Tita Katherina Otero González es una profesional del Derecho y de Estudios Literarios de la Universidad UNAB, programas de los cuales se graduó en 2020 y 2024, respectivamente. Actualmente ejerce como abogada titular en ARLOT Abogados y Asociados, mientras su tiempo libre lo dedica a leer y ser influenciadora de literatura en redes sociales o bookfluencer.
De igual manera, Otero González estudia una maestría en Escritura Creativa de la Universidad de la Rioja en España.

¿Por qué tomaste la decisión de formarte en Derecho y luego en Estudios Literarios?
Desde que era pequeña, tal vez de 12 o 13 años, nació la idea de estudiar Literatura, pero entré a estudiar Derecho acá en la UNAB . Siempre que estaba en las clases de Derecho decía que, en algún momento, debía estudiar la carrera de Literatura Virtual y organicé todo para que al terminar una, pudiera comenzar la otra ya que son dos modalidades diferentes y debía gestionar tiempo y espacio.
¿Tienes recuerdos de esos primeros libros que leíste? ¿Cómo es esa relación conla literatura?
Es curioso porque a mí no me gustaba leer. Siempre fui de escribir, pero nunca de leer y eso es paradójico. Tengo el recuerdo de mi primer libro a los 12 años, que fue la saga de Harry Potter, y ahí me enganché con la literatura. Como a los 14 años, mientras estudiaba en la Fundación Colegio UIS, tuve una profesora que fue muy importante en mi vida que se llama Silvia Sanabria.
Ella me orientó más, me dio diferentes lecturas y fue cuando empecé a entrar un poquito en el mundo literario. Esto va a sonar cliché, pero leer es mi lugar seguro. Al principio lo veía como pasatiempo y luego sí lo vi como una oportunidad de ser y conocer muchas más cosas. Ahora soy una referencia para mis amigos y conocidos porque siempre me preguntan “¿qué libro me recomiendas?, ¿qué estás leyendo?”.
Dijiste que cuando niña te gustaba escribir, pero no leer. Ahora que amas ambas cosas y te preparaste académicamente en esta rama, ¿qué son las letras para ti?
Es la exploración del mundo y de mí misma, pero también de todo lo que hay a mi alrededor. Siento que a través de las letras, ya sea cuando se está escribiendo o cuando se está leyendo, uno puede descubrir cosas que en el día a día no descubre tan fácilmente y así se puede aprender de sí mismo. En todos estos años académicos he encontrado cosas que yo no sabía y queno veía a mi alrededor.
Primero presencial con Derecho y luego virtual con Literatura. ¿Cómo fue ese cambio y qué resaltas del trabajo de la UNAB?
Fue interesante porque yo tuve que estudiar y trabajar a la vez. Por eso me demoré un poquito en graduarme de Literatura, pero la modalidad virtual me ayudó a que pudiera hacerlo. Tuve que organizar mis tiempos y parte de la didáctica de autoaprendizaje de la UNAB me ayudó a distribuir el tiempo de forma correcta. Cuando uno estudia virtual, uno tiene que dar más de sí mismo para poder llevar bien las cosas a feliz término. Fue una experiencia muy interesante en ese sentido por el relacionamiento con los profesores y compañeros, y de igual forma el programa está atento al proceso de cada estudiante.
¿Cómo fue la relación de lectura frente a lo que tuviste que leer cuando estudiabas Derecho?
Cuando uno entra a estudiar Derecho, la gente le dice, «es que usted tiene que leer mucho para poder ser abogado.» Y sí y no, porque efectivamente uno tiene que leer, pero cuando yo entré pensaba «ah, bueno, es que a mí me gusta leer y por ahí va el camino. Y no, porque realmente cuando uno estudia Derecho y es abogado, lo que uno lee es completamente diferente desde el punto de vista de la literatura, jurisprudencia, la doctrina de temas concretos y el tecnicismo, mientras que en la literatura se estudian los textos que pueden ser novelas, cuentos, poemas o ensayos. Las experiencias de lectura son abismales.
¿Por qué tanto amor por los libros ahora?
Yo siento que uno siempre tiene que encontrar el libro correcto para uno engancharse. En ese momento fue Harry Potter, y apenas me lo leí, me enganché. Recuerdo que me terminé la saga, era de mi hermano y comencé a coger los libros que él tenía, empecé a consumirlos y hubo un momento en que ya no habían más libros en mi casa y dije, “ahora qué”, así que acudí a mi mamá para que me comprara más y más. Ahí ya nunca perdí la conexión con los libros.
¿Cómo ha sido ahora tu vida profesional después de ser profesional de Estudios Literarios?
Entiendo los libros de una forma completamente distinta. Porque siento que antes mis lecturas eran un poquito más superficiales, como que sí, me gustaba mucho leer, pero cuando estudié Literatura empecé a centrarme en el contenido, la forma como está escrito, qué hay detrás de cada palabra, entonces uno ya no vuelve a leer absolutamente nada igual.
Miras los libros de otra manera, pero ¿cómo haces para saber qué recomendar en redes sociales? ¿Cómo inició ese rol de bookfluencer?
Yo comencé por curiosidad. En un momento dije “yo quiero hablar con alguien de lo que estoy leyendo”, venía con esa idea desde hace varios años porque yo consumía mucho contenido en redes sociales de libros, sobre todo en YouTube, y me animé a hacerlo. Ahora lo veo como una posibilidad de crecimiento a nivel de carrera y que me abre puertas.
Las redes sociales son una disciplina porque todo gira en torno a qué pienso, qué leo, qué publico y qué recomiendo. Ha sido un proceso interesante porque uno no se da cuenta la cantidad de gente que tiene la misma pasión por los libros y eso es lo bonito detrás de las comunidades literarias, sobre todo en Bucaramanga, que hay mucha gente que lee. Se abrió un horizonte literario y no solo tiene que ser un acto en soledad, la lectura y la escritura no tienen que ser actos solitarios, sino que también pueden ser colectivos.
¿Qué es Lumos Lecturas Conjuntas?
Lumos nació en enero de 2024. Yo trabajé unas lecturas conjuntas con unas compañeras mexicanas y me gustó la dinámica, pero ellas cerraron este ciclo. Así que con dos compañeras del programa nos lanzamos a trabajarlo entre nuestra comunidad. El primer libro que elegimos fue Vladimir de Leticia Martin, lo elegimos porque era el premio Lumen. Elegimos libros cortos con los que la gente se pueda sentir cómoda. Somos una comunidad de WhatsApp con alrededor de 160 personas que se unen a las lecturas, ponemos tres libros a votación y el libro escogido lo dividimos en cuatro partes para cuatro semanas. Al final cada uno lo comenta en la comunidad, hace su análisis y continuamos.
