El COVID-19 presenta muchas formas de infección afectando a diferentes órganos y presentando diferentes síntomas; entre ellos los siguientes:
- Fatiga
- Dificultad para respirar
- Dolor en las articulaciones
- Dolor en el pecho
- Dolor de cabeza
- Vértigo
- Pérdida del gusto
- Pérdida del olfato
- Depresión
- Ansiedad
- Trastorno de estrés postraumático
- Alteración de la atención
- Alteración de la memoria
- Sensación de cansancio inexplicable
Para las personas que fueron hospitalizadas por COVID-19 con cuadros moderados y/o graves, o si posterior al cuadro de COVID-19 presentaron tos y sibilancias (silbido al respirar) se requiere realizar controles posteriores con neumología con el fin de identificar si existen o no secuelas que reduzcan la capacidad respiratoria.
Las afecciones cardíacas asociadas con esta enfermedad incluyen inflamación y daño al músculo cardíaco, miocarditis o pericarditis. Por esta razón es importante tener esto en cuenta al retomar la actividad física, la cual debe ser gradual y sin esfuerzo.
En las personas que estuvieron en Unidad de Cuidados Intensivos por COVID-19, se pueden observar distintas secuelas motoras, cognitivas y psicológicas.
En todos estos casos es recomendable consultar a la EPS para realizar el estudio de las secuelas y asegurar la rehabilitación temprana. Para más información puedes consultar aquí.
Recomendaciones referentes al tiempo post vacuna COVID-19
- La vacuna protege a partir del día 14 después de la aplicación de la segunda dosis.
- La segunda dosis se aplica alrededor de los 21 días de la primera.
- Luego de completar el esquema de vacunación existe un pequeño porcentaje de riesgo de un nuevo contagio, aunque este episodio suele ser más leve.
Por esta razón se debe continuar con el autocuidado, el distanciamiento físico, el lavado e higiene de manos, el uso de tapabocas, limpieza y desinfección de superficies y objetos y el cuidado de la salud mental personal y del grupo familiar y demás directrices del gobierno nacional.
Para más información ingresa aquí.
