Por Luis Jos? Galvis D?az
lgalvis@unab.edu.co
Primero empecemos por sus virtudes: t?cnicamente la pel?cula no tiene problemas. Su filmaci?n, primero en 35 m.m., luego en S?per 16 y por ?ltimo, en su paso por HD (High Definition ? alta definici?n), le da una textura a la pel?cula que contextualiza adecuadamente su relato, inmerso en los terrenos de la farsa, caracterizado por sus personajes exagerados y situaciones extremas. Todo el paso por laboratorios en Chile y Argentina permiten ver con una buena calidad en su color las diferentes secuencias, en especial el primer acto en el municipio de Quimbaya, Quind?o. El sonido que fue mezclado en Santiago de Chile, tambi?n es claro, as? que la obra puede verse sin ning?n inconveniente. Esta es una muestra m?s de la salud t?cnica que tienen las pel?culas nacionales. Por su parte, el humor de la guionista y los actores r?pidamente logran una conexi?n con el p?blico colombiano al que se ha acostumbrado a conducirlo con risas en los relatos. Para contar esta farsa caracterizada por el m?ximo histrionismo de sus actores, la galer?a de ellos -en t?rminos generales- es buena. Sobresalen actrices como Marcela Valencia, quien interpreta a la t?a proxeneta de Ana Elisa, definida por sus l?neas graciosas y su mal gusto para vestir. Tambi?n est? el humor inocente y la vez deformado de Robinson D?az, quien hace de Faber, el hermano con problemas mentales de Ana Elisa y que se vuelve el centro de los problemas en varias ocasiones. Otro actor como Juli?n Arango, quien ya se ha llevado aplausos por su papel de Guada?a en la serie televisiva ?El cartel de los sapos? interpreta el rol de Calvo, el ex novio asesino de Ana Elisa, que aunque lo remite r?pidamente a su papel televisivo, logra ilustrar la cuota de peligro y muerte en la ciudad natal de ella.
Pero hay que destacar por encima de todos, la entrega de la protagonista Adriana Arango para interpretar el papel de una mujer pobre, estudiante de medicina que trata de salir adelante en medio de todos golpes de la vida y evitar ser prostituida en la gran ciudad.? Adem?s la propia Arango fue quien escribi? y produjo la obra. Detr?s de estos aciertos interpretativos, est? la experiencia en la direcci?n de actores de Robinson D?az, quien se encarg? especialmente de esta labor y que le mereci? compartir el cr?dito de director con el cale?o Antonio Dorado.
Sin embargo, en el cap?tulo de los defectos hay varios de ellos que no se pueden pasar por alto, porque afectan considerablemente el relato. La contextualizaci?n colombiana de los protagonistas de las pel?culas en las que se muestra con demasiada frecuencia que las mujeres son prostitutas y que los hombres son bandidos, una vez m?s vuelve a ser el plato del d?a. Tristemente esto no ha cambiado desde pel?culas olvidables como ?Bluff?, experimentaciones como ?Colombian dream? e incluso en obras mayores como ?Perder es cuesti?n de m?todo? e ?Ilona llega con la lluvia?. As? que con respecto a este tema, ?Te amo Ana Elisa? no dice mucho, se dedica a exprimir el humor posible de las casas de citas,? de los guardaespaldas violentos, de la maldad del jefe de la banda (que por cierto se parece demasiado al papel de Dennis Hopper en ?Terciopelo Azul?, de David Lynch) y de los discursos hip?critas de los representantes corruptos del clero.
Las situaciones que tienen que enfrentar y salvar el tr?o de protagonistas: Faber, Ana Elisa y Juli?n (Juan Carlos Vargas) se desgastan hacia el final de la obra porque ya son tantas que pierden el factor sorpresa que hab?an logrado, en especial en la secuencia de la lucha libre en la casa de lenocinio.
El director Antonio Dorado, despu?s de haber realizado en 2004 ?El Rey?, contin?a con su camino en el g?nero negro colombiano, esta vez con mayor t?cnica, pero sin tanta profundidad. Y finalmente, es un desperdicio que Mar?a Cecilia S?nchez en el inicio de su carrera como actriz en cine, haya ca?do en la trampa de hacer el papel de colombiana prostituta en el que ya cayeron Flora Mart?nez, Margarita Rosa de Francisco, Angie Cepeda, Mar?a Adelaida Puerta y Martina Garc?a. Queda abierto el interrogante: ?para ser una actriz reconocida en Colombia, hay que dar una cuota de piel por ello?
