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Denuncian cómo paras cambiaron el mapa político

Oct 1, 2005 | Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes

La columnista de El Tiempo, María Jimena Duzán, está
de acuerdo con la participación en política de excombatientes
de los paramilitares, siempre y cuando su presencia no atente contra la dignidad
de las víctimas y lo hagan de manera transparente y de acuerdo con los
controles que exige la Constitución.

Sin embargo, advirtió que lo que está sucediendo en Colombia
es la creación de una nueva clase política que ella denomina "los
innombrables", personas que a su juicio no hablan claro con el país,
tratan de imponer sus candidatos en todas las regiones a través de un
clientelismo armado y "son en gran parte los culpables de esa autocensura
que en muchas zonas se vive en las salas de redacción a nivel local y
regional".

Duzán lo clasifica como un fenómeno "narco-para-político",
que ha desplazado a la clase política tradicional y a los "caciques".

"Nadie sabe quiénes son el 35% de representantes del paramilitarismo
que según las señoras Eleonora Pineda y Rocío Arias dicen
que hay en el Congreso. Todo el mundo sabe quiénes son. No lo podemos
decir, pero lo sabemos", dijo Duzán.

Dos casos: Antioquia y Santander
Pero no fue necesaria ninguna unidad investigativa para que su compañero
de mesa, el exguerrillero del Epl y ahora analista y columnista, León
Valencia, afirmara: "El país debe aceptar que los paramilitares
en el norte del país, en el nororiente y en Antioquia ganaron una guerra.
Le ganaron la guerra a la democracia, a los derechos humanos, a la Constitución
del 91 y a la élite que surgió con César Gaviria. Por ejemplo,
en Medellín don Berna ganó 5 guerras: a Pablo Escobar, al Eln,
a las Farc, a la banda de La Terraza y al Bloque Metro. Y cambiaron drásticamente
el mapa político y todas las alianzas políticas de estas zonas
e impusieron un mando único en las regiones".

Dijo Valencia que estuvo en Santa Fe de Ralito hablando con Ramón Isaza
(el más viejo jefe paramilitar del Magdalena Medio) y Ernesto Báez
(cuyo nombre real es Iván Roberto Duque, vocero político del Bloque
Central Bolívar) y éste último le dijo del grupo Colombia
Viva, que tiene 13 parlamentarios y cerca de 1,2 millones de votos: "Son
nuestros amigos y parte de este proceso".

Pero no sólo está ese caso, en opinión de Valencia: "Convergencia
Ciudadana, que dirige el senador Luis Alberto Gil, tiene gobernador y la mayoría
de alcaldías de Santander. Allí el mapa político cambió
y el 46% es de influencia paramilitar, un 26% del partido Conservador, el Partido
Liberal es minoría y el Polo Democrático es 5% en la investigación
que hicimos".

Otro grupo que se ha beneficiado con este proceso, según Valencia, es
Cambio Radical, "que hoy dice que va a sacar 20 parlamentarios en las próximas
elecciones y no están cañando. El otro grupo es Colombia Democrática,
del senador Mario Uribe. Entonces hay un cambio drástico del mapa político
en Córdoba, Sucre, Bolívar, Magdalena, Cesar, Guajira, Arauca,
Casanare, Meta, Antioquia, Risaralda, Santander, Norte de Santander…".

"La desmovilización de los aparatos paramilitares, en el mejor
de los casos, va a ser parcial", dice Valencia, ahora al frente de la Corporación
Arco Iris, quien citando a Báez dice que ellas se metieron a este proceso
pensando que el presidente Uribe, con la ayuda de Estados Unidos, le iba a ganar
la guerra a las Farc, pero que siguen intactas sus estructuras de mando en el
sur del país. Por eso, mientras no resuelvan el problema de las Farc,
las autodefensas no se pueden desmovilizar totalmente.

Dice Valencia que la batalla de la sociedad colombiana es empezar una lucha
por la democratización de las regiones y volver a ganar el pluralismo,
"porque allí hay una dictadura única de un actor armado que
no se va a desmovilizar plenamente".

Más y más denuncias
El remate corrió por cuenta de la columnista de Semana, Claudia López,
quien con cifras tomadas de la Registraduría, la Oficina de Derechos
Humanos de la Vicepresidencia de la República y la Policía, señaló:
"Los innombrables son perfectamente identificables y que nos de miedo llamar
las cosas por nombre propio es una cosa, pero que hay evidencia es cierto".

Habló de la consolidación política que se dio tras las
elecciones de 2002 y 2003. La estrategia, según López, consistió
en crear nuevos distritos electorales que fueron fruto de acuerdos entre grupos
políticos y organizaciones armadas como los paramilitares "y les
asignaron esos distritos a una pareja de candidatos, uno a la Cámara
y otro al Senado".

 

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