Por César Baeza
"Uno aprende más mientras le explica a otros. Además, puedo obtener una beca y pertenecer a la Revista MedUNAB, que ahora trae beneficios como la asistencia a simposios y conferencias de temas relacionados con Medicina", dice Margarita Navarro Rubiano, de primer semestre de Medicina y una de las estudiantes que ejerce como Médico Padrino de ocho estudiantes de su nivel que tienen dificultades en el aprendizaje de algunas materias.
El programa Médicos Padrinos, que nació en el año 2002 por iniciativa de Bienestar Universitario y la Facultad de Medicina, tiene la finalidad de ser un apoyo académico entre los propios estudiantes y disminuir el porcentaje de deserción. El programa funciona bajo la supervisión de Norma Serrano, coordinadora académica de la Facultad de Medicina; María Beatriz Luna, psicóloga de Bienestar Universitario; y los docentes Vladimir Saldarriaga y Gerardo Mantilla, tutores de los estudiantes que apoyan a sus compañeros.
Hay médicos padrinos de primero, segundo y tercer semestre, quienes se destacan por su rendimiento académico y asesoran a sus compañeros en las materias en que están más débiles. Los médicos padrinos pueden obtener becas de hasta el 100% si mantienen un buen promedio.
El sistema ha logrado la finalidad de que muchos estudiantes con dificultades en algunas materias, no se rindan en el empeño de sacar adelante la carrera. "El problema con algunos jóvenes es la adaptación a la vida universitaria y a veces no buscan ayuda", dice la médico Norma Serrano. "Y en ocasiones no es que el estudiante sea malo académicamente, sino que no sabe cómo investigar en Biblioteca, por ejemplo. No se atreve a consultar con un profesor o le da pena. Entonces, lo hace de manera más informal con sus compañeros", agrega.
Gina Rodríguez Castillo, una de las beneficiarias del programa, afirma que "al principio, por ser 'primípara', no tenía un grupo de estudio, pero con los médicos padrinos, tenemos un grupo definido y nos ponemos citas a las que llegamos, luego de estudiar por nuestra parte, a despejar nuestras dudas con compañeros que tengan más claro el tema y así nos ayudamos mutuamente", dice.
"Otra cosa que hemos logrado es que entre los médicos padrinos se formen grupos de estudio muy unidos e integrales, lo que les ha ayudado a mantener la beca académica", dice Gerardo Mantilla. "Y a nosotros, como docentes, nos beneficia porque los estudiantes llegan con preguntas mucho más incisivas que nos obligan a revisar bibliografía que hace tiempo no mirábamos", complementa.
Daniel Canal, quien hace dos semestres se desempeña como Médico Padrino, comenta que ha tenido grandes beneficios personales. "Por ejemplo, aprendí a manejar mi tiempo y ahora tengo más tiempo libre los fines de semana, además comprobé que no es cierto el 'mito' del profesor inaccesible. Los profesores de la Facultad se dejan hablar y trabajan de la mano con nosotros", asegura.