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DOCTOR ALFONSO GÓMEZ GÓMEZ

Sep 19, 2013 | Institucional

SEMBLANZA DE MI PADRE

Por: Maria Victoria Gómez Bohórquez

 

Discurso pronunciado en la Academia de Historia de Santander el día 3 de Septiembre de 2013 con motivo del homenaje póstumo al Doctor Alfonso Gómez Gómez

 

En el amanecer del 12 de marzo de 1921 vino al mundo quien fuera un ser privilegiado:” Don Alfonso Gómez Gómez”,  en el  hogar conformado por Don Agustín Gómez Castillo y Doña Sara Gómez Rueda,  quienes  ya habían perdido 2 hijos y uno de ellos se llamaba también Alfonso; la razón por la cual Don Agustín insistía en llamar a un hijo Alfonso, era la de que  admiraba profundamente  a un  personaje  de la historia: Don Alfonso X “el sabio” , Rey de Castilla y de León -1222-1284-, y  a España , a donde soñaba viajar. Por eso mi padre en  homenaje a su padre, el primer país de Europa que visitó fue España. También era grande su admiración por Don Alfonso Villegas, eminente jurista y connotado periodista colombiano de comienzos  del siglo pasado, fundador de los periódicos más importantes de la época: “El Tiempo” el 30 de Mayo de 1911  y  “La República”,  precisamente el 13 de Marzo de 1921.

En aquella época tenía singular importancia el nombre que los padres escogían a los hijos, muchos de ellos acudían a colocar los nombres del santoral, en aras de que sus hijos tuviesen algo de la personalidad del nombre que llevaban. En el caso de Don Alfonso Gómez Gómez, podríamos decir que al igual que Alfonso décimo,  su vida estuvo siempre allá, en la cumbre  de la sabiduría.

Nos quedamos cortos en calificativos  para  denominar la personalidad  de Don Alfonso.  Al respecto recuerdo las palabras que dijera un día el poeta  Rafael Ortíz González refiriéndose a mi padre: “El Doctor Alfonso Gómez Gómez, es un hombre que casi se acerca a la santidad”, lo que resume en  términos generales  todos los calificativos que se refieren a la moral y las buenas costumbres.

El recorrido por sus 92 años de vida,  una epopeya de la vida misma, llena de éxitos en el ámbito regional, nacional e internacional, si bien como  político o educador, o  ya como  realizador  de proyectos, o desempeñándose como el Ministro de Gobierno del Presidente Belisario Betancur, llevando a cabo el  pacto de la  paz con el  M19, en 1984 allá en el Hobo (Huila), o el pacto de tregua con las FARC, que sirvieron mucho a éste país en su momento dado. O bien fuera  como  embajador  en la antigua U.R.S.S., promoviendo el intercambio educativo que  dio  lugar a la formación  de tantos estudiantes colombianos, gran parte de ellos santandereanos, que hoy son personas  que han  ayudado a progresar éste país en todos los ámbitos. O siendo el mejor alcalde del País, habiendo  recibido el premio en Valencia (España). Pero también  en  la rama legislativa, elaborando leyes con gran visión para el desarrollo de Colombia,  como la Ley 146 de 1959, que le dio base jurídica a la Represa de HidroSogamoso, que solo hasta hoy va a ser puesta en marcha. Y así… nos haríamos interminables.

Pocos son los personajes  de la historia Nacional que así como Don Alfonso Gómez Gómez, han hecho el recorrido por las tres ramas del poder público bien fuera en el Ejecutivo, o ya en el Legislativo pero también en el judicial, desempeñándose  siempre con  la mayor altura y dignidad.

Del análisis de su vida y del contenido de su obra, abarcando las múltiples facetas de diplomático, jurista, educador, político, gobernante, escritor, internacionalista, historiador, orientador,  debe concluirse  que se catalogó  como un gran filósofo de la vida así:

Filósofo de la palabra, filósofo del bien obrar. Filósofo de la vida modesta, de las buenas costumbres, de la ayuda al prójimo y de las acciones nobles.

De sus obras escritas:  “Testimonios de un Gobernador” publicado en 1982, dice López Michelsen  en el prólogo refiriéndose de Alfonso Gómez Gómez  con ocasión de la  inauguración de un acueducto en San José de Suaita : “La distancia entre el orador y la multitud allí congregada  se acortaba prodigiosamente con un sabor casi eclesiástico. No era un político sino un pastor de almas, un guía, un consejero, a quien como pude comprobarlo luego, las gentes del lugar se acercaban  para hacerlo partícipe de sus preocupaciones y angustias, o en búsqueda simplemente, de una orientación segura para resolver sus problemas”.

De su libro: “La mirada profunda a un mundo cambiante” 2001.  Aquí se recogen vigilias de muchos años, en su larga trayectoria por los caminos de la tierra, por donde transitó siempre con su espíritu sereno, transparente, positivo y analítico, encontrando que en todos los confines del planeta, hay siempre  un hombre que piensa, sueña, sufre, goza…, y anhela superar dificultades individual y colectivamente.

De su libro “Figueroa el seminarista de los ojos tristes”   rinde un culto al humor y a la amistad,  demostrando que la vida hay que vivirla con humor y  que es necesario reivindicar la risa y ese “ser malicioso pero de conciencia tranquila” de que habló  Federico Nietzsche, lo cual es propio de las mentes  despreocupadas   y flexibles.

De su último libro “Apuntes para una biografía” 2011,  el regalo que nos dejó con ocasión de sus 90 años. Hace allí  un  recorrido  de su propia vida,  dejando plasmada su filosofía y las huellas de su gran vivir.

Me quiero referir de Alfonso Gómez  como padre:

 De sus frases llenas de sabiduría y sus orientaciones se podría escribir  un manual de frases sabias. Pero ante todo, la tolerancia, que fue característica de su vida en general. La serenidad la observó hasta el último momento en que sus días estuvieron  casi en silencio  sin dejar de pensar  un  instante en que  la vida de su hija mayor, Susana, se apagaba  en medio de una lucha voraz por la enfermedad que la consumía día a día  en medio del sigilo más grande.  Y al respecto y recién viudo repetía: “Yo ya estoy listo. Me tengo que ir yo primero que ella porque no es posible que ella se vaya primero que yo que tengo tantos años”…

¡Las cosas se le dieron como él quiso y  así el instante fugaz en que se apagó su vida… habiéndole correspondido como bien lo merecía, la muerte de los justos!

Hoy también estamos rindiendo un homenaje a la memoria de quien fuera igualmente  miembro de nuacute;mero de ésta ilustre Academia de la Historia. Susana fue la hija que  siguió sus pasos en éste lugar. La Academia de Historia de Santander, entidad que  está de luto por haber perdido a su Presidente Honorario y a una Académica de Número.

Luego de éste breve recuento, quiero dar las gracias por éste sentido homenaje póstumo a la memoria de mi ilustre padre y de mi hermana  María Susana, no sin antes  permitirme leer  la siguiente elegía.

 

ELEGÍA

Todo en la vida tiene su momento,

Y todo momento tiene su vida…

Ahora, cuando el corazón ya no se siente palpitar

Cuando el  canto de la vida  ya se apaga…

Cuando terminamos de escribir  con letras de oro

La última página de la historia de una vida…

En el momento fugaz de una tarde triste de  abril

Alfonso Gómez Gómez

Ha pasado a la transformación.

De ahí en adelante

Se ha convertido en ser de luz

Dejando  como estela el  extraordinario ser humano que siempre fue…

Su sabiduría, su buen ejemplo, sus grandes virtudes…

Serán  el faro que seguirá iluminando  nuestras vidas desde ahora y para siempre.

¡Gracias  Alfonso Gómez  por la hermosa  vida que nos brindaste ¡ Y gracias a todos los que nos han venido a acompañar  en éste póstumo homenaje!

El compartir… es el vivir….

Que resuene  ese canto del recuerdo…

Que resuene esa luz  de la mirada alegre

Y que el Divino Poderoso lo haya recibido

Y lo tenga en su  morada

Hasta siempre….

¡Honor  y Gloria! Doctor Alfonso Gómez  Gómez

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