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Corte Interamericana por fin hace justicia en masacre de La Rochela

Jul 16, 2007 | Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes

Por Pastor Virviescas G?mez
pavirgom@unab.edu.co

?Me dieron la orden de matarlos, no importaba c?mo. Les dimos una plata a los polic?as de El Centro para que no escoltaran a los jueces. Luego se me ocurri? la idea de hacernos pasar como guerrilleros del Frente 23 de las Farc. Cuando los interceptamos yo me identifiqu? como el comandante ?Vladimir?. Di la orden de dispararles, dinamitar los carros y en escribir en los restos ?fuera masetos?, para hacer creer que hab?a sido un ataque de la guerrilla?.

Este es el testimonio de Alonso de Jes?s Baquero, alias Vladimir, quien el 18 de enero de 1989 estuvo al frente del comando paramilitar que acribill? a 12 funcionarios judiciales en el Bajo Simacota santandereano, en la que pasar?a a la historia de la barbarie como la masacre de La Rochela.

Vladimir, alumno adelantado del mercenario jud?o Fair Klein, confesar?a a?os m?s tarde de los hechos, que ?el pol?tico de Santander, Tiberio Villarreal, nos hizo saber que varios jueces iban para la zona de El Centro y Campo Capote, cerca de Barrancabermeja, y sugiri? que para saber en qu? andaban los asalt?ramos para robarles los expedientes?.

Y complement? su declaraci?n: ?Henry P?rez -jefe paramilitar del Magdalena Medio- crey? que de pronto iban a descubrir algunos laboratorios peque?os que hab?a en la zona y que nosotros cuid?bamos, y decidi? consultarle a Gonzalo Rodr?guez Gacha. El Mexicano nos dio la orden de matarlos a todos y dejarlos en la autopista ?para que los dem?s no vuelvan. Ese trabajo me lo encargaron a m??.

A pesar de la gravedad de la masacre y de las declaraciones de Vladimir, estas quedaron en el olvido porque la justicia colombiana hizo caso omiso de las evidencias. Pero cuando los familiares de las v?ctimas empezaban a perder las esperanzas de que alg?n d?a se hiciera justicia, el pasado 11 de mayo la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), con sede en San Jos? de Costa Rica, dio a conocer un fallo de 94 p?ginas en el que en s?ntesis se?ala como responsable al grupo paramilitar Los Masetos, ?que actu? con el apoyo y colaboraci?n de agentes estatales pertenecientes a las Fuerzas Armadas?.

Ese veredicto de por s? ya es importante, pero expertos consultados por 15 subrayan del fallo la condena al Estado colombiano, que viol? los derechos a la libertad personal, a la integridad personal y a la vida, a las garant?as judiciales y a la protecci?n judicial, tanto de las v?ctimas como de sus familiares, consagrados en la Convenci?n Americana sobre Derechos Humanos.

A?n m?s, en el documento expedido por siete jueces presididos por Sergio Garc?a Ram?rez, y entregado al Colectivo de Abogados Jos? Alvear Restrepo y al Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil-Washington), que demandaron en 1997, determina que como resultado de estas violaciones, el Estado ?debe activar y completar la investigaci?n de la masacre con el fin de juzgar y sancionar a todos los autores materiales e intelectuales?.

Lo que la CIDH busca es que ese concepto de justicia, verdad y reparaci?n de los sobrevivientes y v?ctimas de La Rochela, pase del papel a acciones efectivas, que empiezan porque se sancione a los responsables.

El tribunal internacional, en concepto de Cejil, estableci? que el Estado colombiano no investig? diligentemente la relaci?n entre el grupo paramilitar Acdegam (Asociaci?n de Ganaderos del Magdalena Medio) y altos mandos militares. Menciona de manera particular ?la falta de investigaci?n de altos mandos como el general Farouk Yanine D?az -ex comandante de la II Divisi?n del Ej?rcito con sede en Bucaramanga-, el general Carlos Julio Gil Colorado y el coronel Jaime Fajardo Cifuentes?.

El fallo tambi?n pone el dedo en la llaga cuando dice que a pesar de la existencia de la Ley de Justicia y Paz que ha permitido la desmovilizaci?n de m?s de 30 mil paramilitares y que un alto porcentaje de ellos no pague c?rcel o a lo sumo condenas de m?ximo ocho a?os, entre los responsables de La Rochela hay beneficiarios de la mencionada Ley -como Ram?n Isaza-, con quienes las autoridades competentes deber?n obrar con la mayor diligencia para determinar su participaci?n o no en graves violaciones a los Derechos Humanos, o cr?menes de lesa humanidad, que no prescriben. De reinar la impunidad ser?a una corte internacional la encargada de impartir justicia.

No menos grave es que la Comisi?n indica que ?la creaci?n de los grupos paramilitares fue propiciada por el Estado como una herramienta de lucha contrainsurgente al amparo de normas legales que se encontraban vigentes al momento de perpetrarse la masacre de La Rochela?.

?Las autoridades pol?ticas y judiciales en Colombia deben leer esta sentencia con mucha atenci?n ya que da pautas fundamentales para que el Estado colombiano adecue su accionar en el proceso de desmovilizaci?n a los est?ndares internacionales de protecci?n de los derechos humanos?, declar? Viviana Krsticevic, directora de Cejil.

