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Ministerio de Educación está preocupado por deserción de universitarios y bajo nivel de bachilleres

Mar 10, 2008 | Institucional

Por Pastor Virviescas Gómez

Las cifras reveladas por el viceministro de Educación Superior, Gabriel Burgos Mantilla, y su directora de Calidad para la Educación Superior, Maritza Rondón Rangel, dejaron inquietos y a la vez optimistas a los directivos, decanos, directores de Programa, profesores y en general responsables de acreditación y registro calificado de la UNAB que el viernes 29 de febrero acudieron al Auditorio de Ingenierías.

Atendiendo la invitación que les formularan el rector, Alberto Montoya Puyana; la vicerrectora Académica, Eulalia García Beltrán y el vicerrector Administrativo y Financiero, Gilberto Ramírez Valbuena, los altos funcionarios del Ministerio de Educación Nacional vinieron a la UNAB y durante dos horas desarrollaron la charla: ¿Políticas de calidad de la Educación Superior¿.

Mostraron una radiografía en la que, por ejemplo, Colombia está lejos del 65% en cobertura en educación superior que tiene un país como Cuba, y en la que el nuestro tiene además un déficit en programas técnicos y tecnológicos.

Burgos Mantilla destacó el fortalecimiento que ha recibido el Icetex, con una inyección ya realizada de 250 millones de dólares y un cercano crédito por US$500 millones, pero también su preocupación por la enorme cantidad de jóvenes que abandonan el bachillerato en los grados 10 y 11 y la universidad en los dos primeros semestres. Fenómeno no cuantificado aún, pero que en el caso de la Universidad Nacional está por el orden de los 11 millones de pesos que cuesta el semestre de cada estudiante.

Rondón Rangel explicó que en Colombia hay 6.061 programas con registro calificado y 598 con acreditación voluntaria de alta calidad, y aseveró que la UNAB está por encima de la media nacional en los resultados obtenidos en los Exámenes de Calidad de la Educación Superior, Ecaes. También dijo que en Colombia sólo el 11,7% de los profesionales tiene formación de doctorado, desempeñándose 3.700 de ellos como profesores universitarios y 600 en el sector productivo. La meta, agregó, es tener 30.000 doctores en el año 2019.

El viceministro anunció que en adelante se tendrán en cuenta los resultados obtenidos en los Ecaes para acreditar los programas que ofrecen las universidades.

Por su parte, el rector Montoya Puyana subrayó el propósito que tiene la UNAB de no descansar en los procesos de acreditación institucional y consolidación como la primera universidad del Oriente colombiano. ¿El compromiso es de todos¿, dijo.

Este es el diálogo de Vivir la UNAB con el viceministro Burgos Mantilla, ex rector de la UNAB:

 ¿La cobertura es la materia perdida del Ministerio de Educación? ¿O es que las metas que se trazaron son demasiado ambiciosas?

Es una materia que estábamos perdiendo pero ya la estamos recuperando. En esta materia el país iba mal, pero sí ha mejorado mucho, hasta el punto que en educación básica y media va muy bien. La cobertura promedio está cerca del 94 por ciento y al año 2010 estaremos cerca del 100% si es que no lo hemos alcanzado. Pero eso nos trae problemas en educación superior porque ahí íbamos rajados, en 2002 estábamos por debajo del promedio de América Latina y hoy estamos en ese promedio, comparándonos en la misma franja con Chile, Brasil, Argentina y México, que son los países con los cuales Colombia se puede comparar. La meta es que lleguemos a un nivel del 35% en el año 2010; para el 2019 estar alrededor del 50%. Hay que hacer un esfuerzo muy grande, pero lo vamos a cumplir. En este momento el 20% del presupuesto anual del país se gasta en educación y más o menos el 4,6% del Producto Interno Bruto (PIB). Eso lo podríamos incrementar si tuviéramos paz. Creo que vamos a tenerla y entonces parte de esos recursos que se van para el tema de seguridad, servirán para ampliar cobertura, especialmente en educación superior en donde hay que hacer un mayor esfuerzo en los próximos diez años.

