El 16 de diciembre de 2024 es una fecha memorable por varias razones: ese día Sac del Río Guevara Cano recibió su diploma como psicólogue en la UNAB convirtiéndose así en el primer graduade no binario de esta universidad y en la segunda persona en Colombia en obtener un título universitario en Psicología con lenguaje neutro. La alegría de Sac por alcanzar estos logros estuvo antecedida por barreras discriminatorias que se extendieron incluso hasta después de su graduación. Esta es su historia de resistencia en medio de un sistema que aún parece negarse a validar su identidad de género.

Un episodio que terminó afectando su salud mental cuando tenía 14 años fue lo que motivó a Sac del Río a estudiar Psicología, antes de eso, se interesaba más por la Medicina. Fue esa situación en particular la que le hizo querer convertirse en un profesional capaz de acompañar a quienes, como en su caso, han enfrentado momentos de soledad cuando su bienestar emocional se ha visto afectado.
Cuando empezó a estudiar su pregrado en la UNAB pensó que la única opción para su carrera era el enfoque clínico, algo que no terminaba de satisfacerle. A medida que avanzaban los semestres, empezó a preguntarse cómo los diferentes contextos sociales se relacionan con la aparición de ciertos problemas de salud mental en Colombia y Latinoamérica, algo que el mero enfoque clínico no le permitía profundizar.
Fue entonces cuando las clases de algunos docentes, que involucraban otras perspectivas como la política en sus cátedras, le permitieron descubrir que su vocación se encontraba en la psicología social, algo que sintió como una oportunidad para llevar su conocimiento más allá del nivel profesional. «Me interesé por poder hacer un trabajo desde la psicología pero con una perspectiva social y sobre todo hacia la comunidad que a mí me atraviesa que es la comunidad trans y las disidencias de género. Esto me permitió entender que la psicología no solo puede verse desde un consultorio, sino también entendiendo que lo que le pasa a una persona involucra su conducta y su forma de pensar».
Su deseo por enfocarse en el ámbito social hizo que realizara la práctica en la Clínica Jurídica de Derechos Humanos e Interés Público de la UNAB, en donde lideró la línea de género y participó en diferentes proyectos relacionados con esa área. Terminada esta etapa, Sac del Río estaba liste para solicitar su grado y cumplir un gran deseo: que su diploma tuviera el título de psicólogue. Pero antes de poder siquiera imaginar dicho momento, tuvo que enfrentar grandes obstáculos por identificarse como persona no binaria.
Para poder cambiar su dead name (nombre de nacimiento de una persona no binaria) y hacer el trámite de su grado con el título de psicólogue, la UNAB le exigía que su cédula tuviese su nombre actual, ya que al ser documentos públicos, los datos tanto del diploma como del acta de grado deben coincidir con los dispuestos en los documentos de identidad. Para esto, Sac contó con acompañamiento constante del Comité de Género de la Universidad desde marzo de 2024 cuando empezó su travesía por tramitar su nueva cédula, cuya experiencia manifiesta «ha sido la situación más transfóbica que he vivido».
Primero tuvo que cambiar su registro civil en una notaría, tal como lo establecen los decretos 1260 de 1970 y 1227 de 2015. Ya con este cambio debía llevar estos papeles a la sede de la Registraduría de Bucaramanga, pagar el monto de $ 400.000 por modificación, y solicitar la nueva cédula. En teoría, en Colombia este tipo de trámite lo puede realizar cualquier persona y no debería representar mayores demoras porque solo requiere seguir el proceso anterior, pero para Sac tuvo más inconvenientes.
Durante más de dos meses acudió infructuosamente a las oficinas de la Registraduría por lo que tuvo que interponer un derecho de petición para lograr recibir atención a su caso. Cuando al parecer ya se encontraba en el sistema para iniciar el trámite, la institución interpuso diferentes trabas que hicieron aún más lento el proceso. Finalmente en julio, luego de cinco meses, y habiendo hecho el pago del nuevo documento en marzo, le informaron que tendría que volver a hacer el pago si quería finalizar el trámite.
Ante esta última negativa, Sac decidió acudir a la Registraduría de Bogotá en donde recibió su nueva cédula en menos tiempo del que le tomó llegar a esa oficina. Una semana después, la UNAB hizo los cambios de nombre en sus registros académicos y así el día de tener su diploma como psicológue se hacía más cercano.
A partir del caso de Sac, el Comité de Género de la UNAB realizó la gestión para modificar el proceso de solicitud de grado y permitir que cada estudiante elija la denominación de género que prefieren para su título. Esta decisión institucional fue tomada teniendo en cuenta las determinaciones del Ministerio de Educación, el cual determina que los registros calificados de los programas universitarios no establecen titulaciones con géneros específicos, por tanto las universidades pueden asignar a estas el género que corresponda a la identidad de cada estudiante.
A pesar de ese avance, la frustración del tiempo perdido hizo que la salud mental de Sac se afectara y que sintiera un rechazo generalizado hacia su persona. «Realmente a mí lo que me frenó fue no poder tener mi nombre en la universidad y no tener fácilmente una cédula que dijera mi nombre. Todo es estructural, no es una sola cosa lo que te genera una barrera, es una cuestión estructural, si legalmente tú no tienes una cédula que diga: «Eres esta persona», en otros lugares vas a tener muchísimas dificultades. En la Registraduría de Bucaramanga nadie me quería atender porque por ser una persona trans nadie sabía cómo hablarme. Fue una situación horrible».
Nueve meses tuvieron que pasar para que Sac lograra recibir el título acorde a su identidad de género. Finalmente ese 16 de diciembre, al escuchar su nombre en el Auditorio Mayor de la UNAB, subió al escenario con la bandera no binaria amarrada a su espalda y recibió el primer diploma no binario que ha entregado la Universidad en sus más de 70 años de historia. El primer psicólogue de la UNAB y el segundo de Colombia.

