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Leyenda echada a perder

Jun 23, 2008 | Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes

El objetivo de la realizaci?n de la cuarta entrega "Indiana Jones y el reino de la Calavera de Cristal" era claro: recaudar m?s dinero para las gigantescas arcas de Steven Spielberg, su director y George Lucas, su productor. En sus declaraciones dec?an que quer?an que las nuevas generaciones conocieran a Indiana, porque ?ste s?lo hab?a quedado en el recuerdo de las generaciones pasadas. Cualquiera dir?a que es muy nost?lgico el punto de vista de ellos, pero a la edad que tienen ?m?s de sesenta a?os? la plata es lo que manda en sus pel?culas. Para que los nuevos espectadores conozcan a este h?roe, ya se pueden conseguir los Dvd?s en los estantes de las video tiendas, o en alguna tarde de domingo desprogramado en uno de los canales privados de la televisi?n nacional. En la actualidad poner a Harrison Ford a sus m?s de sesenta a?os a correr y saltar como un trapecista, es como pedirle a Pel?, Maradona o Platini que vuelvan a las canchas a disputar los torneos de primera l?nea con sus selecciones.
En la pel?cula no hay ning?n elemento salvable, incluso hasta da?an la excelente reputaci?n de la australiana Cate Blanchett una de las mejores actrices de la actualidad y ganadora de dos premios Oscar, quien represent? el papel irrisorio y exagerado de la coronel rusa Irina Spalko, la antagonista de Jones, quien lidera a los enemigos de Jones y su pandilla. Ya es hora de que Hollywood deje a los rusos en paz. Ya les ganaron la Guerra Fr?a y el dominio geopol?tico y econ?mico del planeta, ya les ganaron ?pero de mentira? en los rings de boxeo, en la guerra de Vietnam, y hasta en batallas en el espacio exterior. Si en Hollywood no encuentran nuevos enemigos, entonces vuelven al pasado para reencauchar a los antiguos.
Volviendo a los actores, tampoco se salvan los experimentados brit?nicos Ray Winstone y John Hurt, en los papeles secundarios de "Mac" y "Ox", que m?s bien, parecen adornos ruidosos colocados en un ?rbol de navidad de mal gusto. La revelaci?n de que Indiana Jones ten?a un hijo (Shia LeBouf) nada sorprendente, era absolutamente previsible y tambi?n lo era que apareciera su madre (Karen Allen), importada desde la primera pel?cula de la saga. Y menos predecible a?n, es que vengan en el futuro pel?culas con el hijo de Indiana Jones.
Pero sigamos con los desaciertos. Dentro del dise?o de producci?n de tan costosa pel?cula, cabe preguntar, ?c?mo es posible en pleno siglo XXI que una pel?cula hecha por los dos reyes Midas de Hollywood, presente al pa?s del Per? como una copia burda de M?xico? ?Qu? incluso hasta la m?sica de su banda sonora, tenga el aire mexicano y no el andino? Es que con esta muestra hasta el magn?fico compositor John Williams queda muy mal parado. Esta cuarta entrega deja ver claramente el cansancio creativo que ya tienen Spielberg y Lucas, dos productores y realizadores, que han contribuido con grandes obras a la cinematograf?a de Hollywood, pero que ya se muestran carentes de ideas, y que est?n corriendo con el peligro de caer en lo grotesco.
Para los que tienen un buen recuerdo de Indiana Jones es mejor que no vean esta pel?cula y que hagan caso de todos los malos comentarios de los espectadores que ya fueron a verla, porque son ciertos. Incluso termina de la manera m?s pat?tica: ?con un matrimonio! Estos finales tienen reserva de primera l?nea para las novelas, culebrones y melodramas televisivos, pero es as? como acaban por completo con Indiana Jones: cas?ndolo con la protagonista de la primera pel?cula. Aunque desde el inicio del metraje lo van debilitando de diversas maneras: lo muestran lento en sus acrobacias, ingrato porque es un mal padre que trata de reivindicarse al final con su hijo, temeroso porque monta en una motocicleta como copiloto, porque si la maneja seguro que se cae y finalmente exagerado, viendo extraterrestres salir disparados hacia el cielo en una nave gigante hecha de piedra. Ser?a mejor que Indiana Jones hubiera muerto en una intr?pida aventura, tratando de salvar la humanidad o al menos a su insoportable bandera. Tendr?a m?s dignidad. No caer?a tan bajo como Rambo o Rocky que quieren seguir dando guerra en sus nuevas pel?culas, a pesar de que ya les lleg? el retiro y la pensi?n.

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