 ¿Por qué razones tanto joven universitario ¿tira la toalla¿?

Ahí tenemos un problema que no se había analizado, pero ya lo estamos haciendo. El Ministerio preocupado por esos altos índices de deserción, que a 2002 estaban en 52%, ha comenzado a estudiar el tema y hemos encontrado que hay un problema económico, que es importante, y eso se está atacando con los créditos del Icetex y el mejoramiento de recursos para las universidades públicas, pero el problema más crítico es la falta de articulación entre la educación básica-media y la superior y ahí estamos trabajando. La mayor causa de deserción es la falta de preparación de los muchachos cuando dan el salto del colegio a la universidad, y eso hay que atacarlo.

 ¿Cómo compaginar mayores oportunidades para ingresar a la universidad con bachilleres tan mal preparados?

En el caso de la educación pública el Ministerio está trabajando muy fuerte en certificar a las Secretarías de Educación, en formar docentes y en subir los estándares y calidades de los maestros, pero el problema se puede combatir muy bien si logramos una llave entre las universidades y los colegios en los dos últimos años. Parece que ahí está gran parte del problema y vamos a estimular que comiencen a hacerse convenios entres universidades y colegios para ese propósito. De hecho ya se presentó el primer caso en Colombia: el Inem de Cúcuta acaba de hacer una alianza estratégica con las universidades ¿Francisco de Paula Santander¿ y la de Pamplona, para empezar a trabajar desde décimo grado con los muchachos del Inem, para analizar qué debilidades tienen, fortalecerlos, que pasen fluidamente a la educación superior y que no tengan esas crisis que tienen en los dos o tres primeros semestres.

 ¿Qué explicación tiene que la universidad pública se queje por los recursos que les asignan, pero a la vez esté creciendo más que la universidad privada?

El desempeño de la universidad pública es muy bueno y en general las mejores universidades del país son las grandes públicas, pero para poder atender las necesidades de ampliación de cobertura, calidad e investigación falta plata. El problema es que como los presupuestos no son elásticos, pues el país ha hecho un esfuerzo muy grande, pero hay que invertir más. La ministra (Cecilia María Vélez) está muy preocupada y cree que estos años tienen que venir en esfuerzos grandes del Estado en recursos para educación superior, porque si aumentamos la cobertura a dónde se van a ir esos muchachos, a la educación superior.

 ¿En las universidades se sigue investigando en temas abstractos, que no se aplican al sector productivo?

No, lo que pienso es que sí hay un problema de pertinencia y equidad en la educación superior, que tampoco es tan crítico, pero ya se están dando pasos muy importantes, se están creando comités universidad-empresa, ya hay modelos maravillosos especialmente en Antioquia de articulación entre empresas y universidades. El país está entrando en ese camino en el que debió entrar hace años. En estos años va a venir un fenómeno interesante, entre otras cosas porque la culpa no es sólo de las universidades, ya que los empresarios tampoco hacían inversión en investigación e innovación, pero ya se dieron cuenta que si quieren competir en el mundo globalizado tienen que tener innovación y ésta no se logra sino con alianzas entre los investigadores y las empresas.

 ¿Así de ¿malo¿ es el negocio de la educación, que según sus cifras en Santander hay 42 instituciones de educación superior y otras 17 haciendo cola para montar sus programas?

Malo no, lo que es muy bueno, no ve la demanda. Hoy estamos en la sociedad del conocimiento; la gente busca el conocimiento y lo paga. Así que cuando hay esa demanda, pues hay oferta. La gente hoy tiene claro que debe adquirir ese conocimiento y está buscando por todas las formas cómo adquirirlo. Lo importante es que haya calidad.

 Colombia dio el brinco de 22.000 programas universitarios en el año 2002 a 6.500 en 2008. ¿Esto quiere decir que había mucha universidad ¿de garaje¿ y que el MEN ahora sí está exigiendo?

