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En busca del tiempo perdido para la reconstrucción

Dic 15, 2005 | Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes

Por Redacción 15
periodico15@unab.edu.co
El gerente de la reconstrucción de los Santanderes, Joaquín Moreno Uribe, es sincero en reconocer que si bien se ha avanzado bastante en el proceso que busca solucionar los problemas que causaron las torrenciales lluvias de febrero, tales logros deberían haber ido más rápido porque la vida es difícil para los damnificados.

“Ojalá unos 3 o 4 meses antes hubiéramos podido llegar al estado en que está actualmente el proyecto, pero nos tomó mucho tiempo la búsqueda de terrenos por la formación geológica de la zona y por la especulación en el valor que han hecho los propietarios; también ha habido demoras en la concreción de acciones y en su coordinación. Las dificultades no son menores”, indica el delegado presidencial para la reconstrucción.

La gran preocupación que tienen él y los demás encargados de adelantar el enorme proyecto en favor de las zonas devastadas es que, aparte de que las necesidades son urgentes, mientras se hacen todos los procedimientos técnicos y legales, las emergencias continúan y no dan espera.

El ejemplo más claro fue la ola invernal de octubre y noviembre, que dejó medio país bajo las aguas de los principales ríos. “Es complicado lo que pasa en Colombia porque durante el tiempo que nos lleva armar los proyectos hay muchas emergencias a la vez y el clamor por los recursos es gigantesco. De ahí nuestra angustia de poder movilizarnos todos de una manera coordinada para que los proyectos lleguen a la fuente de los recursos nacionales lo antes posible porque tenemos que competir con el resto del país”, explica Moreno Uribe.

Los avances

Joaquín Moreno afirma que hay logros en la formulación de los proyectos de infraestructura que requieren las comunidades y que muchos de ellos están no sólo financiados sino en construcción: “De los 33 municipios de Santander afectados por la ola invernal de febrero y los 13 de Norte de Santander, en su gran mayoría han pasado por el proceso de formulación de proyectos para la solución de vivienda urbana, rural, vías, ayudas a los pequeños y medianos agricultores que perdieron sus cosechas, centros de educación y salud afectados, y se están haciendo las obras de mitigación de riesgos en el Río de Oro”.

Con respecto al Río de Oro dice que hay obras hechas con ayuda de distintos entes del Estado pero que son ejecutadas por la Corporación para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (Cdmb).

“Los muros eran la absoluta prioridad. Había que asegurarse de volver a tener las defensas que había, porque se destruyeron y afectaron la zona industrial y comercial, con impacto en la capacidad de producción de la región. Eso se atendió y las obras están hechas en gran medida, con recursos locales, regionales y nacionales, apalancados con créditos de la Financiera de Desarrollo Territorial”, precisa Joaquín Moreno.
Según dijo, la inversión en ellas supera los 20 mil millones de pesos.

Las viviendas

El asunto grueso, el que más inquieta a la comunidad y al gobierno es el de las viviendas. “Después de un proceso de búsqueda de terrenos, de evaluación técnica, de diseños de las casas, de viabilidad financiera, el Ministerio de Ambiente y Vivienda acaba de remitir al Fondo Nacional de Regalías el proyecto para 2.222 soluciones habitacionales en Bucaramanga”.

Comenta que los terrenos ya están adquiridos: “Es un proyecto grande que suma 50 mil millones de pesos. Esperamos que en febrero se pueda iniciar su construcción pero de todas formas hay que dar un tiempo prudente”.

Sobre las 2 mil viviendas de Girón manifiesta que hay un atraso: “La principal dificultad fue la misma de Bucaramanga, la falta de terrenos. Se han evaluado 24 predios que se tuvieron que descartar por problemas técnicos y de altos costos. Hay dos en una zona que creemos puede ser la solución, en un área que no va a ser tan alejada de Girón pero que tampoco puede ser en la zona tradicional de vivienda porque ahí se agotaron las opciones”.

Los diseños para estas casas los hará la firma caleña IC Prefabricados, que es propiedad de santandereanos. “Aspiramos a tener este proyecto armado para llevarlo al Gobierno Nacional en búsqueda de recursos, en el mes de enero”.

La demora en Girón fue también por la situación política que vivió el municipio este año con un alcalde interino, elecciones y después nueva administración municipal. “Debo darle el reconocimiento al alcalde actual que está haciendo el esfuerzo por adquirir un predio”, indica Moreno.

Explica que en las demás localidades donde hubo problemas la mayoría están cerca de solucionarse: “Hay un caso en Santander que quiero destacar y es el del corregimiento La India, en el municipio de Landázuri: se trata de mover una comunidad muy especial porque es comunidad de paz, con mucha proactividad de la administración municipal. Ahí lo que falta es recursos que se están gestionando con el Gobierno Nacional”.

¿Y lo social?

Interrogado sobre lo que se está haciendo para reconstruir el ‘tejido social’ de las comunidades, es decir, los planes de atención en materia social, Joaquín Moreno responde: “No se ha hecho lo suficiente, es la respuesta totalmente honesta. Pero somos conscientes de la importancia de ello”.

Asegura que se han concentrado en las obras de infraestructura porque “la mejor forma de manejar la esperanza de las personas es con hechos concretos. Promesas y palabras son fáciles y gratis. Nuestra prioridad ha sido hacer el acompañamiento a todos los alcaldes para que se concrete todo y decir esto es la solución”.

Se tiene un equipo en el que han venido participando diversas entidades e instituciones, desde la Iglesia Católica hasta universidades, para ayudar en esta materia. Por tratarse de algo no tangible que debe seguir incluso mucho tiempo después que se entreguen las viviendas, éste es otro desafío grande que tendrá la reconstrucción integral de las zonas devastadas.

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