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El último de los cines románticos

Abr 21, 2008 | Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes

Por Luis Jos? Galvis D?az
lgalvis@unab.edu.co
En la primera pel?cula proyectada, Charlton Heston era el piloto de un avi?n comercial que trataba de salvar a los pasajeros y a su tripulaci?n de un secuestrador, veterano de la guerra de Vietnam. En la ?ltima, Diane Lane era una polic?a especializada en Internet que trataba de detener a un asesino que difund?a sus cr?menes vengativos por su p?gina en la red. Desde ?Alarma, Vuelo 502 secuestrado? hasta ?Sin rastros?, pasaron 35 a?os y un d?a en los que el Cine Riviera present? las m?s importantes pel?culas en Bucaramanga. El 24 de marzo fue presentada la ?ltima funci?n y aunque sus due?os -la familia Torres Peralta-, quer?an hacer la despedida en silencio, es m?s que justo hacerle un homenaje a esta sala que durante tanto tiempo le dio alegr?as, drama, sonrisas, l?grimas y toda clase de emociones a Bucaramanga.
El Riviera fue el ?ltimo cinema independiente de la ciudad que se mantuvo frente a las grandes cadenas de cine que son parte de los centros comerciales. El p?blico cada vez es m?s c?modo y menos rom?ntico, por eso dejaron de ir a estas salas. Con la ida del ?Riviera?, muere gran parte del romanticismo del cine, cuando hoy los espectadores prefieren las salas m?ltiples y los lujos que las acompa?an.
Antes se hab?an despedido teatros como el Garnica, Real, Sotomayor, Libertador, Analuc?a, Rosedal y Uni?n. Ahora, infortunadamente le lleg? el turno al Riviera. Los que lo amaron, no quer?an que llegara ese final, pero como en las pel?culas, tambi?n ocurri?; sobre la pantalla en negro apareci? el texto: ?El Fin?. No hubo ning?n h?roe que lo salvara como en todas las funciones que present?; esta vez, el cinema se qued? solo.
Su historia empez? como los grandes romances que tanto fueron proyectados en su pantalla gigante: el empresario bogotano Camilo Torres Herrera se enamor? de la bumanguesa Emma Peralta Ord??ez y al estar visit?ndola constantemente en la ciudad, finalmente decidieron casarse e irse a vivir a Bogot?. Pero como su amor por la ciudad era tan grande y ven?an tanto a visitar a la familia de ella, ?l quiso hacer un regalo: un cine de lujo. El 23 de marzo de 1973 con invitados pol?ticos y sociales, fue hecha la inauguraci?n de una sala con capacidad para 660 personas, en una zona del barrio Mejoras P?blicas en la calle 33 con carrera 31 que por esos d?as era ?nicamente residencial.
El Riviera fue la principal sala de la ciudad por muchos a?os. En los setenta y ochenta era costumbre de los asistentes hacer grandes filas hasta el final de la cuadra para entrar a cualquiera de las tres funciones: matutina, vespertina y nocturna (3:30, 6:30 y 9:30 p.m. respectivamente). Hab?a revendedores de boletas porque era dif?cil conseguir espacio para ver superproducciones inolvidables para el p?blico de la ?poca como ?La Guerra de las Galaxias?, ?Aeropuerto?, ?E.T.?, ?La Profec?a? y ?Tibur?n?.? H?roes inmortales como Rocky, James Bond, Indiana Jones y Batman, pasaron por el Riviera.? Los musicales que ya no son tan famosos en la actualidad, tuvieron su furor con ?Jesucristo Superstar?, ?Brillantina?, ?Fiebre de s?bado en la noche?, ?Flashdance?, ?Footloose? y ?Chicago?. Fue la casa de grandes cl?sicos como ?Ben Hur?, ?El Violinista en el Tejado? y ?El Dr. Zhivago?. En esos tiempos la gente aplaud?a al final de cada funci?n y con tal de ver una pel?cula se sentaban hasta en las escaleras de la sala. Las pel?culas duraban en cartelera por meses y era costumbre tambi?n para varios, repetirla.
Con la partida del Riviera se van grandes recuerdos de mucha gente de la ciudad. All? varios tuvieron su primera salida a cine solos, su primer beso, su encuentro familiar con los primos que visitaban la ciudad, su iniciaci?n en los dibujos animados acompa?ados por sus padres y fue el refugio especial para los cin?filos solitarios como Juli?n Garc?a, el cliente m?s asiduo quien iba solo al cine dos y tres veces a ver la misma pel?cula.
