Al cabo de dos intensos días de charlas y exposiciones sobre innovación, liderazgo y sostenibilidad realizadas los días 18 y 19 de septiembre en el II Congreso Internacional de Economía y Negocios y en el XI Coloquio Junior de Investigación, aquí les tenemos a los ganadores seleccionados por los jurados entre las 286 ponencias de la Universidad UNAB y 26 nacionales e internacionales, tanto de manera presencial como híbrida.

En la mesa temática 1 correspondiente a Innovación y transformación digital en las organizaciones, el ganador fue Óscar Andrés Galindo Rodríguez, con la ponencia “Estudio del nivel de madurez digital de las empresas: caso Antioquia-Colombia”; en la mesa 2 de Liderazgo y estrategias para el desarrollo organizacional, la vencedora fue Viviana Paola Delgado Sánchez con “Retrasos en la verificación de ESG: un estudio internacional sobre alcance, proveedores y niveles de verificación; en tanto que en la mesa temática 3 de Desarrollo económico, sostenibilidad y competitividad la ganadora fue Giovanna Rodríguez García con la ponencia “Género y corrupción: evidencias experimentales de percepción, castigo y denuncia en Colombia”.
En cuanto al XI Coloquio Junior de Investigación “Juventud con visión global y compromiso sostenible”, efectuado por la Asociación de la Red Colombiana de Profesiones Internacionales (RCPI) y la Universidad UNAB con su Programa de Negocios Internacionales, las ponencias ganadoras del certificado de mérito fueron: “Posibles efectos de la política arancelaria de Trump en las exportaciones del Valle del Cauca”, de Daniel Cabrera (Pontificia Universidad Javeriana de Cali); “Inteligencia artificial y blockchain como herramientas estratégicas en la gestión de las operaciones del comercio internacional”, de Danielle Margarita Rodríguez Carrillo y su docente Andrea Marcela Méndez Sánchez (Universidad Popular del Cesar); así como “Impacto de la sociedad portuaria Impala Terminal Barrancabermeja en el desarrollo del comercio exterior de Santander”, de Luis Sebastián Rojas Ángel, Álvaro Andrés Silva Pabón y Ángel Herney Peñaranda Castellanos (Universidad UNAB).
La decana de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad UNAB, Andrea Catalina Martínez Lozada, agradeció la numerosa participación en el evento y dijo que éste resultó un espacio fructífero y enriquecedor en el que se pudo conversar de tantos temas de común interés, así como de las tendencias e investigaciones que pueden llevar sus disciplinas hacia otro ámbito y también para buscar soluciones a problemas que vivimos en nuestra sociedad e identificar retos.
“Esperamos de aquí en adelante seguir nuestro camino generando conocimiento para la mejora de nuestras empresas, de nuestros procesos de comercio exterior y de negocios internacionales, y -sobre todo- por el desarrollo económico y sostenible”, manifestó.
A su vez, Iulderc Collazos Hernández, director ejecutivo de RCPI, reconoció la trascendencia de esfuerzos como éste. “Estos espacios les permiten empezar a enfrentarse a todo lo que les viene más adelante. Por eso deben disfrutarlo, porque lo que viene es mucho mejor y van a crecer. Presentar una ponencia es de una gran relevancia e impacto no solamente en lo académico sino también en lo social, porque estamos formando ciudadanos que van a moldear nuestro futuro. Siempre piensen en trabajar en equipo y en ver cómo aportan a la sociedad”.
También intervino el vicerrector Académico de la Universidad UNAB, Franz Dieter Hensel Riveros, quien señaló que Santander ocupa el cuarto lugar a nivel nacional y que existe una relación positiva entre competitividad y desarrollo económico, reflejado en indicadores como el PIB, la pobreza multidimensional y la satisfacción de la vida. Sin embargo, temas como la infraestructura siguen siendo un desafío para la región (campo en el que este departamento ocupa el puesto 13) y la sostenibilidad ambiental (puesto 12). Las tareas pendientes, en su opinión, están relacionadas con la consolidación de un mejor ambiente para el desarrollo de los negocios, el fortalecimiento del mercado laboral y la diversificación de la canasta exportadora.



Cuatro experiencias memorables
En la apertura el jueves 18, Luis Felipe Ordóñez, director del Centro para la Economía Circular (CEC) y quien en 2006 fundó la empresa Pachamama (pionera en deshidratación solar y prácticas sostenibles de frutas deshidratadas), tuvo a cargo la primera conferencia magistral de este II Congreso enfocado a la innovación, sostenibilidad y liderazgo en la economía global.
Maratonista, ciclomontañista y apicultor, Ordóñez enfatizó que la tendencia de la sostenibilidad ya no es solo algo bonito o una idea romántica, sino un factor de competitividad para las empresas, y que ese nuevo enfoque se apalanca en una herramienta llamada la economía circular.
