Si la silla de ruedas no es eléctrica, hagámosla eléctrica

Un proyecto desarrollado por la Universidad UNAB permite adaptar este tipo de vehículo para mejorar la movilidad de personas con discapacidad. Ingeniería que aporta a la inclusión social.

Por Nicolás Jiménez Blanco

Exredactor en Vanguardia con experiencia en redes sociales. Actualmente Comunicador Social en Universidad Autónoma de Bucaramanga.

publicaciones@unab.edu.co

Sergio Andrés Ardila Gómez recuerda que cuando visitaba a Mariela de la Cruz Rueda Pamplona en el barrio San Miguel, mientras ella veía televisión, él y sus hermanos aprovechaban para jugar con la silla de ruedas. “Mi abuela perdió sus extremidades inferiores, y solo con el tiempo fuimos creciendo y descubrimos que aunque para nosotros era un juego, para ella era su vida porque con ese medio se movilizaba”, cuenta él casi 24 años después.

Según el informe Panorama general de la discapacidad en Colombia, del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en el país hay un total, a diciembre de 2022, de 3.134.037 personas con dificultades para realizar actividades básicas diarias, de las cuales 1.784.372 afirmaron presentar complicaciones en los niveles de severidad más altos. De este grupo, el 5 % (156.701) viven en Santander, siendo el octavo departamento con más población con discapacidad. 

Sergio Andrés estudió en el Instituto Tecnológico Salesiano Eloy Valenzuela donde aprendió a diseñar engranajes, tornear, fresar y soldar, lo que lo llevó a estudiar Ingeniería Mecánica en la Universidad Industrial de Santander (UIS). Con su alma de investigador decidió hacer su maestría en Ingeniería Mecánica en la Universidad de Los Andes y en 2017 llegó a la Universidad UNAB donde tomó la decisión de hacer algo para mejorar la calidad de vida de esta comunidad que afronta retos similares a los de doña Mariela. Desde el programa de Ingeniería Mecatrónica de la UNAB trabaja en un proyecto llamado Handbike electromecánico acoplable para silla de ruedas convencionales.

El profesor Sergio Andrés Ardila Gómez es también estudiante del Doctorado en Ingeniería de la UNAB. / Foto Erika Díaz Rangel

“Este es un dispositivo que permite un acople rápido hacia las sillas de ruedas comerciales o convencionales manuales, lo que las convierte en ‘sillas de ruedas eléctricas’, permitiendo así una mejor movilidad para que los usuarios puedan recorrer la distancia que necesiten. Sabemos que la topografía de la ciudad es bastante inclinada y entonces es una de las cosas por lo cual surge este proyecto, ayudar a mejorar la movilidad de la gente con discapacidad”, cuenta el profesor.

El objetivo de este proyecto fue desarrollar un prototipo que tuviera control de velocidad y un sistema de amortiguamiento para un acople rápido a sillas de ruedas usuales. Dicho dispositivo tuvo que ser evaluado para tener una autonomía de 5 a 7 kilómetros con una duración de la batería de dos horas y una potencia suficiente para subir pendientes de 12 grados, características suficientes para hacer una ruta de Cabecera – Cañaveral – Cabecera.

El prototipo fue el resultado de un trabajo de investigación de los exalumnos Álvaro Javier Romero Herrera y César Ferney Pinto Calderón del programa de Ingeniería Mecatrónica, bajo la tutela del profesor. 

Sergio Andrés Ardila Gómez, creador del dispositivo, y Daniel Andrés Vargas Rivera, colaborador de la investigación. / Foto Erika Díaz Rangel

“Desde el punto de vista económico es la posibilidad de tener una silla de ruedas eléctrica más económica y asequible, mejorar la inclusión social y la generación de conciencia social al incluir más a las personas con discapacidad con estas diversas tecnologías. Para que este proyecto tenga un éxito total no solo es crear dispositivos, sino convertir una ciudad incluyente con vías alternas para que ellos se puedan movilizar”, señaló sobre su aporte tecnológico.

“Por el momento solo tenemos un dispositivo que está en fase de patente o de artículo. No podemos avanzar lo suficiente porque debemos esperar y luego buscar alianzas para realizar más dispositivos, su financiación y posteriormente su venta. Es un trabajo largo”, finaliza.

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