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Andrés Villamil Mendoza en la UNAB

Ago 22, 2005 | Institucional

Interpretó clásicos como Doménico Scarlatti y Enrique Granados, los pasillos del colombiano Gentil Montaña, la suite Andina del paraguayo Agustín Barrios Mangoré y el Preludio latinoamericano, de su autoría.
Villamil también orientó un taller durante dos días, en el que empezó pidiendo a sus alumnos: “toquemos el silencio”. Luego les insistió, entre mil consejos, que el final de cada pieza debe ser una sorpresa y que el músico promedio desarrolla la memoria mecánica (posición de los dedos) y la visual, pero descuida la memoria auditiva, que en su opinión es la más importante. El tiempo le alcanzó hasta para indicarles cómo se deben sentar y que la guitarra no hay que pegarla contra el pecho porque se pierde casi la mitad del sonido.
Andrés Villamil es oriundo de Zipaquirá, Cundinamarca, estudió música en la Nacional de Bogotá, fue a un festival en Cuba, donde conoció un profesor que le recomendó irse a Düsseldorf, Alemania, país en el que sigue estudiando, mientras es concertista, profesor y director del grupo Camaleón.
Andrés recomienda a los jóvenes de Santander que opten por la música, que la estudien mucho y crean en lo que están haciendo. “El arte es lo único que puede salvar esta situación de Colombia, como ha pasado en muchos países. Un pueblo que tenga una estabilidad emocional, que esté bien consigo mismo, sale adelante. Alemania quedó totalmente destruido después de la II Guerra Mundial y salió adelante gracias también al arte”.

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