Algunas de estas palabras no significan necesariamente lo que se quieren decir, pero se han interiorizado en la jerga cotidiana para descalificar a los hombres:
Cacorro: Adjetivo para despreciar un hombre por su carácter débil.
Filipichín: Afeminado.
Loca: Dícese del hombre que actúa como una fémina.
Impotente: En el sentido despectivo, que no es capaz de mantener relaciones con una mujer como consecuencia de su desviación sexual.
Invertido: Hombre que adopta acciones de mujer.
Maricón: Persona débil e impotente.
Mariquita: Hombre afeminado y de poco valor.
Roscón: Hombre que siente atracción por personas de su mismo sexo.
Fuente: Revista Consumer Eroski, número 85 de 2005
(Para leer otras formas de discriminación provenenientes del uso que se le da al lenguaje vaya a las Notas Relacionadas correspondientes al artículo ?El lenguaje es un instrumento cotidiano de discriminación?, menú en la parte izquierda de la pantalla)