“En este momento estamos viviendo una triple crisis planetaria que corresponde al cambio climático, a la pérdida de diversidad y a la contaminación general”, dijo Ordóñez para explicar la alerta en que se encuentra la humanidad, recalcando que el cambio climático sí existe debido a la quema de combustibles fósiles y la generación de gases de efecto invernadero, a pesar de que haya un movimiento negacionista del que en éste y otros países se encuentran voceros.
El planeta sí tiene unos límites a nivel de recursos y no podemos seguir pensando que es infinito, llamó la atención Ordóñez, aseverando que existe un sobregiro medioambiental determinado porque se están gastando los recursos de manera más rápida sin darle la oportunidad a la Tierra de regenerarse. El pasado 24 de julio ya se habían agotado los recursos equivalentes a 2025 y a partir de ahí se están consumiendo los de 2026 y se requerirían 1,8 planetas para suplir la demanda y la presión sobre los ecosistemas, lo cual es una pretensión sencillamente imposible y, en cambio, la demostración de que se va al despeñadero.
Entonces Ordóñez habló de la oportunidad para países biodiversos como los latinoamericanos con un enorme capital bioeconómico para desarrollar nuevos negocios, basados no solo en extraer materias primas y vender commodities, sino en agregar valor de manera sostenible a través de la transformación.
Dijo que el concepto de desarrollo se está replanteando a nivel local y global, porque no es posible hablar de que una empresa sea muy exitosa si está generando un impacto negativo a nivel ambiental o social.
Sin volvernos cavernícolas y perder las condiciones de vida que hemos venido adquiriendo como sociedad, Ordóñez propone la economía circular como la fórmula para sacar del atolladero a esta ‘civilización del desperdicio’. Una transformación que implica proteger la biodiversidad y la vida, uso correcto del agua, transición energética y descarbonización, emprendimientos sostenibles y empresas con propósito, soluciones basadas en la naturaleza, y formación para el desarrollo sostenible, entre otros factores.
También una decisión personal hacia el consumo responsable, que premie el impacto positivo y las buenas prácticas, con la economía circular como modelo que plantea un cambio en la perspectiva de producción y consumo (prolongando la vida útil de los productos y rechazando aquellos de un solo uso), frente a la economía lineal de extracción, producción, uso y desecho, que enorme desastre sigue causando, empezando por el vestuario y la tecnología que tanto trasnochan a muchos jóvenes.
Los centros comerciales
El segundo conferencista fue Carlos Hernán Betancourt Sanclemente, desde 2009 director ejecutivo de la Asociación de Centros Comerciales de Colombia (Acecolombia), quien se refirió a los centros comerciales como un ecosistema de bienestar y “una industria que construye sociedad y país, que busca transformar desde lo urbano, social, económico y cultural la vida de las personas, de las comunidades y de los territorios”.
Según Betancourt Sanclemente se puede hablar de centro comercial cuando se cuenta con más de 5.000 metros cuadrados de desarrollo de actividad económica; lo otro son plazas comerciales o galerías, pero no centros comerciales. Ahora bien, entre 5.000 y 20.000 metros cuadrados se considera pequeño, entre 20.000 y 40.000 mediano y más de 40.000 metros cuadrados entra en la categoría de los grandes. A diciembre de 2024 Colombia contaba con 265 centros comerciales (49 grandes, 72 medianos y 144 pequeños) desde que en 1972 se abrió el primer centro comercial en el país, San Diego (Medellín).
Reveló estadísticas llamativas como que entre 1972 y 2003 se abrieron 70 centros comerciales en el país, pero entre 2004 y 2008 nacieron otros 70, con picos como el de 2013 en el que 20 abrieron sus puertas o el del año 2016 con 442.000 metros cuadrados nuevos, equivalentes a 10 Unicentro de Bogotá. Arrancando el siglo XX Colombia tenía 1 millón de metros cuadrados en centros comerciales, sumando un millón de metros cuadrados cada tres años y medio. Hasta que desde 2019, y sin tener relación con la pandemia de Covid-19, pareciera que no van a pasar de los 7 millones de metros cuadrados, sin que ello signifique que esa industria se vaya a morir por fenómenos como el de las plataformas internacionales que no pagan impuestos, sino que se halla en un proceso de transformación.
“Quien es capaz de permanecer en el tiempo generando diferenciación, abre su propio espacio de mercado y prospera”, reflexiona y acota que los centros comerciales en Colombia son una industria “próspera” que vende al año 46 billones de pesos y generan 310.000 empleos directos y casi un millón sumados los empleos indirectos, sumando 1.250 millones de visitas al año y 40.000 locales comerciales.
“Las personas hacen su vida y resuelven muchos aspectos de su vida en los centros comerciales porque estos espacios están para eso”, puntualiza Betancourt Sanclemente, quien dice que el menor índice de locales vacíos está en la capital santandereana.
