Desde que Isabel Cristina Forero Meléndez asumió la gerencia de La Quinta Centro Comercial, nos demuestra que el liderazgo no solo se trata de tomar decisiones, sino de aprender, adaptarse y conectar con las personas. Graduada de Ingeniería de Mercados de la UNAB en 2009, con maestría en mercadeo y un MBA, su trayectoria ha estado marcada por la curiosidad, el aprendizaje constante y un enfoque estratégico que le ha permitido moverse con soltura en diferentes sectores.

Desde el inicio de su carrera, Isabel supo que quería desarrollarse en un entorno dinámico donde cada día tuviera que enfrentar un nuevo desafío y que le aportara no solo a su carrera profesional, sino a la construcción de su marca personal y por ende el posicionamiento de su perfil como experta en marketing, por lo que prefirió no optar por el camino que ella consideraba el más fácil, que era realizar la práctica laboral en la empresa de sus papás.. Su recorrido profesional inició en el sector de las telecomunicaciones, en la Empresa de Telecomunicaciones de Bucaramanga, más conocida como Telebucaramanga SA ESP, en donde inició como practicante; gracias a su compromiso, creatividad y buen desempeño fue ascendida hasta llegar al cargo de coordinadora de mercadeo. Posteriormente trabajó con DIRECTV como Jefe regional de Trademarketing, hasta llegar al sector del retail, pasando por Parque Caracolí y actualmente La Quinta Centro Comercial, en donde se desempeña como Gerente, liderando de uno de los malls más reconocidos de la ciudad y en donde ha logrado hacer carrera en uno de los sectores económicos que más la apasiona, ya que le permite impactar directamente la experiencia de las personas: “Lo que más disfruto es crear espacios donde la comunidad se sienta cómoda, segura y bienvenida”.
Llegar a la gerencia de La Quinta no fue suerte, sino el resultado de años de esfuerzo, estudio, decisiones profesionales y la capacidad de asumir retos. Con una visión innovadora, ha implementado estrategias que le han dado un ‘norte’ al centro comercial, adaptándolo a las nuevas tendencias y necesidades del mercado.
Uno de los momentos que recuerda con cariño de su vida laboral ocurrió en DIRECTV, cuando lideraba estrategias de Trademarketing en varias regiones del país. Allí entendió que lo que funciona en un lugar no necesariamente lo hace en otro. En una ocasión, visitaron la ciudad de Tunja, donde intentaron replicar una campaña con ‘papayeras’ y brigadas de vendedores ofreciendo el nuevo servicio de internet, que fue muy exitosa en otras ciudades como Barrancabermeja y Cúcuta, puesto que la música y el “bullicio” atraían clientes, pero que para el caso de Tunja hizo que las personas no salieran o se quedaran en sus residencias, haciendo de esta estrategia, en palabras de la propia Isabel: “Un fiasco total”.
Pero ese tropiezo se convirtió en aprendizaje: cada mercado tiene su propio lenguaje, y comprenderlo y estudiarlo previamente es clave para el éxito. Esto posteriormente se convirtió en una oportunidad porque gracias a ello, le ofrecieron liderar también las zonas del Urabá Antioqueño y Chocó, donde estudió previamente el perfil de las personas que vivían en esas zonas, intereses y motivaciones; todo para reducir al mínimo la probabilidad de que se repitiera una situación como la anterior.
Por otra parte, gracias a los roles de liderazgo que ha adquirido, ha tenido que enfrentarse a ‘retos generacionales’, donde, por su corta edad, muchas veces algunos creen que no cuenta con la credibilidad de una edad avanzada, lo que define como una ‘conquista diaria’ de su confianza. “Con mucha humildad, entendiendo, escuchando y preguntando, se construye un equipo y se gana la confianza”, explica. Para ella, el respeto no se impone con títulos, sino que se gana con acciones, con el trabajo hombro a hombro, demostrando que ninguna tarea es demasiado pequeña cuando el objetivo es el crecimiento común.

Entre las responsabilidades del día a día, Isabel ha sabido encontrar un equilibrio entre su vida profesional y personal. Para ella, el apoyo de su familia y el tiempo de calidad con sus hijos son fundamentales. “El trabajo siempre se repone, la vida de los hijos no”. Saber priorizar, organizarse y confiar en su equipo le ha permitido no solo evidenciar resultados en su trabajo, sino también ser presente en los momentos importantes de su familia.
Su trayectoria demuestra que el crecimiento profesional no tiene atajos. “Yo empecé cargando pendones y haciendo benchmark. Al principio me preguntaba si valía la pena cuando podía estar cómoda en la empresa de mis papás, pero luego entendí que cada pequeño esfuerzo cuenta”. Para ella, el trabajo no debe ser solo una obligación, sino una elección que se disfrute, justificando que nuestro trabajo es lo que vamos a hacer toda nuestra vida y no vale la pena ser infelices en él. “Si uno ama lo que hace, las cargas se vuelven más livianas y lo básico se convierte en algo extraordinario.”