?l luego se convirti? en un amigo de la casa y muchas veces lo dejaban entrar sin pagar o por lo menos, no ten?a que hacer la fila. Por all? pas? gente como un vecino quien confes? que en 1986 fue 14 veces a ver ?Top Gun?. Era el cine familiar donde muchos padres que viv?an ocupados trabajando, dejaban a sus hijos en la sala al cuidado de los empleados y pasaban a recogerlos; as? era el grado de confianza que hab?a con sus diez trabajadores. Era la ?nica sala donde en la entrada se saludaba al taquillero, al portero, al hombre del parqueadero, a las mujeres de la cafeter?a y hasta saludar de beso a su gerente y su administradora. En los cines de cadena el servicio es de alta calidad, pero se siente que se es un cliente m?s, pero en el Cine Riviera el cliente era un amigo m?s. Fue el verdadero teatro en casa, porque para muchos era una casa para ir a so?ar.
Los mi?rcoles fueron los d?as celebrados por los medios de comunicaci?n porque el Riviera se caracteriz? por hacer los estrenos en su funci?n de las nueve y media de la noche. Tambi?n los mi?rcoles organizaron funciones especiales con pel?culas dedicadas exclusivamente al cine arte. All? no todo pod?a ser dinero y superproducciones.
Su pantalla fue por varios a?os insuperable y su sonido Dolby Digital pod?a hacer sentir a la gente totalmente dentro de la pel?cula. En los a?os setenta precisamente hubo gente que se asust? tanto con la inauguraci?n del sonido sensurround de la pel?cula ?Terremoto?, que salieron corriendo de la sala, creyendo que estaba temblando de verdad. Eran otros tiempos, menos tecnolog?a y m?s sentimiento.
Sus crispetas importadas fueron tan famosas que algunos solo entraban incluso para comprarlas y volver a salir. El propio gerente de Cine Colombia, ?lvaro Hern?ndez, les dec?a eso cuando iba a visitarlos y de paso comerse unas palomitas de ma?z.? Hab?a seguidores de la sala que tambi?n prefer?an sus perros calientes a los de lugares especializados en comidas r?pidas.
Sus directivos siempre fueron conscientes de los cambios y por eso en marzo de 1998 decidieron hacer una gran reforma: construir dos salas, para poder tener una mayor oferta de pel?culas. Adem?s, cambiaron su nombre a Cinemas Riviera. Cuatro meses se demoraron para tener lista la sala 1 y dos meses m?s para la sala 2, cada una de ellas con 230 butacas. El escenario fue recortado, pero su pantalla y su sonido se mantuvieron. Y as? estuvieron presentes por diez a?os m?s. Pero quien no pudo estar en la totalidad de esta nueva etapa fue su proyeccionista Francisco Navarro C?rdenas, quien muri? el 10 abril de 2002, al poco tiempo de cumplir 28 a?os en esta labor.
Durante todos estos a?os, el Riviera tuvo muchas facetas para sus espectadores: fue el barco en b?squeda del tesoro, la nave espacial que encontr? nuevos mundos, el avi?n a punto de estrellarse, el auto imparable de los g?ngsters, la motocicleta inalcanzable para la polic?a, el colegio de las rebeliones, la universidad de los sue?os, las grandes ciudades donde la gente se perd?a y el peque?o pueblo donde todos se conoc?an. Dentro de ?l, muchos pudieron recorrer el mundo, desde la inh?spita Alaska, hasta los mares del sur. Desde los enormes desiertos, hasta las grandes profundidades del mar. En el Riviera conocimos los secretos del universo, del amor y de la vida. Vimos p?rdidas irreparables para la humanidad y grandes obras de amor para salvarla.?
Cabe para esta despedida citar la frase final de Roy Batty, el personaje agonizante que interpret? Rutger Hauer en ?Blade Runner?: ?Yo he visto cosas que no creer?as, naves de ataque en llamas m?s all? de Ori?n, he visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta Tanhauser. Todos esos momentos se perder?n en el tiempo como l?grimas en la lluvia. Es hora de morir?.Con el cierre del Riviera, los bumangueses pierden el regalo que les dio la familia Torres Peralta. Se le dice entonces adi?s a un amigo que siempre comparti? sus sue?os y que con ?l, se va gran parte de la memoria cinematogr?fica de la ciudad. Har?n mucha falta Martha, Esperanza, Tilcia, Tina, Jos? y Mar?a, quienes estuvieron presentes hasta la ?ltima funci?n.

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