En el ‘raddar’
El presidente ejecutivo de Raddar S.A.S., Samir Antonio Campo Escudero, intervino el viernes 19 con una charla sobre la decodificación los retos y oportunidades del carro de mercado de los bumangueses. Su empresa se encarga de interpretar datos para la toma de decisiones estratégicas en negocios y política pública con base en la realidad de las personas desde su entorno hasta sus comportamientos.
Campo Escudero inició hablando de la marca de jabón Rey y sus múltiples usos (180) no solo en las labores de aseo en el hogar sino hasta para espantar la mala suerte y lavar rines de carros, en cuyo estudio participó. “El consumidor hoy es el rey. ¡Punto!”, sentenció Campo Escudero y explicó que el proceso de consumo es muy complejo.
Partiendo del hecho de que toda la vida consumimos (al menos en Occidente) y que el consumidor es uno de los ejes centrales del aparato económico (las 2/3 partes del desarrollo de la economía es gracias a los consumidores), el conferencista aseveró que un consumidor tiene derecho a la seguridad, escoger, ser informado y ser escuchado, mientras que su deber es usar bien los productos, informarse, escoger acertadamente y dejar saber lo bueno y lo malo de lo que consume.
“Explicar Colombia es sobrepasar el límite de los estereotipos”, afirmó Campo Escudero para pasar a explicar cambios como los tamaños del mercado, los productos que ponen en las góndolas, la forma en que se están distribuyendo los gastos de los hogares y las necesidades que expertos como él deben solucionar.
Sorprendió a muchos de los asistentes al decir que uno de cada cinco hogares en el país está constituido por una persona, rompiendo con lo convencional de la figura de aquel padre de familia que cargaba un bulto de 25 libras de arroz para garantizar el consumo de un mes en su casa. “Ahora es Yeny que es mamá de un perrijo, un gatijo y tiene por mascota a una suculenta”, expresó de manera jocosa. Entonces, recalcó, ese cambio estructural dentro de la composición de los hogares en Colombia tiene efectos absolutamente profundos sobre las marcas que van a gestionar quienes se dedican y se forman para esa actividad.
Dijo, por ejemplo, que la población en el departamento de Santander se está envejeciendo más rápido que el resto del país. La tasa de crecimiento demográfico proyectada para Colombia en 2025 es del 0,79, mientras que Santander está creciendo al 0,48. “¿A quién le vamos a vender carros, motos y casas en diez años?”, instó Campo Escudero, para quien este es un momento de interés significativo porque Santander es el cuarto departamento en la participación de la producción nacional y es la hora indicada para los emprendimientos debido a que se está rompiendo el ciclo de gasto de los hogares que venía bastante rezagado y para ello se dispone de baja inflación, disminución del desempleo y mayores actores disponiendo crédito en el mercado que se irá para moda, entretenimiento, educación y electrodomésticos, así como lo elemental que es comer y pagar salud y transporte.
La oportunidad de Héctor
El cuarto conferencista fue Héctor Orozco Giraldo, quien de 2019 a 2025 se desempeñó como director general de Arcos Dorados Colombia (McDonald’s), compartió su experiencia personal que empezó hace 30 años cuando tenía 14 y se vinculó a esa organización hasta que hace unos pocos meses decidió dejar de estar al frente de 5.000 empleados.
“El poder de no hacer caso” fue el título de su charla, en la que habló de sus sueños infantiles de volar como el basquetbolista estadounidense Michael Jordan y del momento en el que se le presentó la oportunidad de barrer, trapear y cocinar en McDonald’s hasta escalar a lo más alto de la organización. Una oportunidad es un momento, una acción, una decisión. Así lo interpreta Orozco Giraldo, quien recomienda a los jóvenes ponerse en ‘modo oportunidad’, lo cual significa estar en la jugada, no dudar, tomarla…
Oportunidades que hay que crearlas precisamente visionándolas, porque el que no sabe para dónde va cualquier bus le sirve. El segundo paso que sugiere es prepararse óptimamente, incluido el conocimiento de otros idiomas, y que la suerte es cuando la oportunidad y la preparación se encuentran, así otros estén pasándola chévere o sin hacer nada. “¿Ustedes quieren tener más suerte? Estudien, trabajen, comprométanse, esfuércense”. El tercer paso es más sencillo: actuar. Con aceleradores como el de aprender de todo el mundo con humildad y no creer que se las sabe todas.
¿Pero por qué no hacer caso? Al menos a los creativos, persistentes y valientes como Héctor Orozco es remotamente probable que los muevan del camino.
Este certamen de 2025 fue en esencia, como subrayó la decana Martínez Lozada, un llamado a la acción de estudiantes de Economía, Administración, Marketing, Negocios Internacionales, Administración Turística y Hotelera, Contaduría, Seguridad y Salud en el Trabajo, lo mismo que docentes, investigadores y empresarios, para promover prácticas responsables que prioricen tanto el valor económico como el impacto social y ambiental en un mundo complejo, interconectado y cambiante.
En el siguiente enlace pueden ver las imágenes oficiales del evento.