Por Pastor Virviescas Gómez
El 23 de abril quedará grabado en la memoria de todos los asistentes al Auditorio Mayor de la UNAB, como uno de los días más sublimes en la vida de Alfonso Gómez Gómez.
Con motivo de su investidura como Académico Correspondiente de la Lengua, el ex ministro de Estado, ex embajador, ex gobernador, ex alcalde y presidente de la Junta Directiva de la UNAB disfrutó la exaltación que le hicieran la Academia Colombiana de la Lengua y más de 350 personas por su trabajo en defensa del castellano.
A la conmovedora prosa del historiador Antonio Cacua Prada relacionando la trascendencia del acto con el Día del Idioma -conmemorativo de la muerte de Don Miguel de Cervantes Saavedra-, le siguieron las improvisadas pero conmovedoras palabras del poeta y expresidente de la República, Belisario Betancur Cuartas, quien dio muestras del aprecio que siente por quien fuera su ministro de Gobierno y destacó la labor cultural, académica y a favor de la paz de Colombia que durante más de medio siglo de vida pública ha desarrollado Gómez Gómez.
Cervantes no está sepultado en Popayán, como señalan algunas leyendas, sino en Bucaramanga, afirmó Cacua Prada, quien en su epílogo revivió una pieza de Jorge Robledo Ortiz dedicada al caballero hidalgo y destacó la obra literaria de Gómez Gómez, quien aparte de su columna en Vanguardia Liberal, ha publicado los libros ¿El seminarista de los ojos tristes¿, ¿Periódicos santandereanos de oposición a la Regeneración. De 1869 a 1899¿ y ¿Memorias de un Gobernador¿, mientras se dedica a la edición de seis volúmenes de ensayos sobre los principales acontecimientos del siglo XX.
¿El nuevo académico santandereano es un elegante, correcto, pulcro y sencillo prosista que analiza y aplica la palabra precisa para transmitir sus discretas y conceptuosas apreciaciones¿, subrayó Cacua Prada.
Por su parte, Betancur Cuartas expresó la admiración que la ¿República de las Letras¿ siente por la figura de Gómez Gómez. Acotó que esta era una oportunidad muy hermosa para hacerle sentir, con el corazón en la mano, su gratitud. ¿Alfonso, hablamos de ti, el maestro, el educador, el patriota, el patricio, el gran colombiano honor del género humano¿, sentenció.
Aprovechó la ocasión el exmandatario para agradecer la labor que Gómez Gómez y la UNAB -junto a las universidades Central, de América y Externado de Colombia- han cumplido en la reconstrucción de la casa del ex presidente radical y masón Aquileo Parra, en Barichara, así como en el rescate del ideario liberal que se opuso a tantos años de oscurantismo.
Luego, el ex ministro Otto Morales Benítez esbozó las gestas en que se ha comprometido y salido victorioso este quijote santandereano, fundador junto a don Armando Puyana Puyana del Instituto Caldas y de la Universidad Autónoma de Bucaramanga.
¿Sin cultura, sin un orden mental presidido por una doctrina, no se debe aspirar a recibir ningún mandato público porque se traiciona el encargo social y se vulneran los intereses del pueblo¿, señaló Morales Benítez al hablar de las tantas enseñanzas que ha dejado a esta Nación. Y añadió: ¿Siempre este hombre de fina y orientadora pasión por la cultura ha sido guardián de la palabra¿.
Enseguida, el rector Alberto Montoya Puyana manifestó su beneplácito porque la Institución acepta como propia esta alta designación a un aldeano nacido a orillas del río Suárez -como se define Gómez Gómez- que ha alcanzado los lugares más destacados a los que un colombiano pueda aspirar y quien a los 88 años de edad le sigue dedicando sus energías a trabajar por Santander.
Hasta que le correspondió el turno al homenajeado, quien a partir de ahora será el representante en esta región de la Academia Colombiana de la Lengua, la primera fundada en el Nuevo Mundo en las postrimerías del siglo XIX. Gómez Gómez leyó un extenso documento en el que corroboró su conocimiento del idioma, hizo gala de sus cualidades de investigador, deslumbró con su erudición, reveló los orígenes insospechados de dos centenares de palabras y tocó las fibras de un público que comprendió la importancia no sólo de hablar y escribir correctamente, sino de esforzarse por darle más vigor a un español sobre el que se ciernen tantas amenazas pero que tiene un brillo sin precedentes en el concierto mundial.
En toda su dimensión, Gómez Gómez maravilló con su disertación sobre el lugar de encuentro entre el ser humano y la realidad que es el lenguaje, el cual debe ser estudiado, admirado y cultivado cada día.
Una copa de vino y el reencuentro con tantos amigos del libre pensamiento, sirvieron de broche de oro a esta ceremonia de más de dos horas con la que Gómez Gómez -también presidente honorario de la Academia de Historia de Santander-, alcanza una vez más la consagración por sus hazañas, justo en la jornada en la que más de 400 millones de hispanohablantes le rinden culto al idioma.
Ostensible fue la no asistencia del socorrano Jaime Posada, presidente de la Academia de la Lengua, quien por el dolor que le ha causado el reciente deceso de su hijo, el periodista Roberto Posada ¿D¿Artagnan¿, no pudo desplazarse hasta Bucaramanga.