Un relato de horror

El 18 de enero de 1989 Mariela Morales Caro, Pablo Antonio Beltr?n Palomino, Virgilio Hern?ndez Serrano (ver entrevista con su hijo, el ex fiscal Virgilio Alfonso Hern?ndez Castellanos), Carlos Fernando Castillo Zapata, Luis Orlando Hern?ndez Mu?oz, Yul Germ?n Monroy Ram?rez, Gabriel Enrique Vesga Fonseca, Benhur Iv?n Guasca Castro, Orlando Morales C?rdenas, C?sar Augusto Morales Cepeda, Arnulfo Mej?a Duarte, Samuel Vargas P?ez, Arturo Salgado Garz?n, Wilson Humberto Mantilla Castilla y Manuel Libardo D?az Navas fueron enviados por la entonces Direcci?n de Instrucci?n Criminal a investigar, entre otros casos, la desaparici?n a manos de paramilitares de 19 comerciantes en la zona del Magdalena Medio en 1987, y la presunta retenci?n por parte del Ej?rcito de dos campesinos que despu?s fueron masacrados, torturados y quemados con ?cido.

Esa ma?ana, la comisi?n se desplazaba entre Barranca y La Rochela con el prop?sito de recibir las declaraciones de testigos que hab?a citado el d?a anterior. Cuatro de los agentes fueron a la localidad de Pueblo Nuevo con el fin de transportarlos, pero en el camino fueron interceptados por 15 hombres armados que se hicieron pasar por guerrilleros de las Farc. Les preguntaron el motivo de su presencia y cu?ntas personas m?s les acompa?aban.

Cuando toda la comisi?n se encontraba en La Rochela, llegaron 40 hombres que tambi?n dijeron que eran de las Farc, que quer?an dialogar pero que para ello les deb?an entregar los rev?lveres de dotaci?n y de paso evitar confusiones al momento de que se llegaran a encontrar con el Ej?rcito.

Quien urd?a el enga?o era Alonso de Jes?s Baquero Agudelo, alias Vladimir, uno de los jefes de Los Masetos, que se aprovechan de la superioridad num?rica y de armamento.

Luego, los encerraron en un cuarto durante casi tres horas y les preguntaron por el caos de los 19 comerciantes. Entonces uno de los paramilitares interrumpi? para alertar sobre movimientos militares en la zona y les pidi? a sus rehenes que se dejaran amarrar para trasladarlos, con el fin de simular un secuestro de la subversi?n en caso de que hicieran presencia los militares.

A las 12 del mediod?a, seg?n la reconstrucci?n de la CIDH, les ataron las manos por detr?s de la espalda y los obligaron a subirse a dos veh?culos, mientras que los ?paras? lo hicieron en otros dos. Tomaron rumbo a Barranca y a tres kil?metros detuvieron los carros en el sitio La Laguna. Entonces se bajaron los paramilitares, se formaron a una distancia de 10 metros y empezaron a disparar durante largos minutos de forma indiscriminada y continua contra los jueces, secretarios y miembros del Cuerpo T?cnico de la Polic?a Judicial.

Luego se acercaron y les propinaron el llamado ?tiro de gracia?. Apenas tres de ellos se salvaron, aunque quedaron malheridos. Uno, Mantilla Castilla sobrevivi? porque los criminales creyeron que ?l estaba muerto pues la masa encef?lica de uno de sus compa?eros cay? sobre su cabeza.

?Fuera el MAS, fuera los paramilitares?, esa fue la consigna que pintaron en los veh?culos antes de apoderarse de los expedientes y emprender la hu?da.

En medio del sufrimiento y el dolor, los tres sobrevivientes lograron encender uno de los carros. Al poco rato ?ste dej? de funcionar por lo que dos de ellos fueron a pedir ayuda y encontraron un cami?n repartidor de gaseosas. Arturo Salgado durante cinco horas se qued? s?lo, atado y malherido, escondido cercal lugar, esperando socorro. Hacia las cinco de la tarde, cinco horas despu?s, llegaron unos periodistas de Vanguardia Liberal y les ayudaron llev?ndolos a una cl?nica. ?Ninguna autoridad de la Fuerza P?blica lleg? en su ayuda, a pesar que hab?a un cuartel a unos 15 minutos y otro a unos 40 minutos. Inclusive, despu?s de tales hechos, el Estado no garantiz? asistencia m?dica adecuada a Salgado Garz?n y en la cl?nica le dejaron parte de una bala en el gl?eto?.

Corr?a el a?o 1989 y las fotograf?as desgarradoras de Jes?s Villamizar le dieron la vuelta al mundo. El pa?s se desgarr? las vestiduras, pero hizo muy poco? o nada, el Estado acept? el reconocimiento parcial de responsabilidad y ese monstruo de cinco cabezas llamado paramilitarismo creci?, y creci? tanto con el apoyo o el benepl?cito de tantos, que desbord? a quienes lo engendraron y ha dejado, hasta la presente, una estela de desolaci?n y sangre igual o peor a la generada por la guerrilla.

A m?s tardar el 11 de mayo de 2008, la Corte Interamericana esperar? el informe que el Estado colombiano est? en la obligaci?n de entregarle sobre las medidas que adopte para darle cumplimiento a la sentencia.

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