Un grupo de 25 personas pertenecientes a los asentamientos Asohelechales y Asomiflor recibieron su certificación como los primeros orientadores del proyecto Banquillo Amigable, una estrategia innovadora que busca brindar espacios de escucha, acompañamiento y confianza en los barrios de Floridablanca.

La iniciativa es fruto del trabajo conjunto entre la Universidad UNAB, a través de la oficina de Transformación Social y el programa de Enfermería, en alianza con la Alcaldía de Floridablanca. El objetivo es formar líderes comunitarios en herramientas de bienestar y salud mental. Igualmente, se continúa avanzando en el proceso de capacitación, en el que actualmente se encuentran 50 orientadores en formación de otros barrios del municipio como La Cumbre y Reposo.
El rector de la UNAB, Juan Camilo Montoya Bozzi, envió un mensaje especial a los graduandos, resaltando su dedicación y compromiso. “Hoy se gradúa el primer grupo de orientadores del Banquillo Amigable, líderes y lideresas, todos ustedes han demostrado un profundo interés por la transformación social. Durante su formación fortalecieron la escucha activa, la contención emocional y la orientación comunitaria, herramientas claves para promover la salud mental en nuestros territorios. Lo aprendido no se queda en el aula, se vuelve presencia, cercanía y redes de apoyo que cuidan la vida en sus barrios”.
El Banquillo Amigable se ha consolidado como un escenario de innovación social en Latinoamérica, al poner en el centro a las comunidades y sus propias capacidades para acompañarse.
“Estamos muy complacidos de que nuestra Facultad de Ciencias de la Salud, que está ubicada en Floridablanca, ayude a la comunidad. Este proyecto es una experiencia única porque nunca nos habían invitado a formarnos para aprender a hablarle al corazón de los demás. El servicio es una vocación, y ustedes han tomado una decisión muy valiente al aceptar este reto”, aseguró Juan José Rey Serrano, decano de esta facultad.



Orientadores del Banquillo Amigable
Los protagonistas de este proceso reconocen que el aprendizaje no solo impacta a la comunidad, sino que también los transforma personalmente. Para Eduardo Ramírez Soto, el mayor logro fue comprender el valor de la empatía. “Mi experiencia en el proceso de formación del Banquillo Amigable fue aprender a ponerme en los zapatos de las demás personas. Descubrimos que lo más maravilloso no era solo adquirir conocimientos, sino aprender a escuchar con empatía, a mirar a las personas sin juicio y brindarles un espacio seguro donde sentirse escuchadas. Ese simple gesto puede dar alivio y esperanza”.
De igual manera, Gloria Milena Sequeda Niño resaltó que la formación la preparó no solo para acompañar a otros, sino para crecer en su propia vida. “Ahora con este certificado sentimos que estamos listos para dar el siguiente paso, para llevar lo aprendido en la práctica, acompañando a otras personas con empatía, escucha y respeto. Sabemos que esto es solo la base de un camino más largo que apenas comienza, que nos compromete con nuestra comunidad. Queremos darle gracias a la UNAB y la Alcaldía por abrirnos un espacio que nos permite crecer y servir”.
El Banquillo Amigable es mucho más que una estrategia de formación. Se trata de un espacio simbólico en el que cada persona puede sentarse a ser escuchada sin juicios, a compartir sus experiencias y a encontrar apoyo en el otro. La Universidad UNAB continúa con su compromiso de poner el conocimiento al servicio de la transformación social, un principio que ha guiado proyectos de impacto en salud y bienestar para el beneficio de las comunidades.