El 28 de octubre de 1944 nació Ni Más Ni Menos, un bolero de la autoría del maestro nacido en Zapatoca, pero que en esa época residía en Ibagué (Tolima) junto a su esposa Abigaíl Navarro Argüello, musa de esta canción.
Esta partitura, presente en la inmensa obra musical de Gómez Ardila, aterrizó en el Centro de Documentación e Investigación Musical (CDIM) Alejandro Villalobos Arenas, ubicado actualmente en el segundo piso de la Biblioteca Luis Carlos Galán Sarmiento de la UNAB.
En 2015, 71 años después, Idanis Paola Rueda Osma y Carlos Andrés Quintero, profesores del programa de Música de la UNAB, recibieron esta pieza y comenzaron la investigación de esta obra con el fin de darle un toque artístico y creativo al trabajo del zapatoca.
“Hemos venido trabajando desde 2015 en esta exploración investigativa y artística de las obras del maestro. Representó un reto creativo que junto con el maestro Carlos Andrés Quintero trabajamos. En nuestro deseo innato de hacer música tomamos esta partitura y la empezamos a hacer sonar. Con el tiempo encontramos la historia que le dio origen a la canción. Es una canción de 1944 y en ese tiempo les hacía mucha música a lugares, personas, himnos, pero no a su esposa. Ella se la pidió y él respondió ‘ni más ni menos’”, dijo Idanis Paola Rueda Osma.
El videoclip fue lanzado el 29 de mayo de este año en Youtube, al igual que la canción en plataformas digitales. La grabación de audio fue realizada por el maestro Edwin Castañeda González, docente del programa de Música. Mientras que la realización audiovisual fue hecha por Juan Camilo Rodríguez Rueda, graduado del programa en Artes Audiovisuales, su colorización fue hecha por Brando Felipe Suárez Quinto, actualmente estudiante del mismo programa.
“Desde el siglo pasado era imposible encontrar partituras de música andina colombiana por su escasez y poca difusión, los músicos teníamos que montar las obras de oído sí o sí. Afortunadamente la UNAB fomenta la recolección y preservación de las partituras que se estaban dañando en baúles antiguos de coleccionistas que guardaban sus obras como un tesoro y no lo compartían con nadie, esto funcionó y nos acercó a este bello repertorio de la música andina colombiana en sus versiones originales”, añadió Edwin Castañeda González.
La docente mencionó que en diciembre de 2022 llegó la obra del maestro Blas Emilio Atehortúa e invitó a los estudiantes del programa de Música y de otras carreras de la Universidad a que investiguen este legado sonoro.
“El trabajo que ha hecho el CDIM es muy importante para que los músicos sepamos qué se ha hecho en música en Colombia. Tenemos un problema muy grande y es que no solemos documentar lo que hacemos, queremos dejar documentado lo realizado para el futuro de nuestra profesión. La invitación es que vayan y exploren lo que hay, pero más importante, hacerlo sonar”, finalizó Rueda Osma.
