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Consumo de tabaco, un problema de salud pública

Nov 21, 2005 | Institucional

Por Luis Alfonso Cárdenas
La legalidad del cigarrillo, su adquisición a bajo costo y la intensa
divulgación de comerciales alusivos a su consumo en los diferentes medios
de comunicación, hacen que cada día miles de personas opten por
probar el tabaco con la posibilidad de tomarlo como hábito y en consecuencia,
adoptarlo como vicio.

Para el médico Adalberto Campo-Arias, profesor asociado al grupo de
Neuropsiquiatría de la Facultad de Medicina de la UNAB, “el consumo
de tabaco puede tener dos inicios, uno que hace referencia a la composición
genética o hereditaria que tenga cada individuo y que una vez iniciado
su consumo puede ser imposible dejarlo. El otro, ocasionado por el ambiente
o entorno durante el proceso de aprendizaje, crianza o relaciones con grupos
de amigos y que a diferencia de la causa genética, tienen la posibilidad
de dejarlo siguiendo un tratamiento médico o psicológico”.

Según las investigaciones sobre consumo de tabaco, se considera fumador
a una persona que prueba al menos un cigarrillo diario, mientras que aquella
que en el ambiente o con su círculo de amigos aspira el humo que expiden
los demás, se convierte en un fumador pasivo. Situaciones lamentables
que pueden acarrear enfermedades como cáncer de pulmón, hipertensión
arterial, diabetes, gastritis crónica y cáncer de vejiga.

Y es que los índices de tabaquismo no dejan un panorama alentador. El
consumo de cigarrillo representa una de las principales causas de muerte en
el mundo. En el 2004, según estudios realizados por el Ministerio de
la Protección Social y el Instituto Nacional de Cancerología,
en Colombia 17.473 personas perdieron la vida por esta razón.

También en la ‘U’
En la UNAB, es fácil encontrar a una persona fumadora, pues
resulta cómodo sacar en cualquier sitio un cigarrillo y encenderlo.

Adriana Margarita Cruz Bolívar, estudiante de cuarto semestre de Derecho,
dice que “hay muchos fumadores en la Universidad que no respetan el espacio
público, además se debería restringir el consumo en algunos
espacios y prohibir el expendio en las cafeterías”.

Laura Mercedes Torres Parada, representante de los estudiantes ante la Junta
Directiva y presidenta del Consejo Superior Estudiantil, dice que “se
había pensado iniciar una campaña de concienciación para
que los fumadores distinguieran zonas en las cuales se pueda consumir cigarrillo,
pero la propuesta se enterró. Ahora que se trae el tema a colación
y teniendo en cuenta las opiniones de los fumadores activos y pasivos, se pude
proponer un proyecto en el cual, desde una campaña formativa, las personas
sepan y tomen conciencia de dónde se puede y no se puede fumar”.

Pero hay quienes afirman que estas medidas podrían violar los derechos
de las personas. Stella Rodríguez, estudiante de tercer semestre de Contaduría
Pública, comenta que no está de acuerdo con la medida de excluir
a los fumadores. “No me parece que se implementen zonas para fumadores
y no fumadores, pues quiénes consumen cigarrillo tienen el derecho de
hacerlo en cualquier lugar, además sería una discriminación
para estas personas, que por el simple hecho de consumir cigarrillo no quiere
decir que atenten contra la salud de los demás”.

Pensando en el bienestar de quienes no desean morir por ese mal, actualmente
cursa en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes
el proyecto de Ley 235 de 2004 presentado por el representante Jaime Amín
Hernández, quien con el respaldo del Instituto Nacional de Cancerología
pretende regular el consumo de tabaco en el país con estrategias como
la prohibición de publicidad en los medios de comunicación y el
consumo de tabaco en sitios públicos cerrados y laborales, así
como el aumento de impuestos a las empresas productoras y el costo de venta
para los consumidores. De aprobarse el proyecto se impondrán sanciones
económicas de hasta 60 salarios mínimos diarios legales vigentes
para quienes violen la norma.

Sobre este tema, la Comisión Nacional de Televisión (Cntv) emitió
la circular 016 del 3 de noviembre de 2005, en la que aclara los alcances del
acuerdo de publicidad sobre tabaco, cigarrillos y bebidas con contenido alcohólico.
“Se define como publicidad toda comunicación emitida por encargo
dentro de un programa de televisión, y no se considera publicidad las
vallas, logotipos, diseños de marcas o empresas, cuando formen parte
de un escenario desde el que se emita un evento cultural o deportivo, siempre
y cuando no se haga énfasis en ellas. Tampoco se considera publicidad
aquellas referencias del nombre de una marca o empresa relacionadas con el patrocinio
de un certamen o evento de carácter cultura o deportivo”.

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