La producción científica como vehículo para la productividad

Afianzar las alianzas entre universidades y empresas, e impulsar proyectos productivos son algunas de las propuestas de Salim Chalela Naffah para convertir la ciencia en motor de transformación y desarrollo.

Por Alejandra Gualdrón Acevedo

Comunicadora social y especialista en Comunicación Digital y Medios Interactivos de la Universidad Autónoma de Bucaramanga.

publicaciones@unab.edu.co

Comencemos con algunas cifras lúgubres. Según el Banco Mundial, Colombia destina tan solo el 0,2 % del PIB a Investigación y Desarrollo (I+D) mientras el promedio en Latinoamérica es 0,7 %, 2,3 % en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y 2,6 % en  Estados Unidos. En cuanto a la inversión en capital humano para la innovación, nuestro país no alcanza los 100 investigadores por cada millón de habitantes, mientras que en la región asciende a 600 y son más de 4.000 en la OCDE y EE. UU.

A pesar del mal sabor que pueden dejar estos rezagados indicadores, Salim Chalela Naffah, doctor en Educación, inquieto por el fortalecimiento de las prácticas investigativas en el ámbito académico, y actual subdirector de ciencia, tecnología e innovación del Departamento Nacional de Planeación (DNP), se muestra optimista y apuesta a que en 20 años Colombia sea potencia mundial en producción científica. En Santander ve un panorama esperanzador en materia de innovación y competitividad. 

Ciencia Abierta UNAB habló con el investigador con el ánimo de indagar qué está haciendo el Gobierno nacional para favorecer la generación de I+D, entender qué hace falta para mejorar la producción científica nacional y conocer en qué nivel está Santander respecto al ambiente de innovación nacional.

Salim Chalela Naffah fue uno de los conferencistas invitados a la versión 2024 de Ideas to Reality, evento de divulgación investigativa organizado por la Universidad UNAB. / Foto Erika Díaz

En diciembre de 2023 se incluyó en el Plan de Desarrollo 2022-2026 la Política Nacional de Reindustrialización en cuyo diseño intervino el DNP. Esta política proyectada a once años, plantea que el país transite hacia una economía basada en el conocimiento. Para esto establece como uno de sus objetivos fortalecer las Oficinas Regionales de Transferencia de Resultados de Investigación con el fin de promover la innovación y la transferencia tecnológica, para que desde estas se genere valor agregado a la industria y se impacten las cadenas productivas.

En pocas palabras, esta política pone la producción investigativa al servicio de la productividad y el desarrollo de los territorios. Al menos así lo ve Chalela Naffah. “Estamos generando acciones de política pública para que las oficinas de transferencia de conocimiento tengan cada vez más vehículos de financiación, para que la propiedad intelectual sea reconocida y que los investigadores se dediquen a este tipo de negocios”.

Con miras a materializar esta nueva visión de industrialización, Chalela Naffah ve como factor clave las alianzas entre universidades y empresas, algo que en Santander, según él, permite que haya un sistema de innovación y competitividad dinámico. “En el último Índice Departamental de Innovación y Competitividad Santander es el departamento número uno en el registro de patentes. Productos de conocimiento se generan y eso siempre es alentador. Hay que constituir vehículos para que eso genere valor agregado a la industria del departamento, y para eso el papel del Comité Universidad Empresa Estado de Santander – CUEES es muy importante”.

 En definitiva, la reindustralización propone impulsar la financiación pública y privada para que el conocimiento generado desde lugares como las universidades resuelva problemas de forma sistémica que mejoren la economía. ¿Será esta la solución para que Colombia, por fin, aumente su inversión en I+D al 1 % como lo recomendó la Misión de Sabios de 1993? Mientras esperamos al 2034 para dar una respuesta, Chalela Naffah se mantiene positivo.

 “En 20 años Colombia puede ser referente en el mundo en cuanto a recursos naturales, en fuentes alternativas para producción de energía, en servicios turísticos basados en naturaleza. Si seguimos orientando las políticas públicas que tienen una base en conocimiento vamos a lograr transformaciones profundas de nuestra sociedad. Ese es el camino para seguir construyendo esperanza en el país”.

La Política Nacional de Reindustrialización busca que en los próximos once años la investigación en Colombia logre impactar la industria para transitar hacia una economía basada en el conocimiento. / Erika Díaz

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