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Hilda González Neira, una abogada UNAB disciplinada y comprometida

Ene 26, 2023 | Graduados

Hilda González Neira, graduada del programa de Derecho en el año 1979, es la actual presidenta de la Comisión Nacional de Género de la Rama Judicial en Colombia. Esta comisión es un órgano integrado por magistrados de las altas cortes, es decir por un representante de la Corte Suprema de Justicia, Consejo de Estado, de la Corte Constitucional, de Disciplina Judicial y Judicatura. Creada en el 2008, esta Comisión es la garante de la verdadera aplicación y materialización del enfoque diferencial de género, no violencia, no maltrato y no discriminación especialmente contra la mujer. 

Adicionalmente, González Neira fue elegida vicepresidenta de la Red de Enlace de Género Iberoamericano creada en julio del año 2021 en la ciudad de México, integrada por más de 21 países de Iberoamérica. Conformada también por magistrados de altas cortes y órganos superiores, esta red tiene el mismo funcionamiento de la comisión colombiana con un enfoque internacional mediante el trabajo mancomunado y colaborativo con la finalidad de evitar la discriminación y maltrato. La presidencia de esta red es ejercida por un alto funcionario de la ciudad de México y tiene tres vicepresidencias, entre ellas la de Colombia, liderada por González, enfocada en el acceso a la justicia.

Elle nos comparte, en esta oportunidad, un poco de su experiencia: 

  1. ¿Cuál fue el primer trabajo que hiciste al graduarte de la Universidad? ¿Puedes contarnos un poco de tu experiencia?

Una vez salí de la universidad, me radiqué en Bogotá para hacer una especialización en Derecho de Familia de la Universidad Externado. También litigué durante un año, mantenía siempre mi relación con el Derecho en la teoría y en la práctica. 

Estaba recién casada y terminé mi posgrado en un año. Luego regresé a Bucaramanga donde ejercí mi profesión litigando, empecé a trabajar con una oficina de abogados como dependiente judicial y me hice miembro abogado. Trabajé un tiempo allí, por razones de familia regresé a Bogotá y empecé a trabajar asesorando empresas. Un día, en el año 1988, pasaba por el Tribunal Superior de Bogotá, encontré una aglomeración de personas inscribiéndose para la rama judicial. Esto me llamó la atención y decidí inscribirme, me presenté al primer concurso y tuve la fortuna de ser elegida. Desde esa época he sido funcionaria judicial en diferentes áreas como oficial mayor de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, juez promiscuo municipal de La Calera en Bogotá, juez civil de circuito, magistrada de Sala Civil de Familia en Manizales y magistrada de la Sala Civil del Tribunal Superior de Bogotá. 

Desde el año 1996 también me he desempeñado como docente universitaria, dictando clases en la facultad de Derecho de universidades como la Santo Tomás de Bogotá, Colegio Mayor de Cundinamarca, Libre, Militar, de Manizales, de Caldas y Luis Amigó. La docencia la recuerdo con cariño porque tuve oportunidad de ser de las primeras docentes en universidades como en la Luis Amigó.

  1. ¿Qué puedes destacar de la formación que te brindó el programa de Derecho de la UNAB del cual eres graduada?

Soy graduada de la quinta promoción de derecho de la UNAB, terminé en el año 1979. Recuerdo a mis compañeros y destaco a mis profesores, a su tranquilidad y sentido de responsabilidad, a la dedicación y estar siempre pendiente de los cambios. Me enseñaron a estar siempre atenta y actualizada. 

  1. ¿Qué es lo más gratificante de esta experiencia como presidenta de la Comisión Nacional de Género de la Rama Judicial?

El año pasado le correspondía a la Corte Suprema de Justicia seleccionar presidente para la Comisión Nacional de Género de la Rama Judicial y mis compañeros me eligieron representante, el 31 de enero termina mi periodo. Anualmente se rota la presidencia por las altas cortes, este año que pasó tuve las dos presidencias, de la Comisión Nacional de Género y de la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia. Busqué acercarme más a las regiones, organicé conversatorios regionales de género y de labor civil, logré organizar el conversatorio nacional civil en Bucaramanga, el conversatorio nacional de género en Barichara y uno de los conversatorios regionales civiles en Suaita. Dividí el país en cuatro zonas familiares en cercanía y costumbres. En mi gestión como presidenta de la Comisión mi lema fue “la mujer rural como víctima de desplazamiento, violencia sexual y todo tipo de violencia o discriminación” y en los conversatorios civiles mi lema fue “la transformación digital y su incidencia en la función judicial”. Recorrí todo el país y eso fue lo más gratificante, acercarme a las personas, tener la oportunidad de conocer la realidad del país y llevar actividades académicas como talleres y conferencias para las regiones. 

  1. ¿Cuál o cuáles profesores fueron determinantes en tu proceso formativo en la Universidad? ¿Por qué? ¿Qué huella dejaron en ti?

El Dr. Amaya era el profesor de Sucesiones, él era una de las personas de más edad y aun conservo las notas que nos entregaba en clases, él nos entregaba unas fichas para los temas de sucesiones. Siempre fue atento y se esforzaba para escucharnos y enseñarnos a pesar de sus problemas de audición, incluso nos hacía los exámenes orales. Hoy en día han pasado años y tengo esas fichas como mis notas de estudio… lo que él me dejó hoy todavía me sirve. El Dr. Zuluaga, de Bienes, con sus exámenes también fue excelente. Peco por omitirlos porque todos mis profesores fueron importantes. Todos los profesores tenían respeto y un manejo cordial, despertaban admiración. 

  1. Cuéntanos cómo te fortaleces profesionalmente ¿Qué estás aprendiendo en este momento?

Todos los días, gracias a mi trabajo aprendo algo nuevo, yo estoy en el máximo órgano de la jurisdicción ordinaria, desde allí somos nosotros los que damos las directrices para que el resto del poder judicial del país resuelva los asuntos, aprendí mucho sobre responsabilidad. Hoy tengo que “crear para que los demás apliquen” y para ello el conocimiento y la responsabilidad son los componentes más importantes que he aprendido. Siempre debo actualizarme y estar dispuesta al cambio. Por eso mi formación fue muy importante. 

  1. ¿Cuál es el sello que identifica a los graduados UNAB y los diferencia de los graduados de otras Universidades? 

Tan claro como la responsabilidad y la entrega. 

  1. Para aquellos estudiantes que están a punto de graduarse como profesionales en Derecho, ¿qué consejo les darías para asumir los retos que presenta el sector legal?

Sean siempre coherentes y estudien todos los días, nunca se termina de aprender, yo hoy sigo aprendiendo y nuestra responsabilidad es muy grande. Abogado viene de “advocatos”, que significa abogar y pedir por otro y para otro. Recordar esa finalidad es un apostolado.

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