Ana María Guerra Guerra, oriunda de Medellín y graduada de la Tecnología en Regencia de Farmacia UNAB-CES nos cuenta su experiencia de crecimiento profesional en el mismo lugar donde realizó su práctica profesional.

¿Cuál fue el primer trabajo que hiciste al graduarte de la Universidad?
Fue el mismo lugar donde realicé mis prácticas, la Universidad CES. Allí fui pasante en la IPS de la Universidad en Sabaneta. Al día siguiente de graduarme, presenté mi hoja de vida y participé en el proceso de contratación el cual pasé satisfactoriamente, logrando quedarme con el cargo de directora técnica, siendo este mi primer y actual empleo. Ya llevo dos años y medio en los que he implementado todos los conocimientos que aprendí en la universidad, abriendo el camino para que más practicantes puedan venir ya que confían en la calidad académica con la que educan a los estudiantes de Tecnología en Regencia de Farmacia UNAB-CES.
Cuando recibo a los estudiantes que están haciendo las prácticas normalmente vienen con la idea en la cabeza de que solo pueden ejercer en la parte farmacéutica, a lo que yo les invito también a explorar más de los diferentes campos que abarca nuestra profesión.
¿Qué puedes destacar de la formación que te brindó el programa de Tecnología en Regencia de Farmacia UNAB-CES?
Me sentí muy cómoda porque la universidad me dio las bases para trabajar en equipo que es algo fundamental ya que ahora tengo personal a cargo, lo que es un reto más grande. Además, no estoy en la típica farmacia comercial, sino que tengo un rol más administrativo en el cual también me desenvuelvo perfectamente porque tuve cierto grado de desarrollo de habilidades interpersonales y autonomía que es lo que nos hace destacar frente a los graduados de otras universidades.
Normalmente uno cuando estudia esta carrera piensa que se enfocará más en lo comercial, vendiendo medicamentos o abriendo su propia farmacia, pero mis docentes me enseñaron que tenemos más caminos por escoger, la meta es donde nos sintamos más cómodos como por ejemplo yo que me siento mejor en la parte administrativa. Recuerdo especialmente al profe Fredy Alonso Sepúlveda Raigosa quien nos impulsaba a encontrar soluciones innovadoras, para que marquemos la diferencia en cualquier lugar donde nos desempeñemos profesionalmente.
¿Recuerdas algún momento crucial que se haya presentado en tu camino profesional?
En los casi tres años que llevo, todos los días me tengo que enfrentar a un montón de cosas. Recuerdo especialmente cuando tuve que implementar un nuevo sistema de control de inventario donde al principio no sabía por dónde empezar, pero poco a poco pude aplicarlo y en gran parte gracias a toda la teoría que aprendí en la universidad. Al implementar este sistema se facilitó mucho el trabajo de tenerlo bajo control ya que el inventario de la empresa abarca un tamaño considerable.
¿Cómo te fortaleces profesionalmente?
Actualmente estoy en el segundo semestre de la especialización en Farmacovigilancia y Tecnovigilancia en la UNAB. Pienso que para un regente de farmacia es fundamental ampliar sus conocimientos en ese tema. Vi la oportunidad de estudiar esta carrera y profundizar en el campo porque es algo que se toca en la tecnología, pero no se aborda completamente. Hace poco tuve una reunión con el programa para evaluar a sus practicantes y graduados donde me di cuenta de que en ese tema salimos con lo básico, pero cuando te enfrentas al mundo laboral te enteras de que es muy importante conocer acerca de estos temas. Cuando vi que la universidad lanzó la especialización me animé a estudiarla. Para dar un mejor contexto de lo que aborda este posgrado, tecnovigilancia es todo lo relacionado con los dispositivos médicos y farmacovigilancia con los medicamentos, en las IPS debes hacer reportes de los incidentes y eventos médicos que se hayan presentado. Es importante identificar y reportar estas novedades al comité interno para poder analizarlos y reportarlos ante la Secretaría de Salud.
¿Qué consejo le darías a tus colegas en la profesión de Regencia de Farmacia?
Mi consejo sería que estén en contínuo aprendizaje ya que nuestro campo está en constante evolución. Es fundamental aprender a tener empatía, ética profesional, que se enamoren de su profesión, que entiendan que son muy importantes ya que somos el puente entre el paciente y el profesional de la salud. Detrás de un buen médico siempre hay un buen farmacéutico.