Lo que pasa es que no había ningún sistema de control. Cuando se expidió la Ley 30 lo que se hizo fue dejar absoluta autonomía y libertad para las universidades y entonces sucedió lo que pasa siempre: que hubo excesos. Muchas instituciones inscribieron programas y programas, pero muchas no los abrieron. Cuando ya en el año 2003 el Gobierno estableció el Sistema de Registro Calificado y los llamó al orden, pues entonces se comenzó a depurar y ahora ya las universidades saben que tienen que cumplir con unas condiciones mínimas de calidad para ofrecer un programa. Las cifras son asombrosas: estamos recibiendo tres programas nuevos por día para solicitud de registro calificado y eso que apenas estamos en pregrado y no hemos comenzado a trabajar con muchas especializaciones.

 Los Ecaes aparte de servir para que algunas universidades gasten mucho dinero en publicitar sus logros, cuando les va bien, ¿para qué han sido útiles?

Los Ecaes son un elemento del sistema de calidad de la educación superior y sirven para medir los resultados de los estudiantes al terminar su ciclo universitario. Los Ecaes llegaron al país y se van a quedar, lo que hay es que acomodarlos a las nuevas situaciones. El 16 de marzo vamos a presentar una ley que desarrolla el tema de la evaluación de la educación en Colombia y ahí va el tema de los Ecaes. La idea es que midan realmente las competencias de los egresados, sean un instrumento del sistema de calidad y tengan estabilidad por periodos de 10 ó 12 años para que puedan realmente ser comparables. Uno de los problemas que tenemos es que no son comparables. Y entonces sí puedan utilizarlos el CNA (Consejo Nacional de Acreditación) y las mismas universidades como un elemento de análisis de sus resultados. El Ecaes les va a decir a las universidades: ¿mire, sus estudiantes están débiles en Física¿, entonces la universidad puede decir ¿hay que atacar el tema de la debilidad en Física¿, pero al hacerlo en los periodos que estamos hablando puede ver si esa tarea que hizo de mejorar la calidad en Física en los dos o tres años siguientes está dando resultados. Ese es el valor de los Ecaes.

 ¿Colombia está ¿en pañales¿ en materia de formación de doctores, con 150 al año, mientras que Brasil genera 11.000 en el mismo periodo?

Sí, estamos en ¿pañales¿. Para estar al nivel de Brasil, que tiene 180 millones de habitantes y nosotros 40 millones, deberíamos sacar la cuarta parte de los doctores que saca Brasil, unos 2.500 ó 3.000, y estamos apenas en 150 o máximo 200. Estamos muy atrás y ese es un problema crítico del país. Afortunadamente ya hay mucha claridad en el Estado, en la empresa, en el mismo Congreso de la República, y se está trabajando en una reforma profunda de la Ley de Ciencia y Tecnología que permita que se incrementen sustancialmente los doctorados y las universidades van hacia allá.

 ¿Estamos sobrados de médicos e ingenieros y de pronto van a tener que publicar avisos para importar agrónomos, veterinarios y matemáticos, entre otros?

No estamos sobrados de médicos e ingenieros, que nos faltan, lo que pasa es que también nos faltan agrónomos, veterinarios, físicos, químicos, matemáticos, biólogos¿ Tenemos un problema serio en Ciencias Básicas, que es el futuro de cualquier país, que se basa en investigación, innovación y conocimiento, y para eso se necesita un gran nivel de formación en Ciencias Básicas, porque sin eso no se hace desarrollo.

 Llama usted la atención de quienes se creyeron que Santander es una potencia en bachillerato, cuando son cuatro o cinco colegios de excelente nivel que jalonan a los demás.

Eso es cierto, nosotros ya lo advertimos y hay la voluntad política del gobernador (Horacio) Serpa Uribe por hacer un gran esfuerzo para atacar ese tema y mejorar la calidad de los colegios públicos en este departamento.

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