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Más reacciones sobre la cultura traqueta

Oct 3, 2005 | Institucional

A la redacción de Vivir la UNAB continúan llegando cartas de nuestros lectores opinando sobre la columna de opinión del periodista y docente de la Facultad de Comunicación Social, Juan Gonzalo Betancur, llamada "La ordinaria cultura traqueta" publicada en la edición 182 del pasado 12 deseptiembre y sobre la réplica de los propietarios del establecimiento comercial y la respuesta de Betancur publicadas en la edición 184 del 26 de septiembre.

Cualquier comentario y colaboración, puede ser remitida al correo electrónico
vivirlau@unab.edu.co

Señor Juan Gonzalo Betancur. He leído los dos números de Vivir la UNAB , que tuvieron origen en esa demostración de cultura traqueta (me solidarizo con tus términos) que vivimos los vecinos de un local que funciona donde no debería, gracias a la corrupción local, pues de otra manera resulta inexplicable que a menos de 50 metros de un centro educativo funcionen cinco establecimientos que expenden licor. ¿Qué ocurre en esta ciudad? Hay otros casos igualmente aberrantes aunque de diferente índole: el de un andén que se convirtió en propiedad privada (¡con avisos que lo proclaman!) luego de que durante su construcción, de andén pasó a "parqueadero" (Centro Comercial Cabecera Tercera etapa, carrera 35A) al parecer se demandó, pero según he escuchado, el fallo fue a favor del centro comercial! Es decir, la ciudad perdió un andén en beneficio de un centro comercial! ¿Sólo en Bucaramanga?

En Bogotá se presentó algo similar cuando una fábrica de tejidos se apropió de una calle levantando muros en sus dos extremos. Afortunadamente, el alcalde de Bogotá en ese entonces, Virgilio Barco, no dejó prosperar el asunto y la fábrica tuvo que derrumbar los muros y reintegrar a la ciudadanía lo que es intransferible: la propiedad pública. Sería bueno investigar qué se movió aquí en Cabecera Tercera Etapa, porque el olor a corrupción es insoportable.

Hernando Mejía S.
Docente Facultad de Administración de Empresas

 

He leído la réplica de la propietaria de "Casablanca"
a lo que suscribiera Juan Gonzalo Betancur, el día 12 de septiembre.
Esperaba que la propietaria argumentara, en su defensa, que las normas aludidas
por el periodista no se habían violado, que se respetó la prohibición
para estacionar, que se respetó el Acuerdo Metropolitano 017 de 1985,
que efectivamente no se aumentó la intensidad de la parranda, una vez
que la policía abandonó el lugar o que es criticable que los funcionarios
públicos hagan gala de su condición con conductas que transgreden
las normas.

Sin embargo, lo que se encuentra en su réplica es la total justificación de lo que ocurrió; aludiendo a permisos para estacionar en lugares prohibidos -que Betancur rebate-, a que tienen un apellido, a que son funcionarios públicos y que eso les otorga una "patente de corso" para hacer una lectura particular de lo que significa respetar las leyes (sí tendríamos que haber contado con un decibelímetro para saber si el nivel de ruido estaba en los niveles permitidos por el Dama). Creo que la propietaria se defiende porque cree que el asunto es personal.

Independientemente de la crítica que se puede hacer por la opinión -expresamente- "malpensada" de Betancur, hay que establecer unos límites para la convivencia, en donde no continúe imperando la ley del más fuerte y esa situación del día viernes 9 nos deja la pregunta de que si eso no es un reflejo de lo que ocurre en el país.

Julio E. Benavides C.
Docente Facultad de Comunicación Social

 

Señor Juan Gonzalo Betancur, quiero darle a conocer mi total apoyo y
acuerdo sobre el artículo publicado por usted sobre la "ordinaria
cultura traqueta".

Soy estudiante de Psicología y aunque muy poco tengo que estar en el Campus Central, pienso que es degradante ver el show de los estudiantes en dichos lugares.

Me resulta incómodo entrar a uno de estos sitios a comprar un café o una gaseosa y tener que aguantarme el olor a cerveza y comentarios sin lógica, además del lenguaje obsceno y vulgar de quienes se encuentran allí, eso sin añadir que es un día entre semana y no pasado mediodía. Pienso que hay un lugar y un tiempo para esto. Me imagino y estoy seguro que estos estudiantes que prefieren tomarse "una", al finalizar su carrera no van a colocar como referencia personal "Casablanca" o cuando se encuentren trabajando se van a sentar en la tienda al frente de la oficina a tomar, mientras llaman a grito entero a sus colegas quienes sí entran a trabajar, creo que no.

Me parece chistoso el escuchar a estos estudiantes, quienes presumen ante los
demás por estar estudiando en una Universidad cuyo precio de matrícula
pasa por los dos millones de pesos, les digo a estos señores y para retomar
un poco aquello que la familia Galvis Galvis se encontraban en el lugar, la
cultura desafortunadamente no se compra por más dinero que se tenga.
Si están pensando que el pobre se emborracha y hace el ridículo,
mientras el rico tan solo es extravagante, están muy equivocados. Deberían
decirles que hay estudiantes de otras universidades que pagan menos de la mitad
que se paga en la UNAB, que demuestran una cultura y una educación admirable
y a la vez un sentido de pertenencia y respeto por la universidad.

Para terminar, espero nunca llegue a escuchar, cuando diga el nombre de la universidad donde estudio, "usted estudia donde se hacen unas parrandas vallenatas muy bacanas", gracias, pero no.

Señor Juan Gonzalo Betancur, muchas gracias por ese artículo, personas como usted son las que siguen manteniendo el buen nombre de la Universidad.

Jorge H. Ortiz Villa
Estudiante séptimo semestre de Psicología

 

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