Si los ríos, valles y montañas hablaran, Colombia quedaría aún más aterrada de lo que está hasta el momento con los actos de barbarie cometidos por los grupos al margen de la ley e incluso por la fuerza pública durante el conflicto armado interno que desangró a este país.
Y eso es precisamente en lo que se empeña Sebastián Gómez Vargas, quien desde el pasado viernes 2 de agosto y hasta la primera semana de septiembre expone su obra “Vestigios” en el Campus Rafael Ardila Duarte, de la Universidad UNAB, ubicado en la calle 42 con carrera 34 de Bucaramanga.
Sebastián es un maestro en artes plásticas de la UIS y estudiante de Derecho al que solo le faltan los preparatorios para recibirse de abogado en la UNAB. Sus testigos mudos son por ejemplo el río Magdalena, del que rescató 16 toneladas de troncos que se trajo en dos camiones desde Honda y Puerto Bogotá para elaborar una instalación que permaneció cinco meses en la Biblioteca Pública Gabriel Turbay.
También las ventanas y puertas de casas abandonadas por quienes tuvieron que huir de la noche a la mañana con tal de salvar sus vidas. O el llanto de tantas paredes que presenciaron agresiones y masacres, las cuales reconstruye con bahareque, tierra de diferentes municipios y flores violetas de siempreviva, sin que estas tengan el efecto cicatrizante de la planta.
¿Por qué sobre el conflicto armado colombiano?
En un cruce de caminos entre la frialdad de los códigos y la representatividad del arte, Sebastián escudriña documentos como los informes de la Comisión de la Verdad o del Centro Nacional de Memoria Histórica hasta que tanto horror lo lleva a hacer una pausa para luego inspirarse figurando una empalizada con los miles de cadáveres que durante décadas fueron arrojados a la corriente para borrar cualquier evidencia. Cuerpos mutilados o en descomposición que con frecuencia se enredaban en las atarrayas de los pescadores hasta casi habituarse a esa escena dantesca.
“Esta es una antología donde el artista ha compilado fragmentos y registros de varias obras creadas en los últimos años. Nos presenta estos como vestigios de su trabajo creativo, que muchas veces se ha diseñado para exhibirse en espacios específicos con un carácter efímero. También pueden considerarse vestigios de sus procesos de investigación y trabajo; y sobre todo de su propio sistema poético, donde cada temática representada va dejando sus rastros en la construcción del ser y la conciencia individual y social del autor. ¡Que sigan en sala los testigos y dejen más vestigios para la memoria!”, expresa su colega cubano Fidel Castro Cabello.
Sebastián es un bumangués de 29 años que cursó tanto la primaria como el bachillerato en el colegio Vicente Azuero (Floridablanca), y quien se ve ejerciendo en la rama penal o en el derecho internacional humanitario. “El Derecho me ha dado unas bases que han hecho de mi trabajo artístico lo que es hoy en día, para poder contar temas tan sensibles y dolorosos pero desde lo plástico”, dice, al tiempo que señala que ese arrastre de unos pedazos de madera tiene un significado profundo.
“En mi imaginario como artista hay testigos que no se entrevistan, que no pueden hablar, pero que no pueden callar… y uno de ellos es el río, que ha estado y tendrá que ver infinidad de cosas que suceden en nuestro país. El Magdalena es para mí la memoria viva de Colombia. Quise darle voz al río para que nos contara qué le ha tocado llevar en sus aguas sin que él quisiera hacerlo”, añade el ganador de dos becas del Instituto Municipal de Cultura y Turismo y un estímulo del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes.
¿Y si el suelo se abriera de repente y además de tantas fosas comunes revelara sus secretos? Esa es una de las tantas preguntas que la obra no convencional de Gómez Vargas lleva a plantearse.
El único tronco que perduró lo clavó en la pared de la sala con la ayuda de su padre José Héctor Gómez Rincón; los demás se convirtieron en ceniza. Memoria y tormento caracterizan esta antología de Sebastián, quien tiene la energía suficiente para seguir nadando contra la corriente, soñando con realizar un conversatorio al respecto y anhelando que sus profesores y compañeros la visiten antes de sorprender al público con la siguiente, la cual ha denominado “Carga no apta” y versará sobre las ejecuciones extrajudiciales conocidas como ‘falsos positivos’.
Esta exposición forma parte de la programación de Ulibro 2024 que tiene como lema “Palabras Vivas”, la cual se llevará a cabo del 23 de agosto al 1 de septiembre en el Centro de Eventos y Convenciones Neomundo con el apoyo de MinCultura, Alcaldía de Bucaramanga, Cámara de Comercio de Bucaramanga, Coordinadora, ESSA, Delthac Seguridad, Centro Comercial Cacique, Banco de la República y Crepes & Waffles, entre otras entidades.
