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La carrera 15 es la más remodelada

Oct 1, 2006 | Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes

Por Karina Silva Becerra
ksilva2@unab.edu.co
La carrera 15 ha sido una vía importante para Bucaramanga desde que la ciudad empezó a crecer alrededor de la zona comercial.

En los años 40 y 50 se transportaban productos agrícolas traídos por el ferrocarril que llegaba hasta la Estación del Norte de la ciudad, llamada Café Madrid y utilizando esta ruta, los comerciantes se conectaban con el centro de la ciudad y con el sur del departamento.

La avenida del Libertador o Carrera 15, en honor al prócer Simón Bolívar, conecta al norte con el sur de la ciudad. Esta vía comienza a la altura de la calle 1 en el sitio conocido como “La virgen” y termina en la avenida La Rosita.

A partir del centro comercial hasta la calle 61 toma el nombre de diagonal y fue producto de una remodelación, con el objeto de facilitar la circulación de buses y camiones que se desplazaban de norte a sur y viceversa.

A comienzos de los años sesenta, bajo la administración municipal de Francisco Pérez, se dio paso a la reducción de solares de las casonas y a la demolición del Edificio Nacional, con lo cual comenzó la prolongación de la carrera 15 en el centro de la ciudad, que fue financiada por el impuesto de Valorización.

Pero, tal vez por haber afrontado cinco grandes remodelaciones que le han dado otra cara a la 15 y al centro, la gente se acostumbró a verla desordenada, llena de vendedores ambulantes y con problemas de seguridad, situación que sólo mejora por épocas, cuando los alcaldes hacen cambios que luego olvidan mantener, lo que gerena más desorden.

La última de estas remodelaciones la vive la carrera 15 debido a la construcción de Metrolinea, el sistema de transporte masivo que le cambiará de nuevo la cara a Bucaramanga.

“Aquí hay mucho ladrón, pero uno se hace respetar y que respeten lo de uno, todos sabemos que hay que estar en la jugada, pero no solo eso también vemos vicios, prostitución y antes mucho accidente”, explica José Maria Saavedra, uno de los comerciantes del sector.

“Esta realidad tiene preocupados a los habitantes porque, a pesar de los controles que tiene la Policía, como lo afirmó Edwin Robles, policía de tránsito,“realizamos esta regulación pero somos muy pocos para atender a tanta gente”.

Las expectativas de quienes recorren la 15 es que, dentro de cuatro años cuando terminen todas las obras de Metrolínea y el ordenamiento que se hará de algunas zonas aledañas, “sí se verá una cara nueva de Bucaramanga, lo cual es muy importante porque   podremos ser vistos mejor por las otras ciudades y especialmente, si el centro de la ciudad se va a convertir en un Medellín chiquito”, expresó Diana Gómez, una vendedora ambulante.

José Maria Saavedra imagina que no sólo será una vía bonita, sino que “como vamos a tener cerca una parada esto va a traer mayor vigilancia no sólo con cámaras, sino con más policías para sacar tanto ladrón que se esconde por ahí”.

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