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A la espera del verdadero valor de sus armas

Abr 28, 2008 | Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes

Por Daniela Pach?n Rivera
periodico15@unab.edu.co

Para los habitantes de los barrios La Juventud, Esperanza 1 y San Crist?bal, ha llegado la hora de cambiar su imagen en la ciudad, pues las pandillas que hasta hace unos meses se enfrentaban ?a bala? como de costumbre, hoy se encuentran en un mismo recinto entregando sus armas y por si fuera poco asistiendo a encuentros de resocializaci?n. ?

As? lo decidieron, luego de que la Secretar?a de Gobierno de Bucaramanga, la Alta Consejer?a para la Paz del Norte y la Polic?a comunitaria crearan el programa de intercambio de armas por educaci?n, trabajo estable y bonos de $200.000 para la compra de v?veres.

Son? desarmes en los que las autoridades recibieron 20 armas entre las que se encuentran escopetas, rev?lveres y granadas. ?En el primero entregu? una escopeta doble ca??n y ahora voy a entregar una granada porque decid? que ya no quiero armas. Quiero recibir los beneficios que nos ofrecen, salir de esta problem?tica y que la sociedad nos tenga en cuenta para cosas positivas", argumenta el l?der del parche de San Crist?bal, cuyo nombre no se publica a petici?n de las autoridades.

Para la administraci?n municipal el intercambio de bonos no es suficiente para solucionar los problemas de delincuencia, homicidios y expendio de drogas. Por esta raz?n, se unieron tres empresas privadas, ofreciendo oportunidades de trabajo a estas personas. ?No podemos ser ilusos y pretender que nos entregan sus armas por palmaditas en el hombro cuando en el mercado negro tambi?n tienen su costo. Este es un valor simb?lico y a la vez un est?mulo. Es satisfactorio ver que despu?s del primer desarme llegaron a sus hogares con alimentos que compraron con los bonos, pero lo m?s importante es el trabajo que viene m?s adelante con ellos?, explica el secretario de Gobierno, Edgar Salcedo. Pero, es esta la preocupaci?n de la mayor?a de los? hombres y menores que ya se atrevieron a decir que quer?an cambiar su modo de vida porque a?n no tienen trabajo. ?Al parche de nosotros no nos han solucionado nada, necesitamos laborar en algo para comer y demostrarles a los del barrio que aunque nos quedemos ah? podemos salir adelante?, cuenta un joven del barrio Esperanza 1, cuyo nombre no se publica a petici?n de las autoridades.

Entonces, su buena voluntad y deseo de cambiar el estigma de delincuentes que tienen en su barrio, los ha llevado a presentar propuestas. Un grupo de? diez j?venes, aprovechando que tienen m?quinas pulidoras esperan que les den un contrato para arreglar los pisos de la entrada de la Alcald?a; y el Instituto de Deporte de Bucaramanga Inderbu tambi?n les dio la esperanza a otros diez j?venes para trabajar en el mantenimiento y recuperaci?n de espacios deportivos.? Adem?s, comentan, que ante la demora en el cumplimiento de estas promesas, les responden que se debe a que a?n no se ha aprobado el plan de desarrollo, y como consecuencia los desarmados empiezan a desesperarse. ?Si nos gan?bamos la vida delinquiendo, ahora que estamos sin armas significa que ya no. Entonces, no tenemos entradas, no hay plata, por eso necesitamos el trabajo ya, para ma?ana es tarde?.

Por su parte, Salcedo manifiesta que la poca voluntad de estas personas tambi?n ha influido en la demora de la ubicaci?n laboral. ?A un joven de 16 a?os le conseguimos trabajo con los debidos permisos en una bolera, ?l estuvo tres d?as y no volvi?; despu?s llevamos 5 j?venes a una empresa, all? se les dio las instrucciones y al siguiente d?a cuando los esperaban nunca llegaron. Otros j?venes no aceptaron el empleo en fincas, tal vez porque no quieren salir de la ciudad y creen que tienen mejor vida en sus hogares?.

