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De cómo El Carmen de Chucurí le apuesta a la paz

Ago 1, 2005 | Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes

Por Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio
Cien niños y jóvenes estudiantes del municipio de El Carmen de
Chucurí que gastan en promedio 3 horas a pie para llegar desde sus casas
hasta el colegio, estrenaron hace menos de un mes su restaurante escolar en
la vereda Islanda. Son niños desde los 10 años y jóvenes
hasta 18 años de edad, hijos de obreros de fincas en el Magdalena Medio
santandereano.

Con esta iniciativa se reduce la deserción escolar y se mejoran las
condiciones nutricionales de los estudiantes, quienes se enfrentan a largas
jornadas que empiezan en la madrugada desde la salida de las fincas donde viven
y continúan en las labores académicas, con muy pocas posibilidades
de adquirir el almuerzo fuera de sus hogares. Por esta razón, el refrigerio
y el almuerzo que reciben gracias a la alianza con la administración
municipal, son un importante aporte para el proceso educativo.

Los habitantes de Islanda y otras veredas como Riosucio, La Palma, La Sardina,
Camilo Torres, Nueva Granada y Los Alpes programaron además del acto
inaugural del Restaurante Escolar, un conversatorio entre la comunidad educativa,
el alcalde de El Carmen y su equipo de gobierno, el Núcleo de Pobladores
y las organizaciones sociales, con el fin de reflexionar colectivamente sobre
la situación de conflicto en su territorio, la explotación de
carbón que se proyecta en esta sección de la Serranía de
los Yariguíes y la articulación de nuevas apuestas entre la Alcaldía
y el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio (Pdpmm).

El restaurante fue construido y dotado gracias al esfuerzo participativo de
la propia comunidad, acompañados por el Pdpmm con una inversión
de 60 millones de pesos hecha por el Laboratorio de Paz (Acuerdo de la Unión
Europea y la República de Colombia) y la Alcaldía.

Esta iniciativa hace parte de la apuesta educativa a la que apuntan los pobladores
de la región, con el fin de generar paz y vida con dignidad para las
nuevas generaciones a través del proyecto denominado Escuelas Básicas
Integrales para el Desarrollo Sostenible (Ebids).

 

Surcos y computadores
Estas Escuelas Básicas Integrales no sólo forman ciudadanos desde
la educación formal sino que además generan capacidades para buscar
la permanencia productiva de los pobladores en sus campos. En ellas, los jóvenes
practican en su tierra con elementos de su propio entorno.

El Carmen de Chucurí cuenta con 8 Ebids, una urbana y 8 rurales. Esta
estrategia educativa se desarrolla también en otros municipios de Santander
como Landázuri, San Vicente de Chucurí, Bolívar, Cimitarra,
Puerto Wilches y en la zona baja de Simacota. En el departamento del Cesar se
vivencia en La Gloria y Gamarra, así como en el municipio de Río
Viejo, en el sur de Bolívar. Para el año 2008 se espera tener
desplegada la estrategia en 12 municipios más del Magdalena Medio.

Dentro del proyecto Ebids se consolida la construcción y dotación
de un aula de nuevas tecnologías en la Biblioteca Municipal de El Carmen,
a la cual tienen acceso los 1.000 estudiantes del municipio. El aula es un espacio
equipado con el fin de generar competencias teóricas y prácticas
entre los niños y jóvenes, teniendo en cuenta sus habilidades
y destrezas, reconociendo el contexto local y regional.

Cuenta con cocinas para aprender la transformación de alimentos, laboratorios
de electrónica, física y química, una sala de informática
con computadores dotados de paquetes informáticos especializados en labores
agrícolas y otras herramientas pedagógicas complementarias para
uso de la comunidad escolar.

 

Integralidad con un propósito común
El proyecto de Ebids se articula al propósito del Programa de Desarrollo
y Paz del Magdalena Medio de construir colectivamente un territorio libre y
sin exclusiones donde la vida con dignidad sea posible para todos y todas, el
cual propone tres líneas estratégicas para lograrlo: una con el
tema de paz, diálogo y derechos humanos; otra que fortalece los procesos
sociales, culturales y de gobernabilidad democrática; y una tercera que
propende por el desarrollo sostenible a través de procesos productivos.

El Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio busca integralidad en sus
intervenciones y por esta razón, aunque las Escuelas Básicas Integrales
para el Desarrollo Sostenible se mueven en la esfera educativa, articulan y
complementan las demás iniciativas con un objetivo común: mejorar
las condiciones de la gente para construir entre la montaña y el río,
una región donde se priorice la vida.

 

Tierras para la paz: auto reforma agraria criolla
En el Carmen de Chucurí los pobladores adelantan también su proyecto
‘Tierras para Paz’, por medio del cual los campesinos están
desarrollando lo que ellos llaman “una auto reforma agraria criolla”.

Consiste en acceder a la tierra a través de un ahorro programado de
manera colectiva durante un año y medio, producto de bazares y otras
actividades comunitarias, sumado a una cantidad mensual de ahorro personal.
Con los recursos de todos organizan un proceso de negociación de las
tierras que están en desuso, para luego parcelarlas y distribuirlas entre
las familias del grupo.

Las parcelas que cuentan entre 5 y 8 hectáreas permiten a los pobladores
cultivar su propia tierra de manera lícita y aprender de ella. Los niños
y jóvenes desarrollan allí los conocimientos aprendidos en la
escuela y los alimentan con la sabiduría popular de toda la familia.

La fortaleza de este proyecto se encuentra en su modelo solidario, el fortalecimiento
de los lazos familiares, la seguridad alimentaria, la explotación adecuada
de los recursos naturales y la generación de ingresos para los campesinos.

El Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio acompaña el proceso
y ha logrado consolidar la organización social, dotándola de herramientas
para tener capacidad de negociación, un soporte administrativo y acompañamiento
técnico en varios niveles. Además, las familias, aportando su
mano de obra y la preparación de abonos, han logrado instalar cultivos
a corto plazo como plátano, yuca y maíz, totalmente orgánicos.

En la actualidad, 65 familias del El Carmen tienen sus parcelas donde levantan
los cultivos y sus viviendas.

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