Por Pastor Virviescas Gómez
La mañana del viernes 10 de marzo el profesor
Leonardo Porras era una de las personas
más felices de todas las que asistían
a la ceremonia de grados en el Auditorio
Mayor. Ese día se recibían como administradores
de Empresas sus hijos Leonardo
y Silvia Juliana.
Razones de sobra tenía para sentirse
así porque él, como cualquier padre que
ayuda a salir adelante a sus hijos, estaba asistiendo a la culminación de una etapa
trascendental.
Para lograrlo contó con el
apoyo de las directivas de la UNAB que
durante los cinco años de carrera les otorgaron
media beca a ambos jóvenes; de
otro modo hubiese sido difícil.
“Lograr
esa meta es algo inmenso para mí y me
siento muy contento y agradecido”, dice.
Leonardo se graduó en la primera promoción
de la Facultad de Administración
de Empresas, en el año de 1975, a los pocos
meses fue fichado como profesor hora
cátedra de su Facultad y una década después
pasó a ser de tiempo completo hasta
el Sol de hoy.
Como quien dice, 30 años dedicados
a la docencia en el área contable y de finanzas, a ver transformarse y crecer la
Universidad e incluso dictarle clases a su
hijo y tocayo, que quería estudiar Comercio
Internacional pero acató el consejo de
su padre de empezar por la base y luego
sí especializarse.
Que hayan terminado a la vez fue
mera casualidad, ya que Silvia Juliana
invirtió un semestre en intercambio en la
Universidad de Talca (Chile), con la cual
tiene firmado un convenio la UNAB.
“Ellos quisieron seguir el ejemplo de
su papá y como han visto parte de miséxitos en el medio, les llamó la atención
estudiar en la UNAB”, dice Leonardo, de
56 años.
Leonardo hijo está trabajando en Conenergía,
una empresa que se dedica a
comprar y vender ese recurso. Silvia Juliana
empezó a buscar trabajo.
