La Clínica Jurídica de Interés Público y Derechos Humanos, uno de los escenarios de práctica de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, UNAB, realizó en días pasados en el auditorio Jesús Alberto Rey Mariño del campus El Jardín, la fiesta de los niños para la población que atiende actualmente.
Aproximadamente 200 personas de las entidades Fundación Amigos de los Niños con Discapacidad para su Integración a la Comunidad (Fandic), Escuela Taller para Ciegos (Ecati), Asopormen, Fundación Fundar Humanos Down (Fundown) y Fundación Sin Límites asisitieron al evento. Según la profesora Diana Carolina Pinzón Mejía, coordinadora de la Clínica, tuvimos como invitados a fundaciones que atienden niños con discapacidad y también a niños sin discapacidad, lo que se busca es ofrecer un espacio de inclusión para compartir, en el cual colaboraron personas de nuestra Facultad, empleados administrativos, docentes y estudiantes, dijo.
Bajo el modelo del Consultorio Jurídico se plantean tres posibilidades de práctica: el litigio, que corresponde a las asignaturas Consultorio III y IV, el Centro de Conciliación y la Clínica Jurídica, esta última desde la cual lideramos estas actividades a través de unas líneas de trabajo que tenemos: género, discapacidad, habitante de calle, migrantes y trata de personas. En la línea de discapacidad buscamos acciones para la defensa de los derechos de estas personas y estamos trabajando en el tema de inclusión. Esta actividad es, precisamente, una de las tantas que hacemos sobre este particular, dijo Juan Carlos Sánchez Contreras, director del Centro de Conciliación del Consultorio Jurídico de la UNAB.
El esfuerzo que se hace desde la academia apunta a trabajar el empoderamiento de la población, y en ese sentido se procura eliminar las barreras actitudinales y/o sociales, nosotros estamos acostumbrados a ver propiamente nuestra realidad, y eso pasa a nivel del estudiante, del docente, del administrativo, entonces cuando ya ellos están frente a otras realidades empiezan a darse cuenta que la vida es diferente, dependiendo de las condiciones que tiene cada cual, como circunstancias económicas, de salud, entre otras, y precisamente esto les hace tener una visión más amplia de lo que es la vida, el sentido de compartir y de ser todos una sociedad, concluyó la profesora Pinzón Mejía.
