Desde la UNAB hasta la Judicatura: el camino de un abogado penalista

Jun 25, 2024 | Derecho y negocios

Gabriel Andrés Moreno Castañeda, graduado de Derecho UNAB (2009) y de la especialización en Derecho Penal (2011) tuvo siempre una especial predilección por el derecho, concretamente, por la rama penal. Esta pasión latente, lo llevó a involucrarse desde pequeño en este campo y a escalar en su profesión. “Los libros que leía, llenos de casos sobre la ausencia de responsabilidad y la legítima defensa, me hicieron entender que el derecho penal era mi vocación. Así, al terminar la secundaria, no tuve dudas de que quería especializarme en esta rama del derecho. A pesar de haber estudiado en un colegio técnico y ser técnico electricista, mi interés no se inclinaba hacia la ingeniería. Mis padres hicieron un gran esfuerzo para que pudiera estudiar en una universidad privada y esa decisión ha rendido sus frutos y me ha llevado a donde estoy hoy”.

“Recién graduado de la Universidad, mi primer desafío profesional fue en la Sala Penal del Tribunal Superior de Bucaramanga. Allí, realicé mi práctica profesional que me permitió aplicar los conocimientos teóricos adquiridos durante mis estudios. Fue una experiencia enriquecedora, trabajando como auxiliar ad honorem bajo la mentoría de Juan Carlos Diettes Luna, a quien admiraba antes de conocerlo personalmente, y quien más tarde me ofrecería un puesto como auxiliar judicial en su despacho. Este cargo no solo representó mi incursión en el ámbito judicial sino también el inicio de mi especialización en derecho penal, una materia que me había fascinado desde temprana edad.

El camino hacia la judicatura

Después de aproximadamente dos años como auxiliar judicial, a Gabriel se le presentó la oportunidad de actuar como Juez de Control de Garantías en provisionalidad. “Fue un periodo de intenso aprendizaje, donde pude poner en práctica y profundizar mis conocimientos jurídicos”, aseguró. Posteriormente, participó en tres convocatorias para empleado de la rama judicial, para Procurador Judicial I y II, y para ser juez en propiedad. El resultado fue la aprobación de los tres concursos y su inicio como Juez de Control de Garantías de la República, rol que asumió con gran responsabilidad y pasión desde 2018.

“Mientras esperaba el nombramiento oficial para ejercer dicho cargo, fui bendecido con la llegada de mi hija, lo que me llevó a  pensar en la necesidad de tener un puesto en propiedad y a renunciar a la provisionalidad, iniciando mi carrera en propiedad en la rama judicial”.

 Posteriormente, en abril de 2023, el Tribunal Superior de Bucaramanga le brindó la oportunidad de ascender a Juez Séptimo de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad en un juzgado recién creado en la ciudad ‘bonita’, cargo que desempeña actualmente. 

Invertir en educación es invertir en el futuro

Optar por estudiar un posgrado fue fundamental para presentarse al concurso de juez en 2012. “En 2009, con mi primer sueldo como auxiliar judicial, hice una inversión crucial en mi desarrollo profesional: mi especialización en la Universidad Autónoma de Bucaramanga. Lo que me brindó herramientas valiosas para mejorar mi desempeño y ampliar mis conocimientos en materia penal” 

Años más tarde, se vinculó como profesor del programa de Derecho en el que se había formado.  

Su estrecha relación con la UNAB involucra también a su círculo familiar, pues sus dos hermanas y su esposa también son graduadas de esta universidad y sienten que los unen recuerdos que comparten de los mismos pasillos que transitaron, así como el honor y la responsabilidad que sienten al representar a esta institución desde sus profesiones. 

“Mi relación con la Universidad es profunda; fue allí donde, tras terminar el bachillerato, visité por primera vez el Palacio de Justicia y la oficina de un magistrado que más tarde se uniría a la Corte Suprema de Justicia. Curiosamente, esa misma oficina fue donde realicé mi judicatura, pero con otro magistrado. Esa visita inicial marcó el comienzo de mi determinación por ampliar mis conocimientos y no solo visitar la rama judicial, sino formar parte de ella de manera permanente, un sueño que se hizo realidad gracias a mi educación y dedicación” dijo Moreno Castañeda.

La Elección de un Camino

En la UNAB, conoció abogados que fueron determinantes en su camino, entre ellos  Eliseo Díaz Meza y Susana Ramón Rojas. “Recuerdo una anécdota con la Dra. Ramón, mientras cursaba mis estudios de posgrado, me llamó a su salón de clases para discutir un tema específico sobre la culpabilidad. Fue un momento que reafirmó mi conexión con la UNAB y mi pasión por el derecho penal.  Aunque los nombres han cambiado con el tiempo, la exigencia académica y la calidad de la enseñanza en la Universidad se mantienen intactas. Mi gratitud es inmensa, más allá de mi desarrollo profesional, las bases sólidas en el derecho que recibí allí me han permitido alcanzar las metas que me propuse y contribuir significativamente a la justicia penal en mi país.

El fortalecimiento profesional es una constante

Hoy Gabriel se  dedica al autoaprendizaje, estudiando la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia y construyendo líneas jurisprudenciales, una práctica en la que la UNAB es pionera. Además, participa en preparatorios virtuales con la Universidad, lo que le permite mantener contacto con los estudiantes de pregrado y reforzar sus conocimientos, a la vez que se obliga a estudiar temas actuales en el desarrollo de la actividad judicial.

“Ser docente implica no solo conocer la materia sino también saber transmitir ese conocimiento y despertar el amor por el conocimiento en los estudiantes, algo que encontré en el derecho penal. Admiro al Dr. Francisco Casas, procurador judicial y destacado docente de la UNAB, por su vasto conocimiento en todos los temas. La Universidad crea un vínculo tal que muchos graduados desean volver para seguir creciendo profesionalmente”.

A los futuros abogados de la UNAB, les aconseja aprovechar cada momento de su formación,  el tiempo en clase y todo el que puedan sino compartir con otros que pueden ayudarles a crecer profesionalmente. “Un abogado crece en grupo, no de forma aislada. Valoren la cátedra de los docentes y saquen el máximo provecho de todo lo que la Universidad ofrece. Manténganse siempre en formación, incluso después de finalizar el pregrado. Escriban mucho, ya que la doctrina en Colombia necesita más desarrollo en este campo. Sean apasionados, responsables y honestos, y consideren su trabajo como una labor profesional. No se dejen llevar tanto por un caso específico que pierdan la objetividad. Disfruten y vivan la Universidad al máximo”, concluyó.