Como parte del avance de uno de sus proyectos de investigación en materia de construcción de paz, la Universidad UNAB llegó a dos escuelas ubicadas en la subregión del Catatumbo que han sido golpeadas por el conflicto armado, para entregar donaciones y continuar estudiando las iniciativas de reconstrucción del tejido social que se dan en esta zona.
La Escuela Semilleros de Paz se encuentra ubicada en el municipio de Tibú, Norte de Santander, más exactamente en el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación de la vereda Caño Indio de este municipio que hace parte de la subregión del Catatumbo. En la vereda Chiquinquirá de la misma zona se encuentra otra sede de esta escuela (llamada también Sede Educativa Semilleros de Paz). Ambos centros educativos fueron destruidos en la década de los 90 producto de los enfrentamientos de grupos armados presentes en la zona.
Más de 20 años después ambas instalaciones han sido reconstruidas por firmantes del Acuerdo de Paz, en alianza con autoridades municipales y cooperantes internacionales, como parte de las acciones reparadoras (TOAR) establecidas como compromiso en el marco del acuerdo para esta región.
Hasta estas instituciones llegó María Eugenia Bonilla Ovallos, directora del Instituto de Estudios Políticos de la UNAB e investigadora principal de uno de los proyectos de investigación fundamental desarrollado por la Universidad que, en esta visita, buscaba reconocer cómo la educación está garantizando el principio de no repetición en estas comunidades.
La investigación UNAB que asesorará a la JEP
La visita a estas escuelas del Catatumbo hace parte de los avances del proyecto de investigación denominado “Justicia restaurativa y territorialidad: Recomendaciones para el fortalecimiento de las acciones con contenido restaurador- reparador en Norte de Santander y Santander” financiado por Minciencias, Con este proyecto se busca generar recomendaciones ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) para mejorar trabajos, obras y actividades con contenido restaurador-reparador (TOAR) que se están desarrollando en zonas como el municipio de Tibú.
Como parte del trabajo de campo se planteó no solo conocer las acciones reparadoras sino también socializar el proyecto con la comunidad para dar a entender la importancia de la participación de la Academia. Como parte de la socialización además se realizaron entrevistas y grupos focales con miembros de la comunidad de ambas veredas así como con firmantes del Acuerdo de Paz y representantes de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI).
“Esto representa una oportunidad para realmente incidir en el desarrollo del territorio. Es una oportunidad para construir conocimiento no solo desde la universidad sino también con los actores comunitarios. Y de igual manera las reflexiones que como investigadores construimos son muy enriquecedoras para la comunidad. Con este proyecto la Universidad tiene la posibilidad de comprender más el territorio, de comprender cómo podemos contribuir a la implementación de políticas y planes a nivel territorial y así verdaderamente impulsar el desarrollo territorial”, afirmó Bonilla Ovallos sobre su visita.
Una donación para los Semilleros de Paz del Catatumbo
Un mes antes de la realización de esta visita a Norte de Santander, la realización del proyecto de investigación y el área de Dirección de Transformación Social de la UNAB difundieron una campaña de donación de insumos para ser entregados en las escuelas del municipio de Tibú. La campaña denominada ¡El Catatumbo nos une! fue difundida entre comunidad de la UNAB y empresarios de Bucaramanga y Cúcuta, siendo estos últimos los principales aportantes.
Finalmente las donaciones fueron entregadas así: en la Escuela Semilleros de Paz de la vereda Caño Indio, se entregaron cuatro ventiladores y materiales didácticos como cuadernos, libros, cartulinas, plastilina, marcadores, lapiceros, lápices, colores, tijeras. Y en la Sede Educativa Semilleros de Paz de la vereda Chiquinquirá fue entregada una estantería tipo armario de 163.3 cm de alto.
“Para nosotros es muy importante hacer esta contribución porque desde nuestra unidad le apostamos a la formación de niños, niñas y adolescentes. Creemos que es un aporte que será de gran utilidad para el desarrollo de sus clases ya que los niños no contaban con este tipo de recursos. Con esto le apuntamos a seguir transformando los distintos territorios como el Catatumbo para que no se siga percibiendo como un territorio de violencia sino que a través de la educación se convierta en un territorio de paz”, manifestó Doris Barreto Osma, directora de Transformación Social de la UNAB.
Próximos avances del proyecto
Además de las entrevistas y grupos focales con personas de la comunidad de la zona rural de Tibú, dentro del plan de trabajo del proyecto se contemplan otras acciones para realizarse en dicho municipio. Una de ellas será la realización de una caracterización de los distintos saberes de los firmantes de paz y lo que representan para el desarrollo de esta región.
“Ellos cuentan con conocimientos sobre la fauna, la flora, sobre prácticas ancestrales, saben de construcción, de electricidad, de medicina, Lo que buscamos con la caracterización es que esos saberes se pongan a disposición de las metas de desarrollo que se plantean los municipios del Catatumbo para que sigan cumpliendo alrededor de la justicia transicional y avancen en la reconstrucción del tejido social como como compromiso de paz”, comentó Bonilla Ovallos.
La construcción de este proyecto de investigación de la UNAB contó con el acompañamiento de las siguientes instituciones co-ejecutoras: Instituto Colombo Alemán para la Paz (CAPAZ), Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), Gobernación de Santander, Red de Mujeres del Catatumbo y Universidad Francisco de Paula Santander (UFPS).
