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Canto lírico, la pasión de Catalina

Ago 22, 2011 | Institucional

No es Cecilia Bartoli pero va tras los pasos de esta mezzosoprano considerada como una de las cantantes de ópera de más renombre. La bumanguesa Catalina Skinner Moreno, egresada en 2008 del Énfasis de Dirección Coral de la Facultad de Música de la UNAB, desde hace tres años está cursando el ciclo de profesionalización en canto lírico en el Conservatorio Superior Regional, ubicado en las afueras de París (Francia).

Aparte de las clases diarias junto a algunos latinos y una considerable cantidad de asiáticos que desde niños han incursionado en la música, Catalina ensaya más de dos horas diarias en el sótano de la residencia estudiantil donde vive gracias a la complicidad del conserje. Le faltan dos años para concluir esta primera etapa, que se cerrará con un examen ante un gran jurado, para luego emprender el ciclo de especialización, pero su meta es irse a Alemania u otro país europeo. “La formación de un cantante es muy larga y soy consciente de ello. Se requiere mucha paciencia”, dice.

“Un cantante lírico puede abordar un repertorio erudito desde la Edad Media hasta los compositores contemporáneos. Cuando se cuenta con los medios técnicos para desenvolverse, el cantante lírico puede cantar muchas cosas y abordar muchos repertorios, diferente a un cantante popular que reduce su espectro. Un cantante lírico tiene la posibilidad de cantar música religiosa, música profana, música en ensambles, música para teatro… Es mucho más versátil”, manifiesta.

Su voz la clasifica entre una soprano, que es la más aguda, y una mezzo, que es la voz media. “Puede ser una mezzo ligera o una soprano lírica en potencia”, afirma.

Cada vez que conoce a alguien tiene que aclarar que aunque es colombiana, no es de Bogotá, sino de una ciudad de nombre difícil llamada Bucaramanga, donde hay una universidad llamada UNAB, en la que funciona una Facultad de Música que ya cumplió los 15 años.

Entre sus propósitos a largo plazo no descarta convertirse en docente y regresar a la UNAB, aunque advierte que “para ser un buen profesor hay que primero haber pasado por un proceso donde uno se construya. Se necesita solidez y haber vivido y viajado para compartir todo eso con los estudiantes”.

“El canto lírico está pasando por un momento en el que nacen estrellas y se comercializa esa música. Por ejemplo está la soprano ruso-austríaca Anna Yuryevna Netrebko a quien cualquier cosa que le pongan la hace. Es una voz magnífica. Pero no podemos olvidar a Plácido Domingo y José Carreras (españoles), voces que siguen ahí como muestra de que una vida musical puede llegar hasta los sesenta años y continuar tan campantes”.

Al observar el panorama musical desde estas montañas ariscas de Santander, Catalina recalca que “en nuestra cultura no está la música clásica. No es nuestra música porque no surgió acá, pero eso no quiere decir que no podamos apropiárnosla. Ya se ha hecho ese proceso de apropiación y tenemos compositores eruditos muy buenos. La clave está en abrirse y escuchar esto y lo otro, tener oídos grandes y ganas de conocer, simplemente hay que quitarse los esquemas de que esta música no es nuestra y porque no es nuestra no es buena”.

Catalina sostiene que le gusta compartir su trabajo y que la gente pueda disfrutarlo. Por esa razón es que accedió a la invitación que le formuló Ulibro 2011, la Feria del Libro organizada por la UNAB, que la trajo desde Francia para cantar en la noche de la inauguración (29 de agosto) acompañada por la Sinfónica UNAB, orquesta con la que también se presentará en el Parque San Pío.

También está asistiendo a un grupo de estudiantes del énfasis de canto. “Ellos son talentosos y están con ganas de aprender, así que lo poco o mucho que yo pueda transmitirles y contar de mi experiencia les servirá de algo”, agrega.

Interpretará un repertorio galo, en francés, con arias de opereta (‘una ópera cómica’), más obras del austríaco Wolfgang Amadeus Mozart y una melodía del compositor colombiano José María Tena. “Hicimos un repertorio variado para que los bumangueses se den cuenta que el canto lírico puede ser muy accesible. Las arias de opereta son muy cómicas y aunque vaya a cantar en un idioma que no es el nuestro y que no entendemos, vamos a tener el reto de transmitir algo con esa gracia y esa sencillez de la música que se hace para reír. También voy a hacer algo en italiano, que es el idioma del canto lírico, para que se den cuenta que también podemos hacer llorar y ponernos tristes o cantar cosas ligeras y cómicas. El canto lírico es muy versátil”.

Por razones como estas y porque en Bucaramanga debe haber espacios como Ulibro para que un cantante lírico se muestre, es que Catalina Skinner cambió el verano en París por esta temporada lluviosa en el trópico.

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