e incluso los municipios vecinos.

“Estamos haciendo conversaciones de alto nivel con otros mandatarios del Magdalena Medio cuyas economías también dependen en gran medida de las regalías”, dice. Si desaparecieran la economía petrolera y las regalías, según las cuentas municipales, pasarían de ser un municipio de “categoría especial” a un municipio categoría 5. En Colombia los municipios se dividen en tres grupos: grandes municipios (categoría especial y primera categoría), municipios intermedios (segunda, tercera y cuarta categoría) y municipios básicos (quinta y sexta categoría).

“Al no tener los recursos de hoy, el municipio podría experimentar un colapso, con migraciones e intensificación de desigualdades sociales”, reflexiona.

Por esto se vienen haciendo ajustes en el sistema de impuesto predial pero también impulsando inversiones de tecnología en otros sectores como el agropecuario, de la mano de la misma industria petrolera. 

Una señal que los anima en esta transformación, cuenta Diana, es que muchos jóvenes hoy están explorando otras economías mientras que años atrás su única obsesión era vincularse a la industria petrolera.

Tal vez esas nuevas generaciones logren reescribir el destino que desató José Joaquín Bohórquez al encender aquella mecha que daba una luz color amarillo rojo y un humo oscuro.

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