Por Lina María Solano Serrano. Psicóloga UNAB (2019), Especialista en Psicología Clínica y de la Salud UNAB (2021), estudiante de la Maestría en Salud Pública UNAB.
En nuestra cultura, donde la productividad es glorificada, en muchas ocasiones se deja de lado la implicación del afán y de la sobrecarga de las responsabilidades en la salud mental de las personas. Por miedo a perder los empleos, miedo al fracaso o miedo al rechazo nos sobre exigimos constantemente, dejándonos de lado. Nuestra relación con el contexto, nos genera ciertas interpretaciones, pensamientos y mantenimiento de comportamientos. A pesar de que cada día se le está dando mayor visibilidad a la importancia de la salud mental, muchas personas aún siguen callando e ignorando la afectación emocional que sienten por la necesidad de alcanzar estándares altos de rendimiento. Es fundamental hablar sobre lo que sentimos y pensamos para poder comenzar a realizar ajustes comportamentales que nos ayuden a fortalecer el autocuidado cotidiano en nuestra vida.
La OMS define la salud mental como “un estado de bienestar en el cual cada individuo desarrolla su potencial, puede afrontar las tensiones de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera, y puede aportar algo a su comunidad”. Es importante que nos prioricemos para lograr afrontar adecuadamente las diversas circunstancias de la cotidianidad y alcanzar objetivos y metas. Si no le damos prioridad a nuestra salud mental, con el paso del tiempo se van generando afectaciones tanto de salud física como de disminución de la funcionalidad.
De acuerdo con el boletín informativo de la organización mundial de la salud (OMS) de 2022, una de cada ocho personas en el mundo padece un trastorno mental considerable del pensamiento, regulación de las emociones o del comportamiento. Según las cifras reportadas por la dirección de epidemiología y demografía del ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, de enero a mayo de 2023 se registraron en Colombia 1.517.933 personas diagnosticadas con trastornos mentales (procuraduría general de la nación, 2023). Los casos de depresión, ansiedad, ideación suicida, entre otras afectación se han aumentado con el paso de los años, en especial después de la pandemia de COVID-19 por el aislamiento social y angustia prolongada.
Prevención y atención temprana
El primer paso para poder comenzar a sentirnos mejor, es el poder reconocer que tenemos una afectación emocional que limita nuestro potencial y hablarlo con personas cercanas y profesionales de la salud mental, para así comprender lo que nos sucede. El pedir ayuda a tiempo ayuda a prevenir problemáticas mayores de trastornos emocionales. La salud mental permea todos los escenarios de la sociedad, afecta el desempeño laboral, el área social, familiar y de selección de personal. Es importante conocer sobre estrategias de manejo emocional, de relajación y de estrategias de afrontamiento para poder hacerle frente a los retos que se nos presentan en nuestro diario vivir. El permitirnos momentos de descanso y de desconexión es importante para poder volver a retomar las labores cotidianas con una mejor actitud. Es importante empezar a llevar un registro de nuestras emociones, para aprender a identificar las situaciones desencadenantes de los pensamientos, emociones y comportamientos desadaptativos, para así poder comenzar a trabajar en nuestros patrones de comportamiento y crear cambios en nuestra vida. Es importante mantener un grupo de apoyo social cercano con quienes compartir espacios y actividades que generen gratificación y aumentar la activación conductual, necesitamos también pasar más tiempo realizando actividades que disfrutemos en el día a día para romper la monotonía que nos lleva a la afectación emocional. Los espacios de descanso y relajación, las actividades con nuestra familia, los momentos de compartir con nuestros seres queridos o amigos, los espacios para hacer actividades que nos gustan o para aprender cosas nuevas que nos interesan, son pequeños salvavidas que diariamente nos permiten crear una prevención contra los trastornos emocionales. Merecemos que nuestra vida gire alrededor de muchos contextos, si solo nos enfocamos en el trabajo y en la carga o estrés laboral, perderemos la oportunidad de sentir que disfrutamos del presente y de nuestra vida.
En muchas oportunidades los pacientes buscan apoyo psicológico sólo cuando aparecen complicaciones orgánicas y físicas graves, cuando la sintomatología se ha agravado o por remisión de otros actores del personal de salud.
La búsqueda de estrategias para realizar un abordaje temprano de las complicaciones psicológicas permite una disminución en los índices de trastornos mentales. Por esta razón, son tan importantes los programas educativos escolares sobre la promoción de estrategias de afrontamiento y del manejo emocional, los programas de salud ocupacional, que permiten ambientes laborales más saludables y programas para el fortalecimiento de la salud mental, desde la salud pública. De igual forma, permite prevenir riesgos y establecer cambios en los determinantes psicosociales que afectan la salud mental oportunamente, antes de que se desarrollen complicaciones graves. Son fundamentales las intervenciones no farmacológicas en una atención temprana que permitan la mejora del estado de salud y bienestar de la población.
