Con el lema “El futuro de los museos en comunidades en constante cambio”, este domingo 18 de mayo es el Día Internacional de los Museos, una celebración que convoca a más de 37.000 entidades de 158 países y de la que también hace parte la Universidad UNAB.
Organizado desde 1977 por el Consejo Internacional de Museos (ICOM por sus siglas en inglés), su propósito es concienciar sobre el hecho de que los museos son un medio importante de intercambio cultural, enriquecimiento de las culturas y desarrollo del entendimiento mutuo, la cooperación y la paz entre los pueblos.
Así lo entiende también la Dirección Cultural de la Universidad UNAB, en cabeza de Camila Botero Santos, quien manifiesta que “el Día Internacional de los Museos representa una oportunidad valiosa para visibilizar el patrimonio cultural que resguardamos. Es igualmente una ocasión para invitar a la comunidad universitaria y a entidades aliadas a reconocer la importancia de las colecciones, explorarlas desde distintos enfoques y proponer nuevas formas de relación con ellas. Al sumarse a esta celebración, la Universidad UNAB reafirma su compromiso con la memoria, la educación patrimonial y el fortalecimiento de la identidad cultural”.
Para esta fecha, la UNAB participará de manera articulada con otros museos de la ciudad en un ejercicio colectivo de promoción. Esta iniciativa busca fortalecer la integración en la red de museos de Santander y consolidar su activa participación en la gestión del patrimonio del departamento, especialmente a través de la puesta en valor de las piezas arqueológicas de la cultura Guane que conserva.

“La Dirección Cultural, en colaboración con el Sistema de Bibliotecas de la UNAB, ha adelantado en los últimos años un proceso riguroso de catalogación y caracterización de las piezas arqueológicas que conforman la colección. Este trabajo ha permitido su exhibición bajo criterios museográficos adecuados, inicialmente en La Casona UNAB (calle 42 con 34 esquina) y posteriormente en la Biblioteca del Instituto Caldas. Actualmente estamos diseñando estrategias para establecer exposiciones fijas en otros campus y de esta manera poner en valor todas las piezas guane con las que cuenta la Universidad”, señaló Botero Santos.
En su opinión, exponer esta colección tiene un impacto profundo no solo en la conservación de la historia y la memoria, sino también en el público (escolares, universitarios y ciudadanos en general) que cuenta con la posibilidad de acercarse de manera directa a nuestras raíces indígenas y contribuir al fortalecimiento de la identidad cultural. “Para el departamento, representa un aporte significativo a la preservación del legado Guane y una expresión concreta de reconocimiento a su presencia en el territorio que habitamos”, agregó.
En igual sentido se expresa Angélica María Díaz Vásquez, registradora y curadora de la colección, quien afirma que “más allá de conservar objetos, los museos contemporáneos educan, dialogan y construyen vínculos con sus públicos. Son espacios vivos donde se teje la memoria colectiva y donde el pasado dialoga activamente con el presente”.
La colección fue adquirida en el año 2001 y cuenta con los registros oficiales de tenencia otorgados por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH). “Este reconocimiento legal no solo valida la posesión institucional, sino que implica una responsabilidad ética en la salvaguarda del patrimonio arqueológico, tal como lo establece la Ley General de Cultura”, precisó Díaz Vásquez.

Los museos de la UNAB
En 2011 se inauguró la primera sala de exhibición de la colección en el primer piso del edificio D-1. En este espacio, 60 piezas cerámicas ofrecen una aproximación inicial a los sitios arqueológicos de procedencia: Oiba, Mesa de Los Santos y Guane (Barichara).
Esta labor se fortaleció en 2017 con el registro del Museo Universitario de Colecciones Patrimoniales de la UNAB ante el Sistema de Museos Colombianos (SIMCO), lo que permitió consolidar su papel como referente cultural y educativo en la región. Desde entonces, lidera la Mesa de Museos del Oriente colombiano, articulando esfuerzos institucionales en torno al patrimonio.
El proyecto adquirió una nueva dimensión en 2022 con la creación de una “reserva visible” en el quinto piso de la Biblioteca Luis Carlos Galán Sarmiento. Este espacio permite preservar y estudiar la totalidad de la colección. Allí se organizó tipológicamente la cerámica, verificando los inventarios y la actualización de los estados de conservación.
Otro paso dado fue la inauguración en 2023 de la muestra “Diseño precolombino en la cerámica Guane”, en el campus Rafael Ardila Duarte, sede patrimonial de La Casona. Esta sala presenta 45 piezas que revelan la complejidad técnica y estética de esta tradición alfarera, en las que se destacan incisiones, pinturas y motivos simbólicos aplicados a objetos tanto utilitarios como ceremoniales.
La exposición, destaca la curadora, propone una mirada que reconoce el diseño como una forma de pensamiento ancestral, con estructuras visuales cargadas de sentido y belleza. Las piezas de cerámica Guane, con una cronología estimada entre el 900 a.C. y el 1500 d.C., reflejan una sofisticada manufactura: diversidad de formas, repertorios geométricos, técnicas pulidas o burdas, y una dimensión simbólica profunda.
Un año después se abrió una nueva sala en la Biblioteca del Instituto Caldas, con el nombre “Formas y rostros del barro”, pensada para el público infantil. Plantea una mediación sensible para imaginar cómo era la vida cotidiana en el territorio. Utensilios domésticos, piezas rituales y figuras zoomorfas -como ranas, serpientes y aves- invitan a explorar el vínculo profundo que las culturas prehispánicas establecieron con la naturaleza.
“Con este esfuerzo sostenido, la UNAB reafirma que los museos universitarios no son depósitos inertes del ayer, sino espacios activos y dinámicos donde se cultivan habilidades fundamentales: la observación atenta, el pensamiento crítico, la empatía cultural y la interpretación del mundo desde múltiples perspectivas. Esta iniciativa contribuye a formar ciudadanos capaces de reconocer la riqueza de nuestra herencia y de asumir, con responsabilidad, su cuidado y transmisión hacia las generaciones futuras”, concluyó Díaz Vásquez.

Los museos, enfatiza ICOM, pueden salvaguardar el patrimonio inmaterial, aprovechar la energía de la juventud y adaptarse a las nuevas fronteras tecnológicas. Ellos son algo más que espacios de conservación: son participantes activos en la configuración de comunidades sostenibles e inclusivas.
Todo ello en la línea de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) referidos al apoyo a las economías locales creando oportunidades de empleo y ofreciendo programas educativos que empoderan a las comunidades, lo mismo que al fomentar la creatividad y adoptar los avances tecnológicos, los museos impulsan la innovación y mejoran la accesibilidad, además de contribuir al desarrollo urbano sostenible actuando como centros culturales que promueven la inclusión, la resiliencia y la preservación del patrimonio.