Para Hugo Delgado, presidente de la Junta de Acci?n Comunal del barrio Esperanza 1, el desinter?s de los j?venes se debe a que ?son trabajos temporales y no es f?cil para ellos aceptar un ritmo de trabajo de la noche a la ma?ana porque estaban acostumbrados a conseguir dinero de una manera libre, sin cumplir horario?.

Pero quienes m?s se? han beneficiado con este programa son los habitantes de los tres barrios que hicieron parte de los desarmes. La Polic?a Comunitaria se re?ne con los habitantes todos los lunes en las canchas deportivas y en medio de actividades recreativas, escuchan sus necesidades y trabajan conjuntamente para darles soluci?n. ?Hemos creado las recompensas comunitarias, las cuales consisten en que ellos realizan arreglos a parques de su comuna y mantenimiento en ?reas p?blicas; y a cambio se les da un bono econ?mico; asimismo estamos en la b?squeda de capacitaciones con el Servicio Nacional de Aprendizaje SENA?, asegura la capitana Alexandra D?az G?mez. Adem?s, expone que aunque no tiene porcentajes, la comunidad ha notado la disminuci?n de expendio de droga debido a que 16 mujeres que se dedicaban a este oficio tambi?n se unieron a la resocializaci?n, y ahora est?n creando una microempresa de calzado en sus hogares puesto que tienen detenci?n domiciliaria.

Seg?n la comunidad, esta instituci?n ha cumplido con lo prometido desinteresadamente, caso contrario ?con otros actores que velan por sus intereses personales, por ejemplo la Consejera para la paz no ha trabajado con nosotros, nos trajo a los del canal Caracol para mostrar la problem?tica del norte pero no nos ha ayudado como s? lo ha hecho la Polic?a Comunitaria?, sostiene Herminia Pab?n, presidenta comunal, y agrega que hay nuevos l?deres que ?crean reuniones fuera del programa para hablar directamente con el Alcalde y ganar protagonismo, pero con el ?nimo de ser quienes manejen los recursos que destine la administraci?n para este sector?.

Andrea Arana, Alta Consejera para la paz del Norte, responde que ?nosotros como consejer?a nos preocupamos por la vinculaci?n no s?lo del sector privado sino de otras organizaciones que tienen muy buenos programas, recursos humanos y f?sicos. S? estamos haciendo un seguimiento a lo establecido por la Secretar?a de Gobierno, instauramos unas normas de convivencia que nos permitieran pacificar? las zonas que estaban en m?s conflicto?.

Las actividades y encuentros han servido para la recuperaci?n de espacios deportivos, as? ocurri? con el parque del barrio La Juventud conocido como ?la olla?, en el que la venta de alucin?genos y constantes atracos afectaban a sus vecinos, fue podado y arreglado por los j?venes responsables de esta problem?tica. Adem?s cooperaron para dar captura a los responsables de los dos ataques que ocurrieron el mes pasado con granadas a familias del norte.

Pese al incumplimiento laboral, los j?venes esperan la aprobaci?n del plan de desarrollo para trabajar pronto y que sean integrados al proyecto de educaci?n tecnol?gica gratuita en este sector de la ciudad, pues hay algunos que no han terminado la primaria. Tambi?n env?an mensajes a quienes no han seguido su ejemplo, ?dejemos esa vida que llevamos, porque no deja nada bueno, s?lo causa dolor, muerte, nos manda al hospital, al cementerio o a la c?rcel, hay que ajuiciarnos, sobre todo cuando se tiene hijos, yo lo hago por mi hijo y? por mi abuela?.?

Hasta el momento van tres parches que decidieron entregar sus armas y a?n faltan siete, seg?n la Polic?a Comunitaria en los pr?ximos d?as se realizar? otro desarme, y les piden a los j?venes que ?no ejerzan mecanismos de presi?n, amenazando con volver a la delincuencia si no les dan trabajo pronto, tengan paciencia. No hay que creer en todo lo que nos prometen sino ser concientes que obtendr?n mejores opciones de convivencia y calidad de vida?, resalta la capitana D?az G?mez.

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