Seleccionar página

Estudiar cerca de casa reduce la deserción escolar

Feb 26, 2007 | Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes

Por Carlos Alberto Santos Rueda y Daniel Angulo Rugeles
csantos2@unab.edu.co
dangulo@unab.edu.co
“Nosotros tenemos un modelo de asignación de cupos y dependiendo de la ubicación de la residencia del alumno, le asignamos el cupo”, explicó Johanna Patricia Chacón Domínguez, secretaria de Educación Municipal.

Datos del Ministerio muestran que la matrícula de estudiantes en Santander al finalizar 2005 fue de 472.423 alumnos. El total de estudiantes en el país, para el mismo periodo fue de 10.785.469 escolares.

Por su parte, Luis Eduardo Navarro, director del colegio Luis Carlos Galán Sarmiento, señaló que la principal estrategia para evitar la deserción de alumnos de su colegio se basa en fomentar el cariño y el respeto de los educandos hacia la institución. “Nosotros desarrollamos el sentido de pertenencia de los estudiantes, con el propósito de que se sientan muy bien en el colegio. Es decir, tratamos de mantener un buen ambiente físico y sicológico”. 

No obstante, este tipo de medidas no son nuevas en la ciudad, pues desde la anterior administración de la ex secretaria de Educación, Sandra León León, ya se venían desarrollado programas trasversales con la Arquidiócesis, la Universidad Industrial de Santander (UIS), el Programa Interdisciplinario de Atención Primaria en Salud (Proinapsa),  la Policía y el Ejército Nacional, entre otras.

Del mismo modo, ha realizado una gestión con empresas en el programa Empresarios por la Educación y con cooperativas. Con estas vinculaciones se han conseguido elementos como mobiliarios y laboratorios por un valor superior a mil millones de pesos.

Las razones para dejar de estudiar
Aunque la Secretaría de Educación Municipal no ha completado las cifras, Chacón Domínguez declaró que las dificultades económicas, laborales y sociales son algunas causas por las que se presenta esta problemática.

Asimismo, agregó que la ausencia de formación académica en los padres de familia también ha contribuido sustancialmente para que se dé la deserción. “Los papás a veces piensan que como a ellos nos le dieron educación y han subsistido sin ésta, creen que sus hijos no necesitan estudiar. Aunque el Municipio y las entidades hagan todos los esfuerzos, a ellos no les interesa”.
Por su parte, Sandra León León destacó la situación económica como un factor determinante en la problemática de la deserción estudiantil. “Un motivo de gran incidencia es la falta de recursos para que la familia pueda garantizar alimentación, textos e implementos básicos como cuadernos, fotocopias, lapiceros y transporte”.
 
También señaló que el ingreso por persona (per cápita) es cada vez menor  frente a los incrementos que se presentan en los servicios y bienes adquiridos por el núcleo familiar.

La funcionaria explicó que “mientras el salario mínimo no supera un aumento del 6%, pues pasó de 408.000 pesos a $433.000, los servicios públicos se incrementaron en 2006 en un 7% y el transporte urbano en un 9,57%. A esto se le suma el alza en la canasta básica y el estancamiento de los programas sociales”.

Respecto al tema de la educación gratuita, una investigación de la Secretaría de Santander encontró que, a pesar de que la educación primaria pública no tiene costo alguno, en varias ocasiones no es aprovechada por los padres de familia, quienes matriculan a sus hijos en colegios distantes del lugar donde residen.

“Se sigue presentando ese fenómeno de que los papás, aún sin los recursos para poder pagar el transporte, quieran que los hijos estudien en Ciudadela, por ejemplo, así el niño viva en el norte”, señaló Chacón Domínguez.

Los colegios privados no se salvan
El hecho de que la educación pública se haya tornado gratuita, también ha contribuido con el abandono de estudiantes de algunos colegios privados. Tal es el caso del Colegio Santandereano de Comercio, ubicado en la calle 39 con carrera 22.

Aunque cuenta con 52 años de funcionamiento en la ciudad, hasta el momento sólo ha matriculado a 53 estudiantes, cuando su capacidad alcanza los 400.

Esta situación llevó a este centro educativo a reducir los costos de las matrículas y las pensiones en los diferentes grados de educación media, pero aún así están sobrando cupos.

Salvador Plata Serrano, coordinador general del colegio, explicó que la estrategia más efectiva para completar los cupos faltantes es establecer una tarifa mucho más baja a la que permite la Secretaría de Educación Municipal.

El coordinador  explicó que “nos autorizan para la matrícula y la pensión de sexto grado, 276 mil pesos; nosotros estamos cobrando 50 mil pesos. De séptimo a noveno nos autorizan cobrar 129.546 pesos; nosotros cobramos 70 mil. Para décimo y undécimo grado nos permiten cobrar 141.690 pesos; nosotros cobramos 120 mil”.  
 
Este año en el Colegio Santandereano de Comercio, el grado con el mayor número de matriculados es undécimo con 22 estudiantes, y el menor es décimo con tan sólo 2. Cada curso tiene una capacidad de recibir a 50 personas.

“Nosotros abrimos el curso con 7 alumnos, mínimo, de todas formas hay que abrirlo porque no podemos perjudicar a la gente que viene”, agregó Plata Serrano. 

Cifras publicadas el año anterior por el Ministerio de Educación mostraron que 750 mil estudiantes interrumpieron su formación académica en Colombia en 2005, mientras que las cifras de 2006 apenas se están consolidando.

Esos resultados evidenciaron que  el 45% de alumnos, que tienen entre los 5 y los 17 años, abandonaron sus estudios por falta de dinero.

Ir al contenido