«Lo sentí como un triunfo, un triunfo ante este sistema binario que está estructurado para que nosotres, las personas trans, las personas no binarias y disidentes de género no existamos. Ese día dije: «De verdad existo.» Y así como yo existo, existen muchas otras personas que vienen con esta mismo sensación sobre su identidad. Tenemos que luchar por por existir porque todo el tiempo nos están borrando, violentando, estructuralmente todo está hecho para que no existamos de ninguna forma. Estaba muy feliz, todavía me siento muy feliz».
Lamentablemente la lucha no terminó ahí. Aún con la emoción de su nuevo logro, 14 días después de su grado comenzó otra batalla, esta vez por obtener su tarjeta profesional. El pasado 30 de diciembre, Sac se dispuso a tramitar este nuevo requisito que requiere su profesión para ser ejercida. Este proceso se realiza en la plataforma del Colegio Colombiano de Psicólogos (Colpsic) en la que no figuraba la opción de «no binario» en la casilla de género del formulario de solicitud.
Sac se contacto con la entidad directamente a lo que esta respondió que esto se debía a un tema de actualización del sistema, por lo que debía seleccionar «femenino» o «masculino» y cargar sus documentos haciendo la aclaración de incluir su pronombre no binario. A pesar de seguir estas instrucciones, Colpsic le respondió argumentando que su título universitario no tenía validez en el país y que por tanto tendría que pedir la modificación del diploma a la UNAB para tener su tarjeta.
Ahora, Sac pasaba por una nueva dificultad pero esta vez junto a otra persona que igualmente era rechazada por su identidad. Se trataba de Delta Fuvial Matiz Martínez, con quien mantiene una amistad hace varios años y que también es psicólogue pero de la Universidad del Rosario, institución que otorgó el primer título profesional con un pronombre neutro (abogade) en Colombia en 2023. Delta se graduó unos días antes que Sac y también inició el trámite de la tarjeta profesional antes, pero el rechazo institucional los hizo unir fuerzas para vencer la discriminación.

Ambos tomaron la decisión de insistir ante Colpsic e incluso interponer acciones jurídicas que hicieron que la entidad finalmente les concediera su documento profesional casi dos meses después de haber iniciado el trámite. Por tiempos de solicitud, Delta fue el primere en recibirla y posteriormente la recibió Sac. Este fue un nuevo triunfo seguía reflejando las diferentes vulneraciones que sufren las personas trans y no binarias, incluso cuando, en casos como este, existe un respaldo del MEN y de la Corte Constitucional a través de la sentencia T-033 que valida la legalidad de ambos diplomas.
«Existen muchas personas que viven esta misma situación burocrática y ante eso quiero decirles que no somos uno solo. Hay mayoría de personas trans que estamos regades en todo el país. Ante ese miedo, esa incertidumbre que generan todos estos obstáculos y ese mundo no nos quiere vives ni enunciades, somos más. No hay que rendirse y hay que buscarnos porque solo buscándonos entre nosotres nos entendemos y podemos lograr lo que nos corresponde por derecho. Somos una familia muy grande aunque nos quiera vender la idea de que no existimos».
Sac del Río no solo se ha convertido en referente en temas de inclusión y reconocimiento de identidades de género diversas en la UNAB y en Colombia, sino también en un ejemplo de determinación digno de resaltar. En un país en el que los prejuicios hacia la diversidad siguen siendo una constante por transformar, la tenacidad de Sac nos recuerda que su lucha es una necesaria resistencia por defender el más humano de los derechos: el de su propia existencia.