En Santander y su área de influencia en el sur del Cesar, se afectan unos 80 mil cultivadores de arroz y empresas avícolas que dependen de esos sectores para generar empleo y exportaciones.
No obstante las buenas estadísticas que cita el Gobierno Uribe en materia del crecimiento económico que pasó del 1% al 4,7% entre 2002 y 2005, las dudas asaltan a los empresarios y productores porque, si no se deja bien redactada y traducida la negociación del TLC, el sector agrícola perdería la productividad que ha logrado recuperar en los últimos 5 años, expresó la Federación de Avicultores, Fenavi, en un documento de mayo pasado.
El ministro de Comercio Exterior, Industria y Turismo, Jorge Humberto Botero, ha dicho que se revisará ?con lupa? el texto del tratado, antes de cualquier aprobación.
Los empresarios reclaman que se confirme si tendrán una protección durante 18 años, antes de que se elimine el arancel para importación de arroz y de cuartos traseros de pollo desde Estados Unidos.
Por las anteriores razones es que los santandereanos deben pensar con cabeza fría las peticiones que harán al mandatario, a fin de que cumpla las viejas promesas que se le pudieron haber olvidado en su primera jefatura del Estado, para que se comprometa a sacar adelante esta región, en la que él obtuvo 78.046 votos de más con relación a los conseguidos durante la primera elección en 2002.
