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La Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB), desde el Instituto de Estudios Políticos (IEP), realizó el conversatorio Retos y oportunidades para la construcción de paz territorial con enfoque de género y el panel Retos y posibilidades para la implementación de los acuerdos de paz a nivel territorial, en articulación con la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), que tiene convenio con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).

“Desde 1998, cuando nace el IEP, hay una apuesta de investigación muy clara que ha sido la construcción de paz, en esta oportunidad nos articulamos con la OEI y la JEP para generar estos espacios en los que pudiéramos conversar con mujeres que se encuentran en el proceso de reincorporación a la vida civil en Santander y que son comparecientes antes la JEP por casos de secuestro y reclutamiento de menores de edad”, indicó María Eugenia Bonilla Ovallos, directora del IEP de la UNAB.

José Santiago Arroyo, docente UNAB, Felisa Vargas, emprendedora que participa en proceso de reincorporación a la vida civil, Carlos Nupia, docente UNAB.

Felisa Vargas Quiroga, hoy emprendedora en el sector del cacao, Daisy Téllez Giraldo, fotógrafa y dedicada a actividades de comunicación y Diana Carolina Medina, quien presta servicio de escolta, son tres de las mujeres que aceptaron reincorporarse a la vida civil en el marco del Acuerdo de Paz pactado entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC) en septiembre de 2016, y narraron ante estudiantes de pregrado y posgrado de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, sus testimonios de vida.

“Además del entrenamiento militar, una cosa muy dolorosa que pasamos en la guerra fue dejar a nuestros hijos, en el momento en que le dicen a uno que si está allá tiene que dejar los hijos, uno dice que sí, pero cuando me tocó dejarla, fue como si me estuvieran arrancando el corazón”, contó Felisa Vargas, quien nació en Bolívar, Santander, cursó la primaria, anhelaba estudiar en un colegio agropecuario, pero su sueño se truncó cuando en 1985 entró a la guerrilla. 

Aunque confesó que ante la firma de los acuerdos de paz su mayor temor, y el de muchos otros, era que los mataran, hoy expresa que está feliz, que fue la mejor decisión, porque tuvieron la oportunidad de estar con sus  familias y en escenarios de la política.  

Daisy Téllez, fotógrafa que participa en proceso de reincorporación a la vida civil.

“Ingresé a los 18 años, tomé la decisión debido a que vivía en una zona de mucho conflicto armado y fue la única opción que vi para poder proteger mi vida, cuando se dio todo el tema de los diálogos de paz, dijimos esta es la posibilidad de poder firmar la paz y empezar a construir desde los territorios que es lo que estamos haciendo hoy en día, porque ahí está todo estipulado para que pueda haber desarrollo desde el campo rural”, reveló Daisy Téllez, nacida en Catatumbo, Norte de Santander, quien tiene el reciente privilegio de ser madre, lo que considera uno de sus mayores logros.

Diana Carolina Medina, escolta que participa en proceso de reincorporación a la vida civil.

“Lo hice por la necesidad, por el abandono del Estado en el campo, yo soy del campo, por eso llegaron muchos niños a las filas. Yo llegué a los 14 años a experimentar qué iba a ser de mí de ahí en adelante ya que no tuve más oportunidades de estudiar, ni nada, entonces llegué a ver qué podía aprender. Me capacitaron como enfermera y prácticamente desde que entré hasta que se firmó el Acuerdo de Paz ejercí en enfermería”, contó Diana Medina, quien nació en Mesetas, Meta, y sueña con tener una farmacia.  

En estos espacios también se develaron los grandes retos, cuando ya han transcurrido más de seis años de la firma de los acuerdos de paz, se habló del bajo porcentaje en la implementación de estos, pues deben ponerse en marcha más de 32 mil proyectos productivos y hasta el momento van menos de mil.

“La academia va a ser fundamental en la generación de conocimiento, poder caracterizar el perfil de los reincorporados en Santander y hacer alianzas con las cadenas de valor; en este ejercicio académico de reflexión y discusión con profesores de la maestría en Políticas Públicas y Desarrollo y la maestría en Ciencia Política, se reflejó la necesidad de entender cómo se puede desde el territorio agenciar recursos tanto de cooperación internacional para el desarrollo, como de los fondos presupuestales de orden nacional que permitan avanzar realmente”, finalizó Bonilla Ovallos.  

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