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El hombre de los pies de Dios

Sep 15, 2006 | Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes

Texto y foto Mayerly Cely Martínez
ccely2@unab.educ.o

“Nunca había estado en una ciudad que come hormigas culonas”, con esta frase el nicaragüense José Antonio Meléndez Rodríguez, más conocido como Tony Meléndez, saludó a los bumangueses que lo acogieron, el viernes 8 de septiembre, a su llegada al velódromo Alfonso Flórez, donde ofreció un concierto en favor de niños con sida y para ayudar a la fundación católica, los Santos Ángeles.

Tony es el segundo de cuatro hermanos de la Familia Meléndez Rodríguez. Por culpa del Talidomide, un medicamento recetado a su madre por el médico para evitar náuseas durante el embarazo, nació sin brazos.

Es conocido en varios rincones del mundo como “el hombre de los pies de Dios”, después de que el 15 de septiembre de 1987 en Los Ángeles, Estados Unidos, le cantara al Papa Juan Pablo II.

“Al principio no entendí lo que él me quiso decir: ‘Tony  eres un joven valiente, eres esperanza’, y yo pensaba cómo puedo ser eso, cómo ayudo a los demás si sólo toco la guitarra y no puedo servir un plato de comida”.

Pero con el tiempo, cuando la gente decía que era especial, que transmitía un encanto diferente, entendí lo que el Papa quiso decir”.

Su padre lo motivó

Desde pequeño Tony veía a su padre tocar guitarra y sintió el deseo de tocar, hasta que un día su papá puso la guitarra en el suelo.

"Tony, anda a lavarte los pies". Se los lavó y luego se sentó y tocó la guitarra por primera vez. Desde entonces, con mucho esfuerzo y práctica, aprendió a tocar guitarra con los dedos de sus pies, ensayando entre seis y ocho horas diarias.

“Mi padre nunca me vio como una persona anormal y menos con lástima, siempre me ponía a hacer cosas que hacían mis hermanos y por más dificultad que tuviera, nunca dejó que alguien me ayudara, me decía: ‘Tony, puedes hacerlo’. Así que desde pequeño, aprendió a valerse por sí mismo.

En la infancia  tuvo que acostumbrarse a los comentarios de  sus compañeros de clases que gritaban “Tony no tiene brazos” y hasta de sus profesores, pero nunca se dio por vencido.

“Una vez una maestra de arte me dijo: ‘Tony no puedes entrar a la clase’. Me quedé afuera del salón y después de un rato el rector me vio sentado frente a la puerta, me pregunto qué estaba haciendo y cuando le expliqué, me entró al salón con los demás, le dijo a esa maestra que yo tenía que estar en clase. Luego ella entendió y nos hicimos amigos”

Por los caminos del amor

Tony se hizo hombre y a pesar de que muchas mujeres le huían por su condición física, se enamoró, “Me faltaban los brazos, pero no el amor, yo quería sentir esas cosquillas que todo ser humano enamorado siente”.

Así conoció a Annie y a los pocos meses decidió que quería casarse y formar una familia, “en una salida con ella, coloqué en uno de mis bolsillos un anillo, le pedí que me ayudara a sacar una moneda y cuando sacó su mano, tenía el anillo, entonces se lo colocó y desde ese día no ha dejado de usarlo”.

Todo estuvo bien hasta el momento de querer hijos, pues Tony no puede tenerlos y entonces esta pareja viajó a El Salvador, de donde es oriundo su padre, y adoptó un niño y meses después en Nicaragua a una niña.

Ellos son su aliciente y por eso no deja de cantar, desde cuando lo hacía  en misas y conferencias para ganarse la vida. Ahora viaja a través de los Estados Unidos y ha visitado más de 30 países, compartiendo su música y testimonio de vida. Este año lanzará su tercera producción discográfica.

“Desde muy  pequeño me han mirado de otra forma, pero no soy menos ni más que nadie, simplemente me tocó una vida diferente, no tener brazos me hizo valorar la importancia de tenerlos para abrazar a mi esposa, a mis hijos, cambiarme la ropa, prepararme un sándwich”.

Desde el día en que le cantó al Papa Juan Pablo II, se convirtió en un ejemplo de vida para muchas personas.

“Una vez en un concierto llegaron soldados sin pies ni brazos, víctimas de las minas antipersonas, yo les dije que fueron privilegiados porque alguna vez tuvieron su cuerpo completo y saben lo que eso significa, yo nunca lo supe y a pesar de eso, salí adelante y soy feliz, tengo esposa, familia y mucha gente que me apoya, nunca estoy solo”.

Cuando alguien pregunta que es un milagro, Tony responde “las manos son un milagro, y cuando no se tienen hay que reemplazarlas para ser útil en la vida.

El ser humano puede hacer mil cosas, la frase ‘no se puede’, no existe y de alguna manera se pueden hacer las cosas, si uno quiere”.

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