Durante tres meses, el candidato a doctor Gustavo Carrasco Azar estará en el Instituto de Estudios Políticos (IEP) realizando una estancia de investigación orientada a adelantar su tesis sobre temas migratorios. Llegar a la UNAB supuso para este comunicador social chileno no solo un viaje intercontinental desde su actual residencia en la región de Andalucía, España, sino también una visita a sus recuerdos como estudiante de intercambio en la Bucaramanga de 2003.

Gustavo es un viajero en todo el sentido de la palabra. Su primer salto al extranjero desde su natal Santiago de Chile lo hizo en 2003 y en las últimas dos décadas ha conocido 72 países. En muchos de ellos ha estado por cortos periodos, en otros ha vivido por varios años, pero en todos manifiesta haber esquivado el concepto de turista tradicional para ser un visitante que prefiere mezclarse en los entornos propios de cada nuevo lugar.
Buena parte de sus viajes han sido por motivos académicos, como el que lo trajo al Instituto de Estudios Políticos (IEP) desde el pasado 17 de mayo. Gustavo es estudiante del Doctorado en Estudios Migratorios de la Universidad de Granada de España y para adelantar su tesis decidió realizar una estancia de investigación en Bucaramanga, la ciudad en donde inició su fascinación por conocer el mundo.
Hace 22 años, cuando tenía 19 y aún era estudiante de Periodismo de la Universidad Diego Portales de Chile, Gustavo hizo un intercambio a la UNAB. Las aulas y jardines que hoy ve como investigador le son familiares y le traen gratos recuerdos de las clases con profesores como Pastor Virviescas, Carlos Acosta y Javier Sandoval, con quienes ha podido reencontrarse al sabor de un café entre colegas.
«Ha sido una experiencia dual el volver a estar acá. Después de mi intercambio yo seguí viniendo como turista, volví en 2009, 2013, 2015 y 2018, pero venir ahora como docente es diferente. Es superextraño porque ahora estoy viendo todo con los ojos de alguien de 40 años. Aún paso por algunos salones y me acuerdo de lo que hice cuando estuve por primera vez. En el intercambio éramos cinco estudiantes y hasta el día de hoy conversamos. A veces me siento en algún lado, les mando fotos y les digo: «¿Se acuerdan cuando estábamos acá?». Es bien bonita la sensación de volver a pisar mis pasos. Te diría que es algo muy especial», afirma Gustavo.
El comunicador social chileno es además especialista en Gestión de Comunicación y Periodismo, especialista en Gestión de Cultura, magíster en Comunicación y Periodismo, y en Dirección Comercial y Marketing. Ha tenido un importante recorrido como docente universitario en la Universidad Mayor de Chile y actualmente se dedica a adelantar sus estudios doctorales desde Málaga, ciudad en la que reside. Su tesis está dirigida al estudio de los procesos artísticos en la migración y las diferencias entre migrantes genéricos y migrantes artistas.
Su decisión de realizar su pasantía de tres meses en la UNAB se dio principalmente por dos motivos: por la línea investigativa en temas de migración que desarrolla el IEP y por la coyuntura que envuelve a Bucaramanga como zona de paso constante de migrantes. La idea de su tesis viene siendo un interés personal para Gustavo desde antes de inscribirse al doctorado y se relaciona en parte con su propia experiencia. Él mismo ha migrado y ha visto cómo los artistas migrantes, al mostrar su arte por donde pasan, se apropian de los lugares aunque no permanezcan en ellos.
«Estoy estudiando el concepto de migrante continuo, que es el artista continuo, que se da estando en constantemente en movimiento. Cuando estás creando en movimiento, dejas de ser un migrante genérico y pasas a pertenecer a los lugares aunque sigas moviéndote. El migrante artista que viene con sus zancos y se queda 5 o 10 días, conoce gente y va entregando su arte, algo de él se va quedando acá y algo de la gente se va quedando con él. Entonces hay un intercambio que es distinto al migrante regular», manifiesta Gustavo.
Aunque Gustavo no es artista, su forma de viajar se relaciona con lo que se encuentra analizando en su estancia doctoral. Cuando viaja, no es de los que busca los planes turísticos comunes ni paga los famosos citytours, él prefiere moverse a su ritmo entre las calles y especialmente charlas con personas que encuentras en los parques, porque “la vida se da mucho en los parques, donde la gente se sienta a hablar cuatro o cinco horas. Eso es maravilloso”.
El 17 de agosto marcará la fecha final de su regreso a la UNAB. Ese día volverá a España para continuar su estancia de manera virtual por otros tres meses y empezar a generar reportes de su tesis en la Universidad de Granada. Por supuesto ya tiene programado su próximo destino: México. Para 2026 planea realizar otra estancia en la ciudad fronteriza de Tijuana para profundizar más en su investigación. Más allá de su meta de ser doctor, quiere llegar a esos países en los que aún no aterriza: Venezuela, Guatemala, Honduras, Canadá, Irak, Kazajistán, Corea del Sur… Y tal vez, aunque no tenga una investigación de por medio, volver a Bucaramanga, donde su pasión viajera nació.