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Hervin Basto: 38 años de entrega, alegría y compromiso UNAB

Oct 20, 2025 | Gestión Humana

Con una sonrisa que siempre ha contagiado a quienes lo rodean, Hervin Basto Bastos se despide de la Universidad después de 38 años de servicio. Alegre, responsable y profundamente comprometido, deja una huella imborrable en la comunidad universitaria que lo vio crecer personal y profesionalmente.

Ingresó a la institución en marzo de 1988 al Departamento de Seguridad y Transporte, donde durante casi cuatro décadas se destacó por su dedicación, respeto y sentido de pertenencia. Más que un vigilante fue un guardián del bienestar de toda la comunidad, un rostro familiar que siempre recibía a todos con amabilidad y disposición.

Hervin Basto Bastos. / Foto Jhulianna Perdomo

Su historia está marcada por el esfuerzo y la superación “Cuando entré, solo tenía la primaria. Gracias al apoyo de la universidad pude terminar el bachillerato en el Colegio Cajasan, por el programa para adultos. Eso fue algo que me marcó mucho porque no pensé que fuera posible”, recuerda con orgullo.

En la UNAB no solo encontró un trabajo, sino también las oportunidades para construir una vida llena de logros y gratitud. “Aquí conseguí muchas cosas. Pude tener mi hogar, mi casa, ver crecer a mi familia… y lo más bonito, una de mis hijas está por terminar sus estudios en la universidad. Eso es un gran orgullo para mí”, comenta emocionado.

Padre de tres hijas y abuelo de cinco nietos, encuentra en su familia su mayor inspiración y alegría. Con su habitual buen humor, conserva recuerdos que le sacan una sonrisa: “Tengo un hermano gemelo, y cuando participamos en las olimpiadas de Cajasan, yo pedía los uniformes para los dos. Mientras yo jugaba un deporte, él jugaba otro, y nadie se daba cuenta. Todos lo saludaban como si fuera yo. Aún hoy hay gente que lo ve y lo confunde conmigo”, cuenta entre risas.

Ha sido testigo de la transformación de la Universidad, viendo surgir nuevas sedes, proyectos y espacios que fortalecieron su crecimiento. Con su retiro, cierra un ciclo con gratitud, pero con la misma energía que siempre lo ha caracterizado. 

Su legado va más allá de los años de servicio: representa los valores que hacen grande a la UNAB, como el compromiso, la alegría, el esfuerzo y el amor por lo que se hace. Hoy, la universidad reconoce en Hervin Basto un ejemplo de constancia y dedicación, y le agradece por haber sido, durante casi cuatro décadas, parte esencial de su historia.