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50 ediciones y sigue para adelante

Ago 22, 2006 | Institucional

Por Pastor Virviescas Gómez
Lo que empezó en 1973 como una idea del entonces decano de la Facultad de Derecho, el ex ministro de Estado José Manuel Arias Carrizosa, se transformaría en una publicación con reconocimiento en el medio local y nacional que por estos días llega a la edición número 50.

Se trata de la revista Temas Socio-Jurídicos, por la que han pasado 151 colaboradores entre estudiantes, profesores, abogados en ejercicio y magistrados.

Su director y editor, a la par de sus labores como cabeza del Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas, es Laureano Gómez Serrano, apoyado por el decano Juan Carlos Acuña, su coordinador Pablo Andrés Delgado y los siete directores de Área y de Línea.

Su tiraje llega a los 1.000 ejemplares semestrales y aunque cuenta con artículos escritos por figuras foráneas, su director dice que el principal propósito es divulgar el trabajo de “lo que da la tierra”, es decir, los colaboradores criollos.

Vivir la UNAB dialogó con Gómez Serrano, quien se siente orgulloso de esta labor que ha venido desarrollando desde hace 25 años y afirma que la revista hace rato alcanzó la madurez y tendrá cuerda para rato.

En un medio en el que aparecen y al poco tiempo desaparecen tantas publicaciones, qué significa llegar a la edición 50?
La revista se ha mantenido en el medio académico, tanto de la Universidad como del país, de una manera permanente apareciendo dos veces por año. Esto marca una continuidad y una influencia constante dentro del medio académico y jurídico, así como la expresión de la producción intelectual de nuestros profesores y estudiantes, y la vinculación de corresponsales extranjeros y nacionales.

¿Cuáles son los rasgos principales?
Tratamos temas jurídicos y los sociológicos anexos a la disciplina del Derecho. Presentamos trabajos de investigación tanto en esfuerzos individuales como colectivos que se realizan en la Universidad. Es lo que produce la Facultad de Derecho de la UNAB y los grupos de investigación que en ella se mueven.

¿Está escrita para abogados o la puede leer un profano?
Usamos un lenguaje claro, sencillo y accesible a un profesional de las ciencias humanas y en algunos temas en general a cualquier profesional que quiera enterarse sobre puntos relativos a los aspectos jurídicos.

¿A quiénes les llega?
A nuestros profesores y estudiantes, a todas las facultades de Derecho y bibliotecas que hay en el país y a las revistas especializadas de Colombia y el exterior con las cuales tenemos intercambio.

¿Trata temas de actualidad?
No solamente toca los temas constantes en el Derecho, que es una disciplina de 42 siglos de existencia, en los cuales hay temas constantes como los valores de la normatividad, la Justicia y el Derecho, que permanentemente están en discusión bajo el viejo principio romano de viejo-nuevo nuevo-viejo.

En Derecho los temas son recurrentes. En el juicio de Sócrates que aconteció hace 25 siglos se ponía de por medio el tema de la virtud, la justicia y la equidad; y hoy la discusión de la Ley de Justicia y Paz es la misma: ¿cuál es la sanción para los delitos atroces y de lesa humanidad que se han cometido en esta guerra civil no declarada?, ¿son sus penas proporcionales? Hace 25 siglos se estaba discutiendo cuál era la pena que merecía Sócrates por desconocer los dioses de la ciudad y pervertir la juventud, y si la pena de la cicuta era adecuada a sus graves delitos.

¿Cómo nació la revista?
La revista surgió en junio de 1973 como manifestación de las primeras inquietudes del cuerpo de profesores de la Facultad de Derecho de tener un órgano de expresión. Ese año aparece un número que articulaba lo que se hacía en la provincia con los temas que estaban trabajando los juristas del país. Se publicaron artículos del magistrado José María Esguerra Samper, Edmundo Harker Puyana, Arturo Valencia Zea y Luis Jiménez de Asúa.

Los gestores fueron el abogado José Manuel Arias, el decano asistente Álvaro Suárez Zapata y el jefe del departamento de Investigaciones, Hernán Prada Niño.

El siguiente número se publicó en 1980 con artículos del magistrado Jaime Betancur Cuartas, el ministro de Educación Pedro Gómez Valderrama, el penalista Jorge González Aranda y de Laureano Gómez S. Esa edición estuvo a cargo de Adalberto Flórez R. En el intermedio de siete años fue sustituida por el llamado Boletín Socio-Jurídico, que contenía análisis de jurisprudencia y resúmenes de conferencias.

Desde finales de 1981 se vuelve a impulsar la revista, publicando un número por semestre, siendo decano Gabriel Burgos Mantilla; directores de Área Jorge Castillo Rugeles, Rodolfo Mantilla Jácome y Gustavo Galvis Arenas, bajo la dirección de Laureano Gómez.

¿Por qué una revista como estas es necesaria para el mundo académico?
La academia es producción intelectual, debate, controversia, y la revista es expresión de esos factores.

¿Hay cabida a todo tipo de ideas?
La revista es pluralista. No hay ningún tipo de censura y la única condición para la publicación es que los evaluadores, que son externos a la Universidad, determinen que el artículo que se pretende publicar reúne condiciones de idoneidad académica. Por lo demás, todas las vertientes del pensamiento pueden expresarse.

¿Esa libertad en algún momento le ha generado inconvenientes o reproches?
En el primer proceso de paz que desarrolló el Gobierno de Belisario Betancur (1982-1986), publicamos en la revista los programas de los grupos insurgentes (Eln, Farc y Epl) y la Ley de Amnistía, lo que fue considerado por algunos miembros de la Corporación como inapropiado para esta clase de revistas. El decano de la época (Gabriel Burgos M.) llevó a la Junta Directiva el tema de la pretensión de excluir dichos artículos y en ella el entonces ministro de Gobierno, Alfonso Gómez Gómez, y signatario del proceso de paz, determinó que no solamente los artículos debían permanecer sino que debía citarse a un foro nacional para discutir dichos documentos y de ahí salió otro número dedicado al mismo tema.

Eso demostró el carácter liberal, libérrimo y libertario de la revista y de la Institución. También el peso de esas connotaciones que les da a la Institución, a la revista y al trabajo de la Universidad un personaje como el ex ministro Gómez Gómez. La revista ha seguido planteando temas álgidos en el panorama político, jurídico y sociológico nacional sin ningún tipo de interferencias ni censuras, sino con el más amplio estilo de discusión académica.

Por esa razón el prólogo de la edición 50 sale de la pluma del vicepresidente de la Junta Directiva como un reconocimiento del espíritu que no solamente guía a la Institución, sino la línea editorial de la publicación.

¿Tienen energías y ganas para llegar y superar la edición 100?
La revista es muy sólida, que ya puede andar por sí misma y que cualquiera que sea la generación que le corresponda asumir su dirección y producción va a garantizar su existencia. La revista tiene redactores de todas las generaciones, tanto profesores de muchos años en la institución como Antonio Bohórquez, Iván Santos Ballesteros y Jorge Eduardo Lamo, que han sido permanentes exponentes de la producción jurídica, y puede mirarse el número de colaboradores que pasa del centenar; y profesores jóvenes e incluso egresados que contribuyen con su trabajo de grado al avance de la investigación en nuestro medio.

En este último número está el índice de todas las personas que han publicado en nuestra revista desde el primer número hasta el presente.

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