El primer puesto lo ocupó Lina Marcela Giraldo, estudiante de la Universidad de Antioquia, quien alcanzó los 127,7 puntos.
Piamonte Pardo llegó hasta ese nivel debido a que aplicó lo que ha recibido desde que pisó la UNAB. "No me puse a estudiar a última hora porque pienso que lo que uno no aprendió en seis años, no lo va a aprender en dos meses. Esperaba que me fuera bien, pero no tan bien", afirma.
"Es muy difícil plasmar en 250 preguntas el conocimiento de una persona, sobre todo en esta carrera que no es una ciencia exacta. A los médicos nos evalúan los pacientes. También depende de la capacidad de interpretación que tenga la persona en ese momento, que puede verse afectada por los nervios", reflexiona.
Por áreas, se destacó en Salud de la Familia y del Adulto, Acciones Administrativas, Acciones Médico-Legales, Ética y Bioética y Salud Pública y Medio Ambiente, mientras que se mantuvo en la media de Salud del Niño, del Adulto Mayor y de la Mujer, Comprensión Lectora y Comprensión de Inglés.
Se enteró por un amigo del resultado cuando estaba haciendo una rotación en Vélez (Santander). "Al principio, por lo que estaba ocupada, no le di la trascendencia que tenía haber quedado entre los mejores diez del país, por ejemplo por las opciones que me abre para una especialización. Estoy muy feliz". Entonces llamó a sus padres María y Manuel, que se dedican al comercio en la capital casanareña.
Una vocación clara
Johanna Elizabeth sabía desde pequeña que iba a ser médica. En el colegio perteneció al grupo de enfermería y luego formó parte, durante siete años, de la Cruz Roja. Así que no dudó un segundo cuando llegó a presentarse a la UIS, donde quedó opcional, pero como no estaba dispuesta a perder un semestre ingresó a la UNAB.
El componente humano, el conocimiento científico y las ganas de trabajar constituyen para Piamonte Pardo el principal capital que le ha dejado su formación en la UNAB. "Tenemos muy buenos profesores
