Por Pastor Virviescas G.
Impresionado por el rendimiento y la creatividad de María Clemencia Montagu y Juan Fernando Barbosa, estudiantes de Ingeniería de Sistemas, e intrigado por conocer ese remoto país llamado Colombia en el que hay una ciudad con nombre impronunciable llamada Bucaramanga, Takuo Takase empacó maletas, se subió a un avión en Tokio, le dio la vuelta al planeta Tierra y cayó por sorpresa en la UNAB.
La visita en diciembre pasado del empresario japonés llamó la atención de los funcionarios de la Universidad y los pocos estudiantes que no estaban de vacaciones, al ver a un poderoso hombre de negocios nipón, quien decidió desatender las advertencias de sus familiares y amigos que le dijeron que no se embarcara en esta aventura y no se dejó intimidar por las imágenes violentas con las que se conoce nuestro país en el exterior. "Yo no me voy para Irak sino para Colombia", les respondió.
Takase, propietario de la empresa Nippon Computer Kaihatsu, que produce componentes para las multinacionales de la computación, no trajo escoltas, recorrió la ciudad, se reunió con las directivas de la Universidad, conversó con estudiantes y profesores y dijo que después de su experiencia con María Clemencia y Juan Fernando, aspira a fortalecer el contacto con la UNAB y que a su factoría sigan llegando más y más jóvenes.
Con una sonrisa que lo acompaña las 24 horas del día, Takase dice que Colombia es un país de gente optimista y le llamó la atención que haya tanta gente con fervientes creencias religiosas, así no coincidan con la suya, el budismo. "El ser humano necesita esa parte espiritual, sin importar el nombre que tenga", agrega.
Prometió que a su regreso se encargará de hablar con sus colegas empresarios y dictará charlas para contar no solamente que sobrevivió a esta experiencia, sino que vale la pena conocer y hacer negocios con Colombia.
Y aunque este país está rezagado en materia tecnológica con respecto al Imperio del Sol Naciente, Takase dice que precisamente lo que intenta hacer es brindar el soporte en esa materia y aprovechar el talento de los profesionales locales. Recomendó por último que los estudiantes se preocupen por estudiar inglés y en lo posible el idioma de Japón o el país oriental al que